Con motivo del 1o de mayo, el día de la unidad, la solidaridad y la lucha de los trabajadores y trabajadoras de todos los países:
El Partido Comunista del Trabajo de República Dominicana y la Conferencia Internacional de partidos y Organizaciones Marxista-Leninistas saludaron el Primero de Mayo como un día memorable en la lucha de los trabajadores y los pueblos contra la explotación, por su liberación, la libertad y la democracia.
Desde el 1 de mayo de 2023, hemos levantado más alto nuestras banderas de lucha haciendo crecer nuestra unidad y fortaleciendo nuestra solidaridad en nuestras huelgas y actos de resistencia en casi todos los países.
Venimos de la
huelga automotriz en EEUU. Sacudimos el Reino Unido con las huelgas de los
trabajadores de los muelles, los ferrocarriles, la educación y la sanidad.
Después de los trabajadores de la energía, hicimos huelga en Francia contra el
aumento de la edad de jubilación, construimos barricadas junto con profesores y
jóvenes; salimos a la calle como agricultores. En Burkina Faso, salimos a la
calle contra el golpe de Estado. Apenas han pasado dos años desde
las revueltas de Kazajstán y Sri Lanka. En la India, estuvimos dos años
seguidos en huelga general con cientos de millones de personas; como
campesinos, ocupamos las plazas de la capital. En Irán, el régimen reaccionario
reprimió por la fuerza las manifestaciones que estallaron por el asesinato de
Mahsa Amini cuando tendían a convertirse en un levantamieto. En América Latina crece el descontento de los trabajadores y la juventud
contra la explotación imperialista y la opresión de las oligarquías locales. En
Argentina, se desarrollan acciones de masas en las calles en oposición al
gobierno reaccionario de Milei. En Turquía, los trabajadores continúan sus
huelgas locales, una tras otra, exigiendo derechos sindicales y aumentos
salariales bajo el ataque de la gendarmería y la policía.
Los capitalistas y sus gobiernos se niegan a conceder aumentos salariales
con la excusa de que deterioraría la inflación, pero recortan el gasto público
y destinan cada vez menos dinero a la educación y la sanidad. Sin embargo,
cuando se trata de armamento, gastan generosamente. No conocen límites en
armamento y aumentan sus presupuestos militares.
La rivalidad
entre los imperialistas reunidos en torno a bloques se intensifica y los
conflictos por la hegemonía, por ejemplo en Ucrania, donde la guerra lleva más de dos años. Ostensiblemente
Ucrania está luchando, pero la verdadera guerra es entre los EE.UU. y la OTAN,
por un lado, y Rusia, apoyada por China, por el otro. Los imperialistas, que
luchan entre sí por el control de las riquezas
subterráneas y aéreas de los pueblos y arrastrar al mundo a una nueva guerra
extensiva, también cargan los gastos de guerra sobre las espaldas de los
pueblos trabajadores. Los misiles, tanques y aviones que enriquecen a sus
productores, los monopolios, se producen con nuestros impuestos. Como en el
caso de la guerra en Ucrania, la guerra hace subir los precios de la energía y
de los cereales. Millones de trabajadores se ven obligados a emigrar a causa de
la guerra, el hambre y la pobreza. En Oriente Próximo, Israel ha lanzado un
ataque brutal contra el pueblo palestino, que se ha cobrado la vida de más de
34.000 personas, entre ellas mujeres, niños y ancianos. Este genocidio es
condenado por los trabajadores y los pueblos del mundo.
La burguesía internacional y el
imperialismo, que empeoran las condiciones de vida y de trabajo, ignoran la
justicia social e imponen la guerra a los trabajadores y los pueblos del mundo,
intensifican las fuerzas reaccionarias para mantener su dominio. Hay ejemplos
de lo contrario, como el declive del fascismo en Bolivia. Sin embargo, los gobiernos
burgueses, imperialistas y colaboracionistas alimentan a los reaccionarios en
todos los ámbitos de la vida. Conspiran contra la democracia burguesa y buscan
reemplazarla con un estado policial. Todos los días se promulgan leyes que
restringen las libertades en casi todos los países. Por ejemplo, en Gran
Bretaña, la llamada "cuna de la democracia", se aprueban nuevas leyes
para hacer las huelgas casi imposibles.
Tenemos que unirnos y luchar no sólo
por los salarios y los derechos sociales sino también por la paz y nuestras libertades,
como organizaciones sindicales y políticas contra las fuerzas reaccionarias y
el fascismo.
En la República Dominicana este Primero de Mayo
encuentra a los trabajadores y trabajadoras padeciendo los rigores de una
legislación nacional al servicio de la patronal, que permite prohibición de
organización sindical en empresas de zonas francas, mineras y otras
multinacionales.
E nuestro país, los trabajadores y los sectores
populares sufren las consecuencias de una ley general de salud y un sistema de
seguridad social construidos en lucrativo negocio para el gran capital
financiero, cuando los gobiernos entregaron la salud al control de los bancos
por medio de las llamadas AFP y ARS.
Ante esa situación, el llamado a los trabajadores y trabajadoras dominicanos es a continuar la lucha por los derechos y reivindicaciones laborales, sociales y políticas, en aras de conquistar salarios justos, servicio público de salud efectivo y de calidad; hacer valer el derecho a la libre sindicalización de los trabajadores.
Firmado,
El Secretariado del Comité
Central del PCT
Santo Domingo, D. N
30 de abril 2024.
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