Por Julio Disla
Recientemente, una comentarista del diario The New York Times revelaba parte del trasfondo “recuperador” de las nuevas estrategias de Estados Unidos para apoderarse de mercados y espacios geopolíticos, y desplazar a China de Costa Rica, República Dominicana y Panamá en materia de producciones de nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones.
Dice el articulo:” No podemos culpar a nuestros aliados latinoamericanos por recurrir a China para realizar inversiones que nosotros no le ofrecemos. Mientras hemos estado fuera, intentando dirigir el mundo, nos han sacado a codazos de nuestro propio hemisferio”.
Pero ¿realmente la nación estadounidense ha estado fuera o lejos del control militar en Latinoamérica, o China o cualquier otro de los enemigos de Washington son los pretextos actuales para ampliar y fortalecer sus bases militares en la región?
De acuerdo con un articulo publicado en el sitio chileno BBCL el pasado 20 de abril, Estados Unidos tiene instaladas 12 bases militares en Panama,12 en Puerto Rico, nueve en Colombia, ocho en Perú, tres en Honduras, dos en Paraguay, así como instalaciones de este tipo en Aruba, Costa Rica, El Salvador.
Añade la fuente citada más arriba, que, en Colombia, la Base Aérea de Palanquero es un centro de operaciones “para misiones de contra narcóticos y ayuda humanitaria”. En Honduras, la Base Aérea de Soto Cano, también conocida como Palmerola, apoya las operaciones conjuntas en toda la región.
La base naval de la Bahía de Guantánamo, en Cuba, es la base militar estadounidense en el extranjero más antigua, que tomó por la fuerza en 1898 y que mantiene en contra de la voluntad de los cubanos. Según datos de la American University de Washington, Estados Unidos mantiene 800 bases militares norteamericanas en más de 70 países por todo el mundo.
Evitar la expansión China en la región”, es el propósito fundamental de la política exterior norteamericana, así lo afirmó a los cuatro vientos, la jefa del tristemente célebre Comando Sur, Laura Richardson, durante sus visitas nupciales o de reconquistas por las capitales de la región.
Estados Unidos puede frenar la expansión de China en la región a través de unas series de combinaciones de estrategias diplomáticas, económicas, militares y tecnológicas, en el presente articulo solo incluimos algunas.
El Presidente Argentino, como nuevo peón de la Casa Blanca en la región para su estrategia anti expansionista y de recolonización de Nuestra America,ha anunciado, en el contexto de una visita de la Generala del Comando Sur, Laura Richardson, la posibilidad de abril una base militar de Estados Unidos en ese territorio del extremo sur,” puerta de entrada a la Antártida, como un supuesto “primer paso” para recuperar las Malvinas, al tiempo que defiende el estrechamiento de los lazos íntimos con Washington y solicita sumarse a las estructuras de la OTAN como socio global.
En Ecuador, tras los sucesos violentos de extrema inseguridad producido en enero de este año, el presidente Daniel Noboa aseguró que las autoridades de Estados Unidos están dispuestas a colaborar en su “guerra contra la “criminalidad”.
Las palabras de Noboa se producen después de reunirse con el exsenador estadounidense por el Estado de Connecticut, Christopher Dodd y con Laura Richardson. Pocos días después se produjeron gestos de acercamiento entre servicios de inteligencia y de defensa de ambos países, noticias de posibles nuevas bases militares yanquis y la internacionalmente condenada irrupción ilegal, por las autoridades ecuatorianas, en la sede diplomática de México, pisoteando el derecho internacional y la inmunidad diplomática.
Detrás del muro anti chino están las cañoneras devenidas portaviones con aeronaves no tripuladas exterminadores que, en lugar de robar platanales y yacimientos petroleros, buscan reapoderarse de litio, grandes fuentes de agua y espacios geoestratégicos para nuevas bases militares.