Por: Manuel Salazar
La tarea política
central del 2022 debe ser desarrollar la movilización política y social de los
trabajadores y demás sectores populares, y en ese proceso, unir las reservas
patrióticas, democráticas, y de izquierda de la nación, para construir una
opción política de poder, unitaria y diversa en su composición. Más allá de los
grupos, movimientos y partidos constituidos; pero incluyéndolos con toda su
importancia, y nunca contra estos grupos.
Este proyecto debiera
proponerse de manera clara relevar al actual gobierno en el 2024, y cerrar el
paso a la posibilidad de regreso al poder del peledeísmo, llámese danilismo,
leonelismo, o cualquiera de sus derivaciones.
Convertir al pueblo
participante, en el escenario y punto de partida para la unidad y la construcción
de esa opción de poder. Unir MÁS izquierda y progresismo en este contexto,
sobre la base de un programa político mínimo, que también surja de la
participación popular.
La izquierda y el
progresismo nos hemos unido infinidad de veces, e infinidad de veces nos hemos
desunido. En infinidad de veces, de cada unidad lograda han surgido más
divisiones y enconos personales que la cantidad de grupos originarios de esa
unidad. Cuando se unieron tres, de las divisiones salieron cinco y hasta más
nuevos grupos.
Ha habido esfuerzos de
unidad de izquierda grandes y fuertes, el Frente de Izquierda Dominicana, FID;
la Izquierda Unida; Unidad Socialista; la Unión Caamañista Revolucionaria, UCR;
Unidad del Pueblo. Muchos. Y se han dispersado, sin que hasta el momento hayamos
evaluado esas experiencias, y por el contrario se sigue reclamando la unidad
como si nada; y hasta buscando adjetivos para calificar nuevas iniciativas
unitarias.
Hay que tomar en cuenta
esas experiencias fallidas, para aprender y volver a hacerlo con la seguridad
mínima de que habrá MÁS izquierda en unidad trascendente.
Hay que insistir en la
necesidad de la unidad progresista y de izquierda. Trabajar con desprendimiento
y más entusiasmo para lograrla. Pero tenemos que ser inteligentes y buscar
maneras nuevas.
No hay que desmayar en
ese esfuerzo por más desafortunadas que hayan sido las experiencias, casi
todas, las que hayamos sufrido.
Hay que tener presente
la inteligencia de Alberto Einstein cuando decía que "locura es hacer una
y otra vez lo mismo, y esperar resultados diferentes".
Y en ese espíritu,
probar caminos y formas nuevas para la unidad; que garanticen sea fuerte y
duradera, e integre a MÁS izquierda y progresismo que la de los grupos ya
constituidos. Hay mucho más izquierda y progresismo en la sociedad, y deben ser
determinantes en un proyecto unitario de poder.
Porque hay que
presentar un proyecto creíble de poder. Sólo la irrupción con fuerza en la
sociedad puede voltear las miradas de una mayoría hacia nosotros, los de MÁS
izquierda y progresismo. La irrupción fuerte, creíble, puede vencer el
maleficio de las tantas unidades fracasadas.
Sólo la irrupción
fuerte, creíble, puede hacer grietas al clientelismo dominante en el sistema
electoral dominicano, y lograr que una mayoría nos vea como opción de poder, y
entonces valore que puede poner su presente y futuro de vida en nuestras manos.
No podemos salir con
nada que parezca testimonio de carrera; ni como gimnasia política.
Hay que tener
responsabilidad y vergüenza históricas, y atrevemos a explorar caminos y
métodos nuevos; para abandonar la competencia burda, y dar paso a la emulación
sana, y la complementariedad de desarrollos y cualidades.
Este 2022 nos convoca a mucha inteligencia y trabajo para la lucha cívica de masas, y construir una opción unitaria de poder hacia el 2024.
Fuente: Ninguno de los anteriores | Acento
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