Por: Carlos Francisco Elías
Las más recientes manifestaciones en los Estados Unidos de América, a todo lo largo y ancho de aquel país, pusieron de manifiesto que el viejo We Shall Overcome de 1963 en el Lincoln Memorial, se repetía en la nación entera 57 años después…
Una nueva generación de afroamericanos tomaba el relevo con una
fuerza inquebrantable, con mayores razones para una causa de justicia y equidad
retardada: » Sin Justicia no hay Paz «… Es la lógica simple y profunda de una
pintada de la calle. Los eslóganes, los lemas vociferados por niños y adultos,
siguen manteniendo ese tipo de lógica que cada vez más se hace irrebatible: »
Todo silencio posible, te hace cómplice «.
Esta pintada, es un guiño de ojo a la Comunidad Blanca y Latina,
que esta vez ha tenido una visibilidad solidaria evidente en todas las calles,
en manifestaciones multitudinarias auspiciadas por Black Live Matter,
movimiento social líder, favorecido su flujo de masas por el crimen de George
Floyd, a manos de la policía de Minneapolis.
«Life Can not Be a White Privilege», la vida no puede ser un
privilegio blanco, es otra de las pancartas, una de tantas que muestra la
fuerza del proselitismo de Black Live Matter y el cartel tiene más fuerza de
reafirmación porque en muchas secuencias de televisión, quienes mostraban esos
carteles eran personas blancas.
Ello nos remite a la historia inevitable: los debates de William
F. Buckley y James Baldwin en 1965 en la Universidad de Cambridge. Buckley fue
un pensador inspirador del viejo conservadurismo norteamericano, pro Reagan,
fundador de National Review y luego de las famosas emisiones de Tv en New York
– Wort Tv, entre 1966 hasta 199 llamadas Firing Lines, hasta que la
conservadora Margaret Hoover,de las nuevas generaciones, tomara el relevo en el
año 2018.
Un alucinante libro de Nicholas Buccola, editado en el 2019 por Princeton
Press, titulado » El fuego sobre Nosotros » -The Fire Is Upon Us – compendia
aquellos debates, de nuevo convertidos en realidad escalofriante…
Buckley además fue editor de The Atlantic.
Ante Baldwin, Buckley jugaba al conservador moderado, que conocía las
consecuencias del racismo y sus futuros estallidos ya maduros. Pero no admitía
los orígenes de toda aquella problemática y tenía dificultades de argumentación
ante Baldwin, cuando éste mezclaba su retórica de fundación del capitalismo
norteamericano y la mano de obra afroamericana.
Aquellas ideas de esos debates, vuelven hoy a cobrar vida,
especialmente las ideas de James Baldwin, que se apresuró a desarrollar, con
gran tino analítico, profundo, muchas de la tesis que hoy aparecen sintetizadas
en las pancartas multirraciales: Baldwin fue preclaro cuando afirmaba en esos
debates de 1965: «El sueño americano es a expensas del negro americano » ( «The
American Dream is at the expense of the American Negro”).
Pero dijo mucho más: entendía que el problema racial
norteamericano no era unilateral de los negros, que los blancos en esa
sociedad, tenían una alta cuota de responsabilidad moral, para hacer más
habitable aquel espacio que James Baldwin, como expatriado, acusaba de
frustratorio, decía que ahogaba conciencias en una confusión cada «vez más
agonizante «…
El Sur perdió la guerra física, la de los cañones, y de aquella
derrota física, apegado a su modo de vida, haciendo de sus símbolos esclavistas
una nueva divisa «moral», hizo prevalecer monumentos, nombres y banderas, como
si los Confederados, su nombre en la guerra de Secesión, habían vencido de modo
fulminante.
Visto el tiempo, si hoy se sigue luchando contra nuevas formas
de racismo y segregación, en cierta manera, el Sur ha tenido a lo largo de
mucho más de medio siglo, una victoria moral e ideológica y la actual
presidencia de Donald J. Trump, a lo largo de últimos 4 años de mandato
presidencial, lo que ha hecho es reforzar modelos de racismo y supremacía
blanca, que enquistados en las redes sociales, reproducidos por el mismo Trump
en su herramienta de Twitter, lo que han hecho es polarizar mucho más la
situación hoy deteriorada ante un movimiento en pie de lucha con aceptación
nacional, llamado Black Live Matter, fundado en año 2013 por varias mujeres :
Alicia Garza, Opal Tometi y Patrisse Cullors. Esa será otra historia…
2 / DERRIBADAS LAS ESTATUTAS, QUEDA UNA LARGA REFLEXION POR
HACER DEL MODELO DE ARTE PUBLICO Y LA MEMORIA COLONIAL URBANA MUNDIAL…
Casi por instinto, al recordar las estatuas de bronce
mancillado, he pensado en aquella vieja lectura apasionada de Marcel Proust y
la Muerte de las Catedrales. Como se recordará, casi al final de este libro
Proust habla de las iglesias asesinadas y de la Muerte de las Catedrales. Lo
hace con un vigor de esteta y francés que acude a sus refugios visuales
esenciales, donde el arte público religioso es como si fuera su pan de cada
día.
Hay un tono de defensa, una pertenencia a lo cotidiano urbano,
nada comparable a lo que ahora nos toca.
En los Estados Unidos de América, de nuevo el Sur, en materia de
arte público, aquel embellecimiento que lucen las ciudades como parte e
impronta de su historia, se ha salido con la suya.
¿Qué sentido de identidad urbana puede tener un ser humano en un
espacio que le niega con símbolos del pasado la verdad de su historia
identitaria ?…
Entre el 30 de mayo y el 12 de junio, la furia de los
manifestantes, lo que se debió hacer en 1875-1885, el tiempo de la
reconstrucción luego de la Guerra Civil, se ha tenido que hacer siglos después:
desaparecer los símbolos de la opresión esclavista que distinguió: calles,
estatuas, nombre de batallas, nombres de fuertes o campamentos militares donde
la comunidad afroamericana es numerosa.
Puentes. Banderas confederadas. Personajes de alto rango de los
Confederados, generales Robert E. Lee. Williams Carter Wickham, entre otros.
Son ajustes de cuentas con un pasado de humillaciones terribles.
Para la Comunidad afroamericana, de modo cotidiano en su experiencia urbana era
volver a vivir las referencias visuales de un pasado cuyos activos símbolos
urbanos negaban su condición de ciudadano común y normal, en aquel país donde
sus antecesores no pidieron ir…
La ola Floydiana se extendió hacia fuera de los Estados Unidos
de América y países con pasado colonial como Bélgica, Suiza, Canadá, Francia e
Inglaterra, se vieron envueltos en ese pasado común de exaltación a la
esclavitud en las ciudades, como si fuera algo moralmente aceptable…
Detrás de estos actos de violencia frontal, donde las estatuas
han sufrido como si hubieran sido seres humanos, lo que hay es una
confrontación contra un arte público que está sustentado en una noción de la
historia falsa y laudatoria de una falacia. Así se decoraron esas ciudades:
Alabama, Richmond, Bentoville, Georgia. North Carolina. Indiana, entre otras
ciudades…
Sin embargo, sostengo que el tema no es la calentura del derribo
entre las masas de las estatuas, desbordado ahora el Movimiento Social Black
Live Matter,(**) debe tomar su tiempo y comenzar a realizar una pedagogía
televisiva para debatir las razones de esos derribos, cuyo fin último debiese
ser la reflexión profunda sobre estos eventos de candente actualidad histórica…
El arte público concebido de esta forma dominadora, además tiene
un vínculo negador con la identidad afroamericana, armada la ciudad de tal
modo, para que un sector de sus ciudadanos no se sienta identificado con ese
legado de oprobio y sometimiento… (CFE).