Por Manuel Salazar
Es saludable que el presidente haya expresado propuestas y la voluntad de reformas institucionales.
Abre un espacio para el debate político en el país, y hay que entrar a ese espacio con propuestas propias, en actitud de disputar posiciones desde una perspectiva progresista y realmente democrática.
En este debate no valen las generalidades. Hay que pensar bien y proponer propuestas específicas de cambios democráticos, que tengan la mira puesta en cambiar lo más que se pueda el régimen político institucional actual que, tanto lo hemos dicho, debió morir con Trujillo.
Sin instituciones fuertes y creíbles no hay proceso democrático.
Y resulta que por múltiples razones, entre estas la corrupción y la impunidad, pero por muchas más, la instituciones dominicanas están desacreditadas.
Tómese por caso la Policía Nacional. Son muy pocos los que creen en esa institución, y corresponde que se le haga una transformación a fondo.
Hay que recibir las propuestas que ha formulado el presidente Luis Abinader en un espíritu positivo y en la voluntad de estudiarlas a fondo, apoyar las que deban ser apoyadas, y proponer otras que consideremos necesarias para habilitar el país hacía una nueva transición democrática, con reformas políticas y sociales amplias y profundas.
Es importante la intención planteada, de recuperar el dinero público que haya sido desviado de manera ilícita desde las arcas del Estado hacia bolsillos particulares.
Y es de seguir con interés, la intención también planteada, de dar fuerza institucional y práctica a la participación popular a través de plebiscitos.
La Constitución actual los prevé, pero en un marco tan limitado que hace imposible que la ciudadanía se proponga siquiera desarrollar iniciativas para expresar por esa vía su opinión y voluntad, respecto a cualquier asunto sustancial de la vida pública nacional.
Ampliar el marco jurídico/constitucional del referéndum, podría ser una iniciativa de reforma constitucional habilitante a reformas posteriores más profundas, encaminadas a descentralizar el régimen y dar amplia cobertura a la participación popular directa en los asuntos públicos, más allá de la participación en las elecciones generales.
Una reforma habilitante como esta referida al referéndum, podría tener en la mira futura a la Constituyente por voto popular.
Una lectura general a las iniciativas planteadas por el presidente Luis Abinader en su discurso de anoche, 9 de diciembre; destacan cambios importantes para quitar espacio a la corrupción y hacer un manejo más eficiente y eficaz del dinero público.
Pero tienen un gran ausente, cuál es, la participación popular en los controles.
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