Por: Narciso Isa Conde
Cinco
días antes de concluidas las votaciones del pasado domingo en la República
Dominicana, la IZQUIERDA DOMINICANA-IR y la agrupación MANDO emitieron un
manifiesto al país en el que se expresó lo siguiente:
“Las votaciones para
Presidencia y Poder legislativo habrán de realizarse en medio de este grave
cuadro político, económico y social, que incluye el rebrote de la pandemia y el
fracaso de una apertura económica inoportuna y pésimamente planeada.”…..
“Las dos opciones
políticas que predominan nos traen el mismo esquema de ofertas demagógica de
siempre, acompañado de mayor endeudamiento y dependencia respecto al sistema
imperialista occidental liderado por EE.UU.”
“Es ese escenario, es
evidente, que la mayoría dispuesta a votar está decidida a castigar la cúpula
mafiosa del PLD y sus gobiernos.”
“La tendencia electoral predominante apunta a sacarlos del gobierno y a
dejarlos malparados. Es grande el reclamo a favor de que sean procesados los
corruptos y potente la demanda de que se recupere lo robado; independientemente
de lo conservadora y también corrupta que resulta ser la opción PRM-Abinader.”
“Esa tendencia a favor de
desplazar al PLD del gobierno parece incontenible. Por eso la narco-guerra
electoral entre bandos culpables y el despliegue de perversidades
gubernamentales para tratar de impedirlo” (Manifiesto al País // LAS ELECCIONES
NO TRAEN SOLUCIONES A LA CRISIS: ¡IMPULSEMOS EL CAMBIO RADICAL
PRO-CONSTITUYENTE 1-07-2020, Santo Domingo, RD).
Votó aproximadamente el 52% de los/as electores/as registrados, contrario a los
vaticinios grandilocuentes de las principales firmas encuestadoras y los
grandes medios de comunicación que auguraban más del 70%. ¡La más baja
concurrencia de la historia electoral reciente del país en elecciones
presidenciales!
Ganó en primera vuelta,
con casi un 53% de los votos, el Partido Revolucionario Moderno-PRM y su
candidato presidencial Luis Abinader, que además se alzó con la mayoría en ambas
cámaras legislativas; en unos comicios intervenidos por la OEA y EEUU, fuerzas
imperiales interesadas en evitar una crisis político-electoral a ser provocada
por la resistencia del Partido-Estado, corporación de la corrupción, que
responde al nombre de Partido de la Liberación Dominicana-PLD.
El candidato oficialista
apenas logró el 37% y el ex-presidente Leonel Fernández, que recientemente se
separó del Partido de la Liberación Dominicana-PLD y formó tienda aparte (la
llamada Fuerza del Pueblo-FP), solo obtuvo un 8.6%, aun aliada a un grupo de
partidos de la derecha tradicional.
Derrota aplastante del
partido de gobierno, del partido de la dictadura constitucional morada, luego
de 20 años de hegemonía política, 16 de ellos en tres periodos consecutivos. Y,
adicionalmente, derrota vergonzosa de su facción disidente-oportunista
encabezada por Fernández, a la cual le correspondieron tres periodos de los
cinco de este largo desgobierno.
¡Se cumplió el vaticinio
citado por las izquierdas transformadoras!
Esa tendencia electoral
resultó incontenible en el curso de un previo desbordamiento forzado de la
pandemia por las necesidades vitales de la gente empobrecida (a penas
compensadas con un asistencialismo precario), por los intereses del gran
capital privado, por la gravitación del electoralismo clientelar de la
partidocracia tradicional y por las trabas sistémica para posponer las
elecciones.
En las elecciones con
COVID 19 el PLD-GOBIERNO, liderado por el Presidente Medina, resultó
tranquilado; previa campaña y votaciones contaminantes, de ninguna manera
ejemplares desde el punto de vista sanitario, como se vende el tema a nivel
internacional. También fue castigada –reitero- la facción leonelista.
Intereses espurios –salvo
el referido anhelo popular de castigar la corruptela oficial y sus
perversidades continuistas- se impusieron contra la salud colectiva de la
sociedad dominicana, a un costo de mayor peligrosidad.
• ¿POR QUÉ ESTOS RESULTADOS EN LAS VOTACIONES?
La explicación es
sencilla.
-Gran parte del pueblo
está harto de la corruptela impune, de la prepotencia y el autoritarismo del
régimen morado.
-En los últimos tres años
y medio un formidable movimiento multitudinario, MARCHA VERDE, detonado por un
primer torrente político-social apartidista muy diverso, había terminado de
erosionar la popularidad de los usurpadores del Estado y detentadores del poder
político; hecho, que fue seguido de la actitud de la Administración Trump
contra la re-postulación del Presidente Medina, mostrándose el gobierno
estadounidense favorable a la opción PRM por temor a una crisis de
gobernabilidad. Incluso el propio Pompeo le hizo una llamada telefónica
conminatoria al presidente dominicano, que lo obligó a desistir de la
candidatura.
-La dictadura
constitucional del PLD se había debilitado y fue fracturada a su interior por
la facción encabezada por Leonel Fernández, enfrentada a muerte a la del
presidente Danilo Medina.
-Abundaron los
expedientes y denuncias relativas a la gansterización del poder constituido, lo
que a raíz de la explosión del escándalo ODEBRECHT a nivel continental,
adquirió dimensiones colosales e implicó en graves delitos de Estado al propio
presidente Medina (PLD), a los ex-presidentes Fernández(PLD) y Mejía (PRD-PRM),
y a una gran parte de la elite partidocrática, sobre todo a la perteneciente al
PLD.
-Creció enormemente el
repudio al régimen y la determinación de gran parte del pueblo de sacarlo del
gobierno, que al no poderse lograr por la vía de calle –dada la resistencia
conservadora-electoralista al interior de MARCHA VERDE y en el campo político
de la oposición sistémica- se fue trasladando progresivamente al tortuoso
escenario electoral.
El PRM -principal partido
de la oposición conservadora y pro-estadounidense- se convirtió
persistentemente, con la ayuda del progresismo moderado y de una parte de la
izquierda derechizada, en el instrumento electoral adecuado para castigar al
PLD-Gobierno y desplazarlo por la vía del voto; posibilidad que se fortaleció
con la división formal del partido oficial, el febril activismo de la facción
de Leonel Fernández contra el Gobierno del PLD, y la escogencia como candidato
gubernamental de GONZALO CASTILLO, testaferro de la corrupción danilista, el
peor de los candidatos posibles.
Igual es explicable el
record en abstención, una parte importante de la cual obedece a una gran y
creciente desconfianza popular en el ya desacreditado partidismo tradicional,
potenciada ésta por la manera como ambos polos electorales manipularon la
pandemia y por los riesgos derivados de un repunte del contagio.
• EL DÍA DESPUÉS.Todos
los procesos tienen un día después.
Claro, es un día de larga
duración, con muchas 24 horas en las que se despliegan las consecuencias del
periodo anterior.
El después de este
proceso electoral con Covid 19, puesto en marcha en el marco de la crisis más
grave de nuestra historia reciente, se ha iniciado con la prefiguración de un
nuevo Gobierno y una nueva correlación de fuerzas al interior del Estado a
favor del PRM y aliados.
Es pertinente, por tanto,
describir a grandes rasgos la situación del país y el Estado-gobierno “montado”
sobre esta mega-crisis.
La combinación de problemas adversos no tiene precedente en el último siglo:
-Más Covid 19… y a mas Covid, mayor crisis sanitaria y mayor profundidad en la
crisis económica-social; luego de fracasada la apertura o reactivación
económica, antes de concluir su segunda fase.
-Indicadores
estremecedores: un desempleo brutal que arranca con un millón de
trabajadores/as despedidos, quiebra masiva de pequeñas empresas, incremento
extraordinario de la miseria en la marginalidad social, déficit fiscal de
alrededor de 5 mil millones de dólares, contracción del PBI del 5 % promedio; y
una deuda externa superior al 50% del PBI, que consume más del 40% del
presupuesto y que dado el desplome de turismo, exportaciones y remesas, se
proponen aumentar bajo dictados del FMI y BM, y tutela supranacional
estadounidense.
Grave crisis ambiental,
incluida escasez de agua, a la que pretenden agregarle -so pretexto de
“recuperación económica”- una fórmula “made in usa” que consiste en autorizar
nuevas concesiones de explotación minera, que a su vez provocarían enormes
daños a importantes sistema de agua del país.
En fin, estamos frente a
una especie de triple catástrofe (ambiental, socio-económica y sanitaria), que
seguiría activa y potenciada en un país con el cuadro descrito y en vía de ser
gobernado por otra de derecha conservadora como lo es el PRM y su proyecto de
gobierno encabezado por el candidato triunfante, el empresario Luis Abinader.
Me refiero a una derecha
político-social también comprometida con grupos económicos poderosos, presta a
nuevos y onerosos endeudamientos, proclive a ceder ante la embestida minera y a
la re-colonización imperialista; y, en lo inmediato, comprometida con el
reconocimiento a Guaidó y la agresiva política de EEUU contra Venezuela
Bolivariana y contra la soberanía continental.
Vale agregar, que aunque
el PRM, y sectores extra-partidos aliados a él, exhiben algunas figuras que
inspiran respecto y podrían jugar roles contestatarios valiosos en el Congreso,
en lo fundamental se trata de un partido procedente de estructuras y prácticas
degradadas por décadas de corrupción y clientelismo, e incluso infectada por la
narco-política y la inversión empresarial.
Por todo esto, en este caso, existen demasiadas probabilidades, de que como
dice el refrán popular, “la felicidad en casa del pobre dure poco”.
En perspectiva, a mediano
plazo, estos resultados electorales y sus posibles consecuencias, tienden a
reforzar la necesidad de superar está institucionalidad y este sistema político
y partidos; por lo que más allá de estas votaciones y sus consecuencias, es
necesario que la mirada y voluntad de las fuerzas transformadoras apunten hacia
un CAMBIO RADICAL que rescate soberanía popular y nacional; presente siempre la
obligación de luchar contra la decisión de la clase dominante-gobernante, ayer
y hoy, de volcar los efectos desgarradores sobre el pueblo trabajador, las
capas medias y los sectores empobrecidos.
Entonces, –como escribí
en un artículo reciente- “el contraste esperanzador, lo marcaría un pueblo
decidido a no dejarse matar de hambre ni de sed, y a no aceptar pasivamente más
borrón y cuenta nueva. Así de crucial será el después de hoy”. (7-7-2020 /
Santo domingo, RD).