Por Ángel Cappa (*)
Soy
de izquierda porque soy anticapitalista. Porque entiendo que el capitalismo es
un sistema profundamente injusto, que genera desigualdades inaceptables, que
destruye la naturaleza, que tiene al dinero como único dios verdadero, que
desprecia la vida humana en razón del beneficio económico, que es incompatible
con la democracia; donde una minoría de superricos se aprovecha del esfuerzo de
la mayoría, que utiliza la violencia para imponer su dominio y reprimir a
quienes se atreven a combatirlo. Que roba nuestros bienes comunes, como la
sanidad, la educación, la cultura, los servicios sociales, el deporte.
Soy
de izquierda porque quiero cambiar este sistema de vida por otro que sea justo
y realmente democrático.
Soy
de izquierda porque entiendo que esa tarea social y política no es de los
políticos, solamente, sino de todos los que nos oponemos al capitalismo.
Soy
de izquierda porque me ofenden los políticos que dicen gobernar o actuar para
nosotros, que dicen representarnos. No quiero que nadie haga nada por nosotros,
sino con nosotros, que nadie nos represente sino que nos obedezcan, o sea que,
si gobiernan, manden obedeciendo.
Soy
de izquierda porque quiero tener mi propia visión de la realidad y no la que
machaconamente tratan de inculcarme los medios de (in)comunicación.
Soy
de izquierda porque sé que “siempre habrá un orden que desordenar”, como dice
Benedetti en un poema.
Es
decir porque sé que no somos, sino que estamos siendo y que nunca terminamos de
ser.
Soy
de izquierda porque no concibo la educación que no forme personas críticas,
rebeldes, que no ayude a pensar, a descubrir, a respetar al otro como tal, que
no fomente la solidaridad y que no reniegue del individualismo, del egoísmo.
Soy
de izquierda porque para mí, la libertad de cada uno no termina donde empieza
la libertad del otro, sino que empieza con la libertad de los demás. Porque no
soy libre si no lo son todos los demás.
Soy
de izquierda porque me indignan los que convierten o quieren convertir la
sanidad en un negocio privado.
Porque
las multinacionales nos han robado el fútbol que tanto quiero, le han
traspasado sus valores empresariales y negado la importancia vital del juego,
para respetar solo el resultado.
Soy
de izquierda porque no soporto a los que dicen “¿qué vamos a hacer?, esto es lo
que hay” y se conforman con maquillar un poco la brutalidad del sistema.
Soy
de izquierda porque no concibo otro rey que no sea el pueblo soberano. Ni otro
poder que el de ese mismo pueblo.
Porque
sé que sin justicia no hay paz y sin igualdad no hay democracia.
Soy
de izquierda porque pienso que la militancia en los barrios, en las fábricas,
en la universidad, en la calle, es el mejor modo de crear conciencia de clase y
luchar por nuestra dignidad.
En
fin, soy de izquierda porque no me resigno ni me conformo.
(*)
Exfutbolista, exentrenador, comentarista y escritor argentino.
FUENTE: Por qué soy de izquierda - Semanario Voz
No hay comentarios.:
Publicar un comentario