Proponerse
la revolución, es concebir una obra grande a la que hay que agregar peldaños
cada día, a sabiendas de que cada uno de estos puede ser diferente, fácil o
difícil¹. Manuel Salazar.
A la población y
sus fuerzas motrices, se le organiza alrededor de sus más sentidas necesidades;
aquellas imprescindibles para vivir y trabajar. Se crea conciencia de las
mismas, endureciendo su fortaleza política e ideológica que le permita resistir
y luchar contra las embestidas de sus opresores.
Es un proceso de
lo pequeño a lo grande, con paciencia y sin sobrepasarse. Ir al compás del
tiempo, no muy rápido ni muy lento, con planes específicos que permitan crear y
elevar la conciencia política, y el nivel de organización de la población, del
pueblo trabajador.
Cada vez que
observo levantar consignas y objetivos estratégicos que ameritan un escenario
muy distintos a los que se vive, en el momento, compruebo que no se ha avanzado
lo suficiente para entender las diferencias entre estrategia, táctica,
coyunturas, y, sus movimientos permanentes.
Las recientes
elecciones celebradas han servido, como un laboratorio político social, para
poner en práctica las enseñanzas que arroja un movimiento electoral coyuntural
que derrotó a un blanco común y circunstancial. El manejo de las eventualidades
fueron correctas, ya que se limitaron en aprovechar las fuerzas, anhelo
vehemente de la gente, necesarias y golpear con contundencia al objetivo
principal.
En el proceso
electoral se fue puntual, claro y con objetivos alcanzables. Sin inventos
algunos. En ningún momento se pensó, ni por asomo, que los nuevos gobernantes eran revolucionarios, comunistas.
Todavía no se
comprende, entiende, el término aprovechar el momento. En política como
en la guerra se estudia el terreno minuciosamente para ganar espacio y tiempo,
lo que significa descomponer el fenómeno, analizarlo por partes y buscar el
imán que unan las partículas y conseguir su unidad monolítica. Ese imán son sus
necesidades más sentidas.
Las consignas son
las síntesis del momento para organizar y movilizar a la población hacia sus
objetivos inmediatos. Tienen que corresponder a una fase estratégica
directamente ligada a la realidad. Los pasos tácticos y coyunturales aplicados,
nos llevan a esas supremas metas; pero van por etapas, de acuerdo con el grado
de conciencia y organización de la gente.
La historia de la
humanidad ha demostrado que los pueblos se movilizan levantando sus necesidades
inmediatas, de acuerdo con las habilidades y destrezas de sus líderes y
dirigentes. El inolvidable Fidel Castro guio una revolución triunfante y en
ningún momento se declaró anti capitalista, anti imperialista ni comunista. Lo
mismo podemos decir del Tío Ho Chi Minh en Vietnam; pero también, Mao Tse Tung
cuando se enfrentó a la invasión militar japonesa.
“Poner el oído en
el corazón del pueblo”, fue un lema muy popular. Ahora bien, no confundan y lo
pongan en el pecho de un camarada, compañero, es en el mismo centro del alma de
la población. Solo así podemos observar y recopilar lo que la gente necesita
para mejorar, con la lucha, sus condiciones materiales de existencia.
¹ Salazar Manuel. Revolución y Análisis de Coyuntura. Santo Domingo, RD, 2018. Cap. La revolución es una cuestión concreta. Pag. 7.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario