¿Dónde
está la izquierda? Ha preguntado en días recientes el buen amigo Ramón Colombo.
Y algunos lo han interpretado
como una negación a la izquierda; y yo creo que más bien nos dijo a los de esta
corriente ¡Pónganse las pilas, que este es un buen momento!
Aunque
todavía quedan quienes niegan las diferencias ideológicas y la dicotomía izquierda-
derecha, la realidad es que estas opiniones perdieron base y casi no se
sienten. Francis Fukuyama, por solo citar un caso, ha publicado varios libros
desde aquel "El fin de la Historia y el último hombre" en cuyas
tesis arguyó que "la democracia liberal podía constituir el punto final de
la evolución ideológica de la humanidad", planteamiento
con el que se convirtió en una celebridad en el mundo académico-intelectual y
político; pero sus ideas subsiguientes, aunque buscadas todavía, no concitan
entusiasmo.
La crisis del sistema
capitalista, que es de la civilización creada por este; extendida por
todos los confines del planeta con afecciones graves para el empleo, el
medioambiente y el bienestar de las mayorías trabajadoras y populares; los que
han comenzado de nuevo a la toma de calles y plazas de ciudades importantes,
en rechazo a las políticas de mercado; o con la búsqueda de opciones
políticas orientadas hacia la izquierda y/o el progresismo, como ha ocurrido en
varios países de América Latina, confluyen para afirmar la vigencia histórica
de la dicotomía izquierda- derecha.
Aunque haya diferencias
pronunciadas en la misma izquierda al definir las fronteras de esta tendencia,
es importante que la opinión pública y gran parte del pueblo político asuman,
como al efecto, que en la actualidad histórica esta es una de las que concitan
apoyos populares en la búsqueda de superar los problemas que afectan a las
sociedades.
De tal manera que a los-as
revolucionarios-as dominicanos-as nos toca lidiar entonces con otra cuestión
principal, referida a ¿Cómo hacer la izquierda dominicana en una mayoría
política, de poder?
Asumo la existencia de una
izquierda dominicana, un movimiento de izquierda constituido por muchos
eslabones, políticos y sociales, y por una ética de vida presente en decenas de
miles de personas en la sociedad general; con muchas luces, y con sombras; con
aciertos y desaciertos, y de la que depende la posibilidad de que el país, los
trabajadores y el pueblo, cambien para una situación mejor, y abra la época del
progresismo en el país.
Porque
la izquierda es algo más que la membresía en una organización y asumir un
programa político determinados, y comporta una ética y valores que expresan una
opción de vida. Hay gente sin filiación partidaria que vive la decencia y la
honestidad, la solidaridad y la justicia, la tolerancia y la opción por las
causas de las mayorías, con una consecuencia encomiable. La izquierda
dominicana, así concebida, es decenas de miles de personas.
Con esa izquierda se deberá
constituir la fuerza política que ponga fin al dominio político de los sectores
conservadores en el país, y abra una nueva época.
La izquierda no es minoría,
solo que está dispersa, y la unidad es la respuesta inmediata.
Pero la unidad ha sido
planteada y lograda infinidad de veces, e infinidad de veces se han producido
las divisiones de los mismos que se han unido; y puestos a insistir en la
misma, como un camino necesario, inevitable, es preciso aprender de las
experiencias fallidas para no repetir errores.
Y aquí está planteado el
desafío: ¿Cómo unir en un solo sentido y propósito esa diversidad, que es de
miles de personas, una complejidad de sectores de clase sociales?
Las fórmulas podrían ser infinitas, pero cada una de estas tendrían que destacar caminos nuevos, audaces si se quiere; la idea de insistir solo en lo que une, y no en lo que divide, como alguna vez aconsejaría el presidente Mao Tse tung; asumir el sincretismo cultural del pueblo dominicano, por su procedencia aborigen, africana e hispana, que aporta una tendencia natural a la diversidad, por lo que esto no debe ser asumido como fatalidad de dispersión; sino como reclamo a procurar formas organizativas y dinámicas de ejercicio democrático que hagan posible la unidad en lo diverso. Y en ese sentido, integrar la movilización cultural, que es un elemento esencial de la unidad del ser nacional.
A crear y atrevernos a
caminos nuevos, está convocada la inteligencia y voluntad de la izquierda
dominicana.
Fuente: La izquierda está por doquier y no es minoría | Acento
No hay comentarios.:
Publicar un comentario