Por Rafael Chaljub Mejía
El presidente Luis Abinader acaba de condecorar a seis personalidades ejemplares y con ello ha hecho un acto de merecida justicia.
Felicito de todo corazón a los que han sido reconocidos y tengo razones de sobra para sentirme muy contento por este acontecimiento.
Rafael –Fafa- Taveras, mi maestro, durante mucho tiempo, compañero de militancia, de peligros, de penas y alegrías, compañero de celda por varios años en La Victoria, de cuyas enseñanzas me considero altamente favorecido.
Fidelio Despradel, legendario luchador revolucionario, de su mano, la de don Leandro Guzmán y Manolo Tavárez, me encontré hace ya sesenta años con la teoría marxista. Mi compañero de armas en la guerrilla de noviembre de 1963. Con él también compartí la suerte del prisionero político y comparto aún, al igual que con los otros, la aspiración de un país libre, soberano y progresista.
Rafael –Cucullo- Báez Pérez, uno de los pocos prisioneros del Complot Develado en enero de 1960, que aún siguen la militancia política. Mi compañero de partido, tanto en el Catorce de Junio como en el Movimiento Popular Dominicano, ejemplo de temple y de valor en medio de los más graves peligros, de cuya perseverancia habla su propia historia.
Rafael Pérez Modesto, al que por más de cincuenta y cinco años me une una relación a prueba de discrepancias políticas y del tiempo. Otro de mis compañeros de armas en la guerrilla de 1963, lo mismo que compañeros de celda en dos épocas distintas en La Victoria, por causa de nuestros ideales comunes.
Don Manuel -Manolín- Báez, cuya hoja de servidor público y su condición de ciudadano intachable, honran sobremanera el nombre de la República.
Doña Josefina Padilla, veterana de las luchas contra la tiranía trujillista en 1946, mártir viviente de aquel régimen que le asesinó su esposo, la primera mujer en ser candidata a la vicepresidencia de la República, cuando ostentó esa condición en las elecciones de diciembre de 1962, tiene credenciales suficientes para que en ella todas las mujeres dominicanas y también los hombres se consideren reconocidos.
Y si como dijo Martí, honrar honra, al presidente Abinader hay que extenderle el mérito correspondiente por su sentido de justicia y de la oportunidad, para honrar muy merecidamente a las seis personalidades que acaban de recibir la condecoración, en representación de lo más consciente y digno de todo nuestro pueblo.
Fuente: Celebro esa condecoración | Acento
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