Por: Francis Santana
En una de las veces que
el intelectual progresista brasileño Frei Betto visitó la República Dominicana,
expresó lo siguiente: "Cristo volverá y encontrará a la izquierda
dominicana dividida".
Considero que hasta
tanto no sean establecidas las verdaderas causas de la práctica sectaria,
vanguardista y recurrentemente divisionista de nuestra izquierda, ésta
continuará fragmentándose, compitiendo entre sí y apostando a ser vanguardia en
base al fracaso de las otras organizaciones similares.
Se aducía que la causa
de esas divisiones eran las pugnas chino-soviéticas. Esas pugnas hace varias
décadas que no existen; pero aquí seguimos más divididos.
No nos uníamos (se
decía) por diferencias sobre el carácter de la revolución, y ya en lo
fundamental esa contradicción ha sido superada; pero seguimos cada día más
separados.
Nos dividimos
peleándonos en relación a cual era la vanguardia; pero hoy ningún grupo de
nuestra izquierda se atreve a auto-proclamarse la vanguardia de la revolución
dominicana; pero seguimos más fraccionados que en cualquier tiempo pasado.
No nos uníamos por
diferencias respecto a la pertinencia o no de participar en los procesos
electorales y hoy la gran mayoría de la izquierda cree en la posibilidad de
participar en esos procesos; pero ni los que pensamos de esta manera nos
unimos.
No nos uníamos porque
algunas organizaciones no creían correcto llegar a acuerdos con determinados
partidos del sistema; pero los que no están de acuerdo en practicar ese tipo de
unidad, tampoco se unen.
Se plantea la necesidad
de hacer un balance a profundidad de la práctica histórica y presente de la
izquierda para desentrañar las causas de sus errores, para aprender de esa
historia y corregir nuestras fallas, desviaciones e inconsecuencias y ver
también nuestras fortalezas; pero tampoco se hacen esfuerzos serios para hacer
ese balance; al contrario, se sabotean permanentemente.
Es más que evidente que
ha sido difícil construir la unidad de la izquierda.
Y ha sido más que
evidente además, que esa unidad se ha convertido en una meta política frente a
la que nos hemos venido descalificando.
Pienso, a partir de lo
que ha venido sucediendo en relación a este tema, que quienes han desempeñado
los roles de principales dirigentes de la izquierda en los últimos 50 años
tienen ( y no me excluyo) la mayor cuota de responsabilidad en las divisiones,
el sectarismo y en la demostrada incapacidad para unirnos.
Pero de lo que debemos
estar absolutamente seguros es de que sin unidad de las fuerzas
revolucionarias, patrióticas y progresistas de la nación, no será posible alcanzar
la plena independencia nacional y avanzar ininterrumpidamente hacia un sistema
social que no será capitalista.
Saludo los esfuerzos de
quienes desde distintos ángulos vienen promoviendo la unidad de la izquierda dominicana
y los llamo humildemente a perseverar en ese sendero, tortuoso y digno a la
vez.
No tengo duda alguna de
que habrá en el país una gran unidad del campo popular, revolucionario y
progresista, al igual que como estoy sólidamente convencido de que podemos
vencer...y de que venceremos.
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