Por Faustino Collado
La burguesía dominicana, aunque se ha hecho
adulta y acumulado grandes capitales, permanece siendo bastarda. Esto
significa que no tiene cohesión ni identidad como clase social capitalista,
estando atada en el círculo de acumulación del capital imperialista, por lo que
obedece las directrices del poder económico y político norteamericano y
europeo.
Lo anterior se puede traducir en que en
Dominicana no ha existido una burguesía nacional, razón por la que ha fracasado
el Estado de derecho burgués, es decir, el cumplimiento de la ley, sea con
dictaduras, regímenes conservadores o bocetos liberales.
Aunque haya existido burgueses cuya
acumulación se basara en la producción y mercado internos, los mismos han
sucumbido al capital extranjero, sea por falta de visión, unidad familiar o de
grupo, limitado tamaño, ideología de súbditos o presión externa del boa.
El
grupo económico dominicano más grande, el oligarca Vicini, aunque no se ha
desconfigurado, fusionó su importante empresa METALDOM con la multinacional del
acero brasileña Gerdau, que ya era propietaria de Industrias Nacionales (INCA).
El
segundo grupo más importante, León Jimenes, terminó en brazos de la
transnacional Ambev, vendiendo el 51% de sus acciones por US$1000 millones. El
tercer grupo tradicional, Brugal y Co, desapareció como nacional al vender el
83% de sus acciones, por US$390 millones a la multinacional escocesa Edrington.
Lo propio pasó con Barceló, absorbido por la multinacional española Varma. El
grupo Ramos está en remojo.
La
que para algunos fue el embrión de burguesía nacional liberal, los industriales
de Herrera, fue tan solo una pieza de un modelo atrofiado. La burguesía
diversificada que se origina en 1969 con los incentivos industriales (Ley 299),
la apertura del mercado interno y externo (ICC de Reagan, acuerdos con el FMI
1983-1985, libertad cambiaria), Ley de Zonas Francas 8-90, Ley de Aranceles
14-93, Ley de Inversión Extranjera 16-95, nació atada al circuito de la
acumulación internacional, y no alcanzó una autonomía de clase.
Los
burgueses diversificados, ya maduros (Corripio, Bonetti, Grullón, Najri,
Villeya, González Cuadra, Barletta, Brache, Armenteros, Abinader,…) como los
nuevos (García, Capellán, Estrella, Rainieri, Martí, Vargas,…), entre los que
están los salidos a partir de 1997 del lavado, narcotráfico y la corrupción,
configuran esa burguesía bastarda, de donde salen partidos sin la más mínima
conciencia de país, a los que hay que sustituir.
Fuente: La bastarda burguesía dominicana – El Desahogo Dominicano (wordpress.com)
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