Por Manuel Salazar
Es una premisa positiva que el presidente Luis Abinader escuche y responda las opiniones del pueblo y de la oposición, tal y como lo dijo de manera reiterada en su alocución al país, ayer, 8 de octubre.
Es una negación rotunda, necesaria, al "soy ciego, sordo y mudo", que fue conducta del presidente anterior frente a reclamos de distintos órdenes que se le hacían.
Esa actitud del presidente Luis Abinader es una premisa, democrática, importante para el debate por los cambios dentro del Cambio y para la lucha popular por estos.
Porque desde hace añales, en el país se impuso una singular manera de garantizar los derechos y libertades públicos, limitándonos a poder hacer reclamos, pero sin que el gobierno ni otros poderes públicos nos hicieran caso.
Se hicieron paros cívicos, llamamientos, huelgas, que por el amplio apoyo popular que tuvieron, fueron verdaderos plebiscitos de reclamos; pero los gobiernos y otras instancias a los que se le formularon las demandas, simplemente los dejaron pasar. No hicieron ningún caso.
Por eso es un avance, minimo, pero un avance, la disposición puesta en práctica por el presidente Luis Abinader de escuchar y responder las protestas del pueblo.
Abre un marco importante para ir por más. Al debate público y la lucha democrática por cambios politicos y sociales significativos.
En su discurso el presidente declaró que no habrá nuevos impuestos en el presupuesto para el próximo año. Es algo.
Y dejó abierta la posibilidad de una discusión para un Pacto Fiscal.
Esta es una oportunidad para el debate y la lucha por cambios, y el movimiento democrático y popular debe comenzarlo.
Un pacto fiscal implica responder a tres, preguntas esenciales en este caso, cuánto dinero deberá obtener el gobierno; de dónde lo va a obtener; y en qué lo va a gastar e invertir.
Es decir, se trata de algo más que una reforma tributaria, que sólo busca obtener dinero.
El presupuesto nacional es el principal instrumento de desarrollo. O debe serlo.
De tal manera que el Pacto Fiscal al que convoca el presidente Luis Abinader es una excelente oportunidad para debatir y luchar por tres cuestiones básicas del proceso democrático que protestamos, cuáles son:
1.- Crecimiento económico para sustentar el desarrollo. Superar el propósito del crecimiento como fin en si mismo. Porque en el país ha habido crecimiento durante 60 años consecutivos, pero con mucha pobreza, porque no ha habido política de desarrollo.
2. - Dar un giro al sistema tributario dominicano para que se obtengan más ingresos públicos a partir de los impuestos directos y se reduzcan por ejemplo, las tasas del ITBIS.
Reducir el carácter regresivo del sistema tributario, y hacerlo más progresivo. Que paguen más los que más tienen, y paguen menos los que tienen poco.
3.- Los impuestos deberían ser utilizados para redistribuir la riqueza y apuntar en el sentido del desarrollo, mejorando la salud, educación y seguridad social públicos. Y transformando las bases productivas del pais, de manera que se garantice la soberania autoalimentaria y el desarrollo de las fuerzas productivas nacionales.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario