domingo, 27 de febrero de 2022

ABINADER Y LAS CUENTAS DEL ATRASO POLÍTICO

Por: Lilliam Oviedo

Luis Abinader Corona

El país que describe Luis Abinader es aquel cuya economía ha crecido en más del doce y medio por ciento, espera grandes inversiones en sectores como energía y turismo y ha logrado avances en salud, educación y cobertura de servicios sociales. Muy distinto a aquel país donde la tasa de desocupación superó el ocho por ciento el año pasado, el empleo informal y el de zonas francas pagan bajos salarios, los precios de los alimentos suben cada día, los servicios básicos siguen siendo precarios y el gobierno reprime para acallar el descontento popular que la manipulación del poder mediático no logra ocultar.

No es Luis Abinader el primer presidente dominicano que en un discurso protocolar de rendición de cuentas ante la Asamblea Nacional describe el país que figura en los registros de Héctor Valdez Albizu, gobernador del Banco Central con un sueldo de más de millón y medio de pesos y a quien banqueros, asesores globales y politiqueros nacionales reconocen como inamovible (ocupó el puesto entre 1994 y 2000 y lo ocupa ahora desde el año 2004). 

Las frases con las cuales Abinader intenta imprimir dinamismo a su exposición del 27 de febrero recuerdan las de su antecesor inmediato, Danilo Medina, quien realizaba anuncios altisonantes para decir que cumplía su promesa de “hacer lo que nunca se ha hecho”.

Entre la demagogia y el descaro, Abinader evadió la descripción del país en el cual las mayorías cargan con la deuda externa y la pagan al transportarse, al adquirir alimentos y hasta al demandar servicios hospitalarios.

Protagonizó un espectáculo precedido por el elogioso y vacuo discurso del presidente del Senado, Eduardo Estrella, y por el coro (contratado y movilizado para la ocasión) que a su llegada a la sede del Congreso pedía la reelección vociferando “¡Cuatro más, cuatro más!”

Si en diciembre pasado posó vestido de militar para exhibir su apego al autoritarismo, el 27 de febrero dejó ver por encima del traje de gala ese mismo apego y la pretensión de presentar al pueblo una realidad edulcorada mientras negocia con la clase dominante la continuidad del abuso y el saqueo.

Reiteró su compromiso contra la corrupción y utilizó como bandera la meta de un Ministerio Público independiente, pero la promesa de justicia pierde impacto.

Sucede que muchas deudas con esta sociedad no están siendo cobradas. ¿Qué decir de las “alcancías” humanas de Leonel Fernández, de muchos de los allegados a Hipólito Mejía y de los mismos dos expresidentes? ¿Acaso no son responsables de muchos actos de saqueo? ¿Y acaso perimieron los actos de corrupción de figuras ligadas al balaguerismo que siguen financiando campañas y apadrinando proyectos politiqueros? ¿Por qué no han tenido que responder pregunta alguna el propio Danilo Medina y Margarita Cedeño? 

Con o sin las leyes que entrarían a formar parte de la definición del sistema judicial, el sistema político sigue siendo preservado mediante la impunidad.

CUENTAS QUE OLVIDÓ RENDIR

No solo su fortuna personal superior a los 4 mil millones de pesos y su vinculación con empresas offshore para multiplicar el dinero en paraísos fiscales quedaron fuera de su rendición de cuentas, también su compromiso con el atraso político y la sumisión colonialista.

¿Por qué la Cancillería emitió hace unos días un ridículo comunicado poniéndose del lado de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, y de los intereses de Estados Unidos? ¿Por qué se ha prestado a colaborar en manejos imperialistas contra Venezuela y contra Cuba? Esa pregunta no fue respondida.

A un pueblo que conoce la brutalidad policial y sabe que las ejecuciones extrajudiciales son parte de una política de Estado, le habla de reforma policial y le presenta la contratación de un policía globalista como el español Pepe Vila y la colaboración de la mercenaria y exterminadora Policía de Colombia como puntos de importancia en esa reforma. Esto, claro, con la dirección de Estados Unidos. 

Edulcorar ese discurso para presentarlo como promesa ha requerido la compra de muchas voces y plumas. 

En cuanto a la verja perimetral en la frontera, un infame muro cuyo costo se estima en mil setecientos cincuenta millones de pesos y en cuyo diseño han participado capitales israelitas ligados al Mossad (con anuencia de los estrategas yanquis), dijo que es una obra necesaria para blindar la frontera. 

“Garantizar la seguridad de nuestro país es fundamental para este gobierno. Y lo estamos haciendo. Y es por ello por lo que hemos dispuesto todas las medidas para salvaguardar nuestras fronteras, la soberanía nacional y garantizar la paz”, apuntó.

Y ganó con ello el aplauso del sector ultranacionalista y fascista que tiene entre sus voceros principales a los allegados a Vincho Castillo, cobijados en la Fuerza Nacional Progresista (FNP).

El aplauso del Consejo Nacional de la Empresa Privada, CONEP, lo obtuvo al presentar como señal de progreso el reconocimiento de la alianza público-privada en cuyo marco se pasa al control del sector privado una parte importante del patrimonio del Estado. La manifestación mas grotesca ha sido el reciente uso de la figura del fideicomiso para poner en esta situación la central termoeléctrica Punta Catalina. 

El pacto de clase y la aplicación del esquema privatizador pasan a una etapa superior.

El muro y la alianza son para dar continuidad al despojo a las mayorías. No hay que interpretar lo que es evidente.

 ALIANZA DE OBEDIENTES

La enorme inversión en propaganda logró que fuera tema efímero y de escasa relevancia en los medios nacionales el gran abuso contra parturientas haitianas (sacadas de los hospitales en forma violenta).

Y el mismo presidente que ordena el condenable hecho, otorga distinciones oficiales a saqueadores como Felipe González, quien recibió la nacionalidad dominicana en condición privilegiada.

El expresidente cuya alianza con los corruptos y contubernio con la Agencia Central de Inteligencia, CIA, y el Mossad israelí abrieron las puertas de la Moncloa a derechistas descartados, recibió esa distinción de quien se presenta como defensor de la dignidad nacional… ¡Cuánto retorcimiento!

En el año 2014 Juan Manuel Santos le otorgó la nacionalidad colombiana. 

La derecha latinoamericana debe y paga a uno de los creadores de los Grupos Antiterroristas de Liberación, GAL, terroristas y torturadores de oficio en España (y particularmente en el País Vasco).

En octubre pasado recibió la nacionalidad dominicana José Bono, quien fuera ministro de Defensa y aliado de Felipe de González en muchas de sus fechorías.  

La alianza de clase tiene varios rostros, todos horripilantes.

Y se hace larga la lista de las cuentas no rendidas por Abinader, a quien es preciso definir como un politiquero millonario y sucio de todo…


Lilliam Oviedo


sábado, 26 de febrero de 2022

¡LO QUIERE TODO! UNA CLASE SOCIAL INSACIABLE

Por: Fortune Modeste Valerio 

Desde la caída de la tiranía trujillista hasta nuestros días la sociedad dominicana le ha tocado recorrer una etapa democrática muy accidentada y dolorosa, por la falta de una clase social con conciencia política ni comprender su rol histórico. Que sea capaz de reorganizar el Estado, sus fuerzas productivas y dirigir los destinos de la república por los senderos de un saludable crecimiento y  permanente desarrollo económico y social. 

Hasta ahora el proceso democrático ha sido dirigido por grupos conservadores que utilizan los partidos políticos para alternarse el poder. Todos tienen un denominador común: servirles al sector dominante que establece las reglas del juego. Que por cierto, su poder económico es producto de sus «negocios» con el Estado. Apadrinado por la presencia intervencionista de los Estados Unidos. 

Una sociedad capitalista que no desarrolle sus fuerzas productivas y relaciones de producción, no podrá dar el salto dialéctico que le permita fortalecer una economía débil que descansa en una maltrecha industria de bienes y servicios. En los países atrasados y dependientes, el gobierno debe impulsar a la burguesía a invertir en las áreas productivas  fundamentales para la industrialización, y no vivir en el campo de la estafa financiera y a expensas de sus “relaciones” con el Estado, autoridades de turno.

El sector financiero y empresarial, moneda por excelencia del capitalismo, criollo actúan buscando, lo más fácil, sin coger mucha lucha, invertir sus recursos en actividades que no garantizan el despegue del sector manufacturero ni industrial. Su norte se dirige a transacciones con el Estado, importaciones, comercio, telecomunicaciones, etcétera. 

Las fuentes de ingresos por excelencia del Estado, el gobierno lo administra, descansa en los impuestos directos e indirectos a los trabajadores y la población en general. No tiene un plan económico y financiero que estimule, de manera sana, la producción nacional, sin ceder su patrimonio, para crear empleo. Las recaudaciones fiscales tienen mayor solidez en la medida que se dinamice el proceso productivo.

La sociedad dominicana no genera suficientes divisas para cubrir sus necesidades básicas. Se recurre a los empréstitos nacionales e internacionales, para no tocar, ni con el pétalo de una rosa, los intereses del sector oligarca burgués; otras fuentes de, ingresos, obtener dólares y recursos en la banca local. Además, los países atrasados y dependiente son inducidos a endeudarse, por el imperio, para amarrar su presente y futuro. 

El gobierno del presidente Luis Abinader y el PRM, prometió un cambio y la forma de gobernar. Hasta ahora a continuado el modelo peledeista, salvo lo relativo al Ministerio público y «justicia independiente». Sí, una manera de gobernar al servicio de  una clase social insaciable en compañía de una rancia oligarquía que no se ha cansado de ordeñar la vaca nacional. 

El tren administrativo estatal se encuentra en manos del sector privado, nombrado por el poder Ejecutivo, apuntando sus armas en aquellos sectores productivos estatales que todavía no han sido despojados por los mismos de siempre. Ahora en posiciones oficiales privilegiadas.

Los bienes y servicios estatales, codicias anhelada por oligarcas y burgueses, han sido los objetivos a conseguir por los que siempre estafan, en todos los negocios, al Estado dominicano. Y en realidad lo han conseguido en complicidades con los gobiernos de turnos; como lo hace el actual presidente Abinader y el PRM con su política desventajosa de Fideicomiso, APP y otras modalidades para confundir, engañar a incautos. 

¡Lo de ahora no tiene madre! Empresas estatales rentables que funcionan bien, se pretenden entregar al sector privado para que la administren, con todos los poderes, sin tener ningún riego; porque el Estado es responsable, garante, en caso de ocurrir contingencias inesperadas. Así si es bueno... 

No me opongo, para que estemos claros, a la figura jurídica y financiera del fideicomiso, solo que, la del presidente Abinader y el PRM es un engaño, lo de la Central Termoeléctrica Punta Catalina, no tiene perdón de Dios.

Es todo que lo quieren, sin invertir ni un chele y poner en peligro su patrimonio. Esta relación de Estado con un grupo privilegiado del sector privado debe de cambiar, para acortar ese largo tránsito democrático. Y esto solo lo puede terminar un gobierno, sin inventos, progresista y de izquierda que dirija la administración pública con equidad y sentido patriótico que, impulse la Producción Nacional y proteja los bienes y servicios estatales.

Fortune Modeste V.


 

 


viernes, 25 de febrero de 2022

LA GUERRA EN UCRANIA: EU-OTAN CONTRA RUSIA

Por: Narciso Isa Conde

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunció el pasado jueves 23 de febrero una «operación militar especial» en la región del Donbas, ubicada en el Oriente de Ucrania.  

A continuación  las agencias del Imperialismo Occidental reportaron supuestas “explosiones y ataques por todo el país”, lo que parece ser un recurso para incrementar sus represalias fuera de la esfera militar.

Biden a su vez informó de exclusivas y “drásticas” sanciones económicas contra Rusia de parte de quienes sólo representan “la mitad de la economía mundial”; lo que disgustó al Presidente de Ucrania, que dice dejaron solo a ese país.

EE.UU, como súper potencia en declinación, junto al sistema imperialista occidental que todavía capitanea, está evidentemente a la defensiva en esta confrontación, resignados sus gobernantes a perder lo que conquistaron con el golpe de Estado de febrero del 2014, que estuvo acompañado de la consiguiente y cruel represión contra el pueblo ucraniano, seguida de fallidos intentos de sofocar brutalmente el desgajamiento de Lugansk y Donetsk, constituidas en repúblicas populares independientes.

       PROPÓSITOS DEL GOLPE

El Donbass es una región histórica, cultural y económica ubicada en el Sureste de Ucrania, parte de cuyo territorio está ocupado por los pueblos de Donetsk y Lugansk, que optaron por su autodeterminación y que estaban siendo masacrados por el alto mando político-militar del régimen golpista, con respaldo en armas y capacidad operativa de EE.UU-PENTÁGONO y OTAN.

Recordemos que EE.UU  y potencias europeas aliadas a esa súper potencia,  dieron el golpe de Estado en Ucrania para separarla de su alianza con Rusia forjada con posterioridad al derrumbe del sistema soviético, y para controlarla política y militarmente. 

En la base de ese golpe, que nada tuvo del amor por libertad que dicen defender los gobernantes estadounidenses, están presentes sus inaceptables ambiciones territoriales geoestratégicas y la inmensa voracidad material de un imperio decadente, empecinado en prolongar su modelo consumista y dispendioso, ya inviable.

Ucrania tiene una extensa frontera con Rusia y valiosos recursos minerales, agrícolas e industriales.

Cuenta con enormes yacimientos de litio, mercurio, titanio y uranio; además de hierro, carbón, agua y gas natural.

Posee uno de los territorios con las mejores capas vegetales del planeta (abundante humus) y se ha convertido en un formidable granero mundial, con capacidad de producción de enormes volúmenes de trigo, cebada, centeno, pastos y otros nutrientes, que posibilitan alimentar a 600 millones de seres humanos.

Es claro que las mineras, las corporaciones agrícolas y pecuarias del mundo capitalista occidental y las potencias carentes de esas fuentes de expansión del gran capital, ambicionan controlar  esos recursos; tanto como el Pentágono incorporar a Ucrania a la OTAN  y tomar posesión de las fronteras de Rusia colindantes con las ex repúblicas soviéticas, algo que quisieron imponer de manera perdurable y no lo han logrado.

        REVESES POSTERIORES

 Ciertamente no pudieron mantener el control de CRIMEA, porque Rusia  recuperó su influencia  usando su poderío militar; y más tarde han tenido que enfrentar,  a un costo de 14 mil muertos, la autodeterminación de Lugansk y Donetsk. 

Tal masacre desmiente la supuesta vocación por la soberanía y la democracia de los Jefes de Estado y magnates estadounidenses y europeos, entre los que ahora sobresalen Biden y  George Soros; ambos, pertenecientes a la “facción globalista” afín al Partido Demócrata,  han jugado -y están jugando- un papel realmente funesto en la crisis ucraniana en asociación delictiva con la jefatura político-militar ucraniana, plegada a Washington.

Con razón, luego del Golpe de Estado del 2014, el entonces presidente ucraniano PETRO POROSHENKO, declaró ante el Senado de EEUU que la guerra de Ucrania no era una guerra “solo de Ucrania, sino también de EE.UU”.

        DECISIÓN DE RUSIA COMO POTENCIA EMERGENTE

Rusia decidió impedir la determinación de los  que pretendían reconquistar a Ucrania por la fuerza, desde la Casa Blanca y desde sus respectivos Palacios de Gobierno y sedes militares.

Ellos cargan con los crímenes de “lesa humanidad” contra los pueblos de la región de Donbas, ahora ocupada por el ejército ruso a petición de sus dos repúblicas independientes, evidentemente agobiadas por ese inmenso genocidio y por sus limitadas capacidades de defensa frente a sus aviesos y poderos agresores.

Con la decisión de Putin, en representación del Estado ruso, ese peligroso conflicto  ha subido necesariamente de tono e intensidad.

La guerra, que ya existía en territorio ucraniano, ha elevado su nivel en la región DONBASS, todavía no generalizada a todo el territorio ucraniano, como pregonan las agencias occidentales para intentar justificar las draconianas sanciones económicas contra Rusia.

Es además para no creerse, pero es cierto, que como factor impulsor y catalizador importante de la agudización de este conflicto, está actuando la creciente impopularidad del presidente estadunidense Joseph Biden y del premier británico Boris Johnson. Algo que otros mandatarios de ese sistema mundial, en plan de reelección, no han tenido empacho en practicar con gran descaro en situaciones parecidas.

Hay, pues, que esperar incluso más sanciones y mayor confrontación.

Porque realmente no es un choque Rusia-Ucrania, sino entre el decadente y agresivo sistema imperialista occidental (encabezado por EE.UU) y la potencia emergente que encarna la Federación Rusa, dispuesta a recuperar influencias arrebatadas y a impedir retrocesos en la nueva correlación de fuerza mundial. 

Todo esto tiene lugar en el marco de un duro enfrentamiento global de  EE.UU y sus aliados con  el resto de la humanidad; lo que que ya ha tenido expresiones criminales dantescas en Palestina, Kosovo, Irak, Afganistán, Libia, Yemen, Siria, Colombia… y agresiones muy destructivas contra las soberanías de Cuba, Bolivia y Venezuela. 

Tan persistentes fechorías se han intensificado en la medida la pérdida de hegemonía mundial de ese sistema de dominación se ha visto desafiado por un gran polo alternativo representado por China, Rusia, Irán, los Estados independientes de Asia, África y América Latina y el Caribe, y  el torrente de pueblos indignados y en rebeldía frente a un imperio incapaz de admitir que pasaron los tiempos que lo llevaron a considerarse “dueños del planeta”.

 Y como nota curiosa, vale destacar como el presidente dominicano Luis Abinader, su esposa Raquel Arbaje y Mr. Biden, coinciden en meter a su Dios, que en fin cuentas es el Dios del Occidente imperialista, en esa guerra; presentando el conflicto como una pelea entre Rusia y una Ucrania supuestamente agredida por Rusia, llegando Biden a la ridiculez de afirmar que “Dios está con Ucrania”. 

Pero la verdad es que algo tan terrenal solo puede tener una salida airosa si las fuerzas mundiales alternativas al orden mundial impuesto por el maltrecho Coloso del Norte, logran desplegar energías suficientes para obligarlo a recular. ¡Es de esperar que así sea! (24-02-2022, Santo Domingo, RD).

Narciso Isa Conde


jueves, 24 de febrero de 2022

UCRANIA bajo guerra

Por: Manuel Salazar y Virtudes Álvarez 

Partido Comunista del Trabajo(PCT).-


La causa del conflicto militar en torno a UCRANIA,  es la lucha por la hegemonía en esa región entre Rusia y Estados Unidos. Es un conflicto entre potencias imperialistas que quieren cada una afirmar áreas de influencia y controlar  recursos naturales.

El motivo que alienta esa causa,  es el interés de los Estados Unidos, del imperialismo yanqui, de instalar la OTAN en Ucrania, y colocar una amenaza militar de alto poder en la frontera con Rusia, ponerla " a boca de jarro". 

Hay una causa de fondo en el conflicto, y es la competencia imperialista entre Rusia y Estados Unidos, que se disputan áreas de influencia.

Pero hay que distinguir esa causa del motivo. Este es la pretensión yanqui de colocar una amenaza militar cerca a Rusia, la OTAN en Ucrania. 

Los marxistas leninistas distinguimos causa de motivo.

Mientras, los comunistas, revolucionarios y demócratas defensores de la paz, debemos intensificar la lucha contra la política de guerra.

Unidad de los trabajadores y del pueblo por el progreso social, por los derechos democráticos, por el respeto de la soberanía popular y por la paz.

De nuevo soplan vientos de guerra en Europa. Se intensifica la propaganda de guerra. En Ucrania y sus alrededores sigue aumentando la mayor concentración de fuerzas armadas desde la Segunda Guerra Mundial. La situación de aguda tensión podría convertirse en un estallido de guerra que se expandiría en otros países.  

Los efectos ya se sienten por todas partes.  Aumentará más el precio del barril del petróleo, y los gobiernos cargarán a los pueblos este aumento.

El conflicto existente no surgió de repente. Ha sido preparado durante décadas de política de guerra, de la expansión de la OTAN y de la UE hacia el Este, de sanciones y provocaciones, de cambios de régimen y conflictos locales en Ucrania, de la carrera armamentista y del despliegue de misiles, del nacionalismo agresivo y del entrenamiento de militantes fascistas y la instrumentalización de la crisis de los refugiados.  

Los principales defensores y animadores de la guerra son los Estados Unidos. Su estrategia es mantener y reforzar su posición hegemónica en el mundo. Por consiguiente, su política de guerra está dirigida a:  

-  Conquistar las regiones y países que antes estaban bajo la influencia rusa e incluirlos en la OTAN;  

-  Cercar a Rusia militarmente, debilitarla económicamente para evitar que participe como un actor poderoso en la lucha imperialista;  

-  Aumentar la legitimidad de la OTAN y la cohesión interna del bloque, disciplinando a aliados;

-  Infligir un golpe a las relaciones comerciales y energéticas de los países europeos con Rusia (por ejemplo, con el bloqueo de los gaseoductos North Stream 2), con el fin de debilitar a los Estados y a los monopolios que necesitan modernizar su base industrial;  

-  Crear la oportunidad de vender gas, petróleo, armas y aviones de combate a Ucrania y a los países de la UE.  

Rechazamos  a política belicista de todas las fuerzas imperialistas y capitalistas involucradas.  

Para las masas trabajadoras, los jóvenes, las mujeres, la guerra significa cada vez más recortes en el gasto social, una presión más fuerte para aumentar la explotación;  reducir los salarios, la destrucción de los derechos de los trabajadores, así como la construcción de Estados policiales. 

La lucha por satisfacer las necesidades de la clase obrera y de las masas populares están estrechamente ligadas a la lucha contra la guerra y el militarismo, por la democracia real, por la paz y por la solidaridad internacional.  

¡Pan, trabajo, servicios sociales, vivienda, no guerra!  

Febrero 2022.

Virtudes Álvarez y Manuel Salazar


miércoles, 23 de febrero de 2022

LO QUE NO DETENDRÁ ESE MURO

Por: César Pérez 

En el mundo existen once muros que dividen países, el existente entre México y los EEUU es el único en este continente. Ahora nosotros tendemos el segundo, entrando en otra lista de los peores, en esas que siempre son afrentosas.  Pocos entendemos la premura y pertinencia de erigir ese muro en estos momentos, tampoco que se construya sin que se haya calibrado el impacto tendría esa acción en una significativa franja de funcionarios del propio gobierno que siempre se ha opuesto a esa falsa solución del tema migratorio. Con esa iniciativa, que de por sí no solucionará esa cuestión, el gobierno logra el apoyo de los ultranacionalistas, además un elemento de distracción, pero eso no detendrá el tornado que podría producir las demandas que se avizoran.

En efecto, la construcción de muros fronterizos es generalmente demanda de sectores que en sus países se distinguen por ser irremediablemente intolerantes, y de signos claramente ultranacionalistas y xenófobos. Aquí no somos una excepción, los grupos de esa catadura se batieron durante décadas por la construcción del muro que actualmente se levanta en nuestra frontera con Haití. Lo hicieron sin éxito durante los gobiernos del PLD, ahora, sin mucho esfuerzo lo han logrado en un gobierno que entre sus más conspicuas figuras se encuentra gente que toda su vida se ha batido contra esa idea, no sólo por su nefasto significado sino por su cuestionable eficacia.

Y es lo que no encaja en la mente de no pocos. El gobierno se gana de aliados a fuerzas que a pesar del mucho ruido que hacen, son de absoluta irrelevancia en términos político/electoral que, del odio, la mentira y fabulación han hecho profesión, enajenándose sectores que social y políticamente tienen real relevancia y significativa ascendencia en las esferas de la cultura, la ciencia, además de influyentes sectores eclesiales. No se entiende cómo el gobierno se enajena estos sectores, poco antes de terminar el segundo año de su mandato, de búsqueda de consenso para sus proyectos de reformas subestimando la peligrosidad de los evidentes nubarrones que se ciernen sobre el panorama político y social de este país.

Para enfrentar esa circunstancia, esta administración debe tener bien tensas las riendas para conducirse en las amenazas del indetenible aumento de los precios de productos básicos, los gravosos subsidios a los hidrocarburos, de Punta Catalina en todas sus vertientes, de crisis sanitaria, de salud, educación, gestión del territorio, de la delincuencia y, naturalmente del tema migratorio. La construcción del muro, ni el apoyo de los ultranacionalistas podrán contener esas amenazas, todo lo contrario: contribuirá a acentuar su paulatina pérdida de consenso en significativos sectores políticos y sociales. El costo económico, político y moral que significa la construcción de ese muro es totalmente desproporcionado con la utilidad que este pueda tener para detener el flujo migratorio ilegal.

Una abundante literatura demuestra que los muros no constituyen la vía más adecuada para frenar los cruces de las fronteras, porque agudizan los prejuicios entre una población y otra, se constituyen en otras formas de corrupción, abusos, extorsiones y de negocio en la infame trata de personas, además de provocar muertes en los intentos de penetrar a través de los muros. A ese propósito, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) señala en el Mediterráneo y en el continente africano y en la frontera entre México y Estados Unidos, “han muerto 20 personas al día en su intento por alcanzar un nuevo destino”. Una historia, un drama humano que no termina, que podríamos iniciar aquí.

Nada justifica que el gobierno se haya embarcado en una iniciativa tan odiosa para sectores importantes de esta sociedad. A parte de seguir fortaleciendo las iniciativas de Ministerio Público en su labor de combate a las redes mafiosos creada en la anterior administración, esta administración ha debido poner todo su esfuerzo en dos temas claves: Punta Catalina y el subsidio o no a los carburantes. El primero tiene varias aristas de difícil manejo, todavía no se ha resuelto la cuestión de su coste real, de los problemas de carácter doloso en que estuvo envuelta su construcción, el diferendo sobre el fideicomiso planteado, y el espinoso tema de su operación o no en base a carbón.

El subsidio tiene un carácter estratégico, político, social y económico de suma trascendencia y complejidad. Viene de lejos el debate sobre lo beneficioso o no que sería para la economía del país, sobre a quién beneficia realmente y si es sostenible en el tiempo. A ese propósito, son demoledores los argumentos del reputado economista Isidoro Santana en su último artículo en Acento, oponiéndose al subsidio, dice, que: “de acuerdo a la última encuesta de presupuestos familiares (ENGIH-2018), una persona ubicada en el 40% más pobre de los hogares gastaba mensualmente 435 pesos en transporte como promedio mensual, mientras una del 20% más rico gastaba 3,962 pesos; es decir, por cada peso de subsidio que recibe un pobre, el rico recibe nueve”.

Y, lo que es peor, sigue diciendo Isidoro, al ser el Estado quien subsidia, en cierto modo los pobres subsidian a los ricos y capas medias. En resumen, buscar un amplio consenso en torno al abordaje y solución de estos temas resulta ser más urgente para el gobierno que su esfuerzo para construir el muro de la discordia y de dudosa capacidad de detener un flujo de migratorio ilegal, que sí debe enfrentarse, pero de otra forma y sin olvidar que la mano de obra haitiana, en sus diversas modalidades, es un imprescindible para el funcionamiento de nuestra economía. Las razones son altamente conocidas.

Fuente: Lo que no detendrá ese muro | Acento

César Pérez


EL MURO DE LUIS

Por: Jesús Díaz  

El presidente Luis Abinader ha dejado iniciados los trabajos de construcción del muro fronterizo en Dajabón, cuya primera etapa contará con una inversión de 1,750 millones de pesos; el gobierno nos vende la idea que con dicho muro el trasiego de ciudadanos indocumentados cesará.

Las explicaciones del mandatario y sus funcionarios es que el levantamiento del muro permitirá controlar los flujos migratorios, comerciales, enfrentar el contrabando de estupefacientes y el tráfico de personas, lo que garantiza seguridad para los dos países.

Pero en ningún momento las autoridades han hablado de las componendas que se dan entre militares, funcionarios y empresarios en la zona fronteriza donde los negocios ilícitos suceden a diario con el concurso de los llamados a resguardar nuestra frontera.

El ciudadano presidente sigue acentuando su posición de hombre conservador, tanto así que la idea de un muro para dividir en este país la plantearon los Vinchos, líderes sin discusión del conservadurismo feroz, en la oposición Abinader y el PRM decían todo lo contrario a la idea actual, aludían a cumplir la ley de migración y de muro legal e institucional.

Entendemos que no, el muro no es la solución al problema de la inmigración haitiana, irregular y descontrolada hacia el País.

Sin embargo, creemos que sí, queda pendiente reforzar instituciones y aplicar sin distinciones lo dispuesto en la Ley General de Migración.

El muro de Luis quedará en la historia para cercar y dividir, República Dominicana y Haití necesitan mejoras en los controles fronterizos para enfrentar el tráfico de personas, drogas, mercancías, armas y sustancias peligrosas.

Tendremos muro, pero los habitantes de la zona fronteriza siguen y seguirán pasando calamidades ante la falta de necesidades básicas que no cubre el Estado, que prefiere la política de varilla y cemento antes de garantizar vivir con dignidad a sus ciudadanos.

Jesús Díaz


martes, 22 de febrero de 2022

SE DERRUMBA EL LIDERAZGO POLÍTICO DE DERECHA EN EL PAÍS

Por: Francis Santana

Estamos en un momento estelar para producir un salto de dimensiones extraordinarias de las luchas por auténticos objetivos democráticos en la República Dominicana.

El  liderazgo de los  conservadores se encuentra en una  calamitosa situación. 

Se haya cuestionado por amplios sectores de la sociedad, por su contubernio con el narcotráfico, su sumisión vergonzante al  poder extranjero, su corrupción desde el ejercicio del poder y por su indolencia frente a los grandes padecimientos que sufren  las mayorías trabajadoras de campos y ciudades, incluyendo a la clase media.

De ahí que encontremos figuras que  fueron líderes de multitudes, como Leonel Fernádez, encabezando ahora a un reducido grupo político que en las recién pasadas elecciones a penas logró el 5% de los votos  y con la ayuda de maniobras de la JCE. 

Por su parte, Danilo Medina, principal dirigente y líder del PLD y considerado en esa organización como un gran armador y estratega político, pasa por el momento más difícil de su historia, estigmatizado como uno de los gobernantes más corruptos e incubridores de connotados capos de la droga y el principal responsable de la  pasada derrota electoral del PLD.

Y si ese funesto personaje de la politiquería, aún no está preso junto a todo el Comité Político de su partido, se debe a las vacilaciones de una justicia supuestamente independiente.

Qué hablar del presidente del Partido Revolucionario Dominicano PRD, Miguel Vargas, que convirtió ese partido en un instrumento para hacer  negocios multimillonarios aliándolo al que en cada circunstancia le podía garantizar una mayor recompensa,  convirtiendo   esa otrora poderosa fuerza política en un mamotreto acéfalo de liderazgo y sin  credibilidad alguna.

Y qué decir del expresidente Hipólito Mejía, un payaso que no se ruboriza de reconocer que es un lacayo del imperialismo yanqui, que ha sido derrotado recurrentemente hasta en el seno de sus propias filas, que fue vapuleado humillantemente en su intento reeleccionista en el año 2004 cuando tenía al narcotraficante Quirino como jefe de campaña en la Región Sur, que hizo un gobierno desastroso y que al  día de hoy, ni sus chistes lo hacen potable ni siquiera para cómico de cuarta categoría.

Por su parte, Luís Abinader, presidente del Partido Revolucionario Moderno (PRM) y actual presidente de la república, es de los líderes políticos de la derecha que aún cuenta con ciertas simpatías y aceptación; aunque el gobierno neoliberal de los grandes ricos y servil incondicional al poder extranjero que está encabezando, le está reduciendo su liderazgo en todo el país, en nuestra diástra y en el seno mismo de su propio partido; y eso, que sólo lleva año y medio gobernando el país. El futuro de este gobierno y el liderazgo del actual presidente son muy  inciertos e inseguros.

Lo que sí podemos afirmar de manera absoluta es que su aceptación popular se encuentra en declive y que hoy sus números están  muy lejos de los que tenía en el 2020 cuando el pueblo había ganado las calles y plazas de manera multitudinaria para sacar del poder a un  PLD desacreditado y dividido.

De Quique Antún, presidente del Partido Reformista, no vale la pena perder tiempo diciendo algo, pués tanto él como su entelequia política hace años que solo sirven para la componenda y los negocios politiqueros.

Esa y no otra, es la realidad del liderazgo  principal del partidarismo de derecha en nuestra país al día de hoy 22 de febrero del 2022, el cual no pasa en la actualidad de ser una sombra de lo que fuera hace algunas décadas.

¡Y lo peor, todavía no les ha llegado.

Son seguros candidatos al zafacón de la historia y a vivir por algún tiempo en La Nueva Victoria y en Najayo.

Para enfrentar y derrotar ese liderazgo y a sus aliados, (buscadores de migajas y prevendas) es imprescindible crear un poderoso Polo Político-Social de las fuerzas, sectores y personad democráticas  para enfrentar en todos los escenarios la dominación de la oligarquía y de sus amos extranjeros.

La unidad político-social en la más amplia diversidad del campo popular en base a un Programa Minino de claros objetivos democráticos, las luchas en las calles y la participación electoral UNITARIAMENTE, es el camino para disputarle el poder al viejo,  corrompido,  decadente y entreguista liderazgo político,  a sus partidos y a las clases sociales que estos representan.

En la presente coyuntura ese debe ser el camino hacia el poder de las mayorías a través de un proceso gradual, ascendente e ininterrumpudo.

Avancemos a pasos firmes,  que  el viejo liderazgo de derecha se derrumba.

Francis Santana 


lunes, 21 de febrero de 2022

ASAMBLEA CONSTITUYENTE ELECTA POR EL VOTO POPULAR

Por Guillermo Moreno 

Parece consustancial a los presidentes dominicanos modificar o hacer una nueva Constitución. Es una historia, por recurrente, previsible. Cada nuevo gobernante busca y siempre encuentra la nueva excusa que le justifica impulsar una reforma, aunque la experiencia demuestra que en muchos casos ésta oculta otros motivos que tan solo luego se revelan. La reelección ha sido la causa dominante en las 39 ocasiones en que se ha reformado la Constitución Dominicana en 178 años de vida republicana.

El actual mandatario, como es sabido, impulsa una nueva reforma a la Constitución. Como es de esperarse, el solo planteamiento de la reforma ha desatado el avispero. Unos la rechazan. Otros la apoyan. Hay quienes no esconden sus sospechas sobre intenciones ocultas en la reforma. De nuevo nos encontramos en una torre de babel constitucional que, como es natural, concentra la atención y distrae de otros temas acuciantes.

Ya instalado el tema, llueven decenas y hasta centenares de propuestas.  Ya hicieron su entrada los “sumos pontífices” del constitucionalismo local que nos “revelan” los últimos dictados de la “sapiencia constitucional universal”, con rango atemporal y aplicable a todo el universo conocido.

Como siempre, la mayoría del debate se centra en qué modificar de la Constitución. Al centrar la discusión de la reforma en el qué, obvian la discusión esencial, esto es, el cómo, por qué vía es que debe hacerse. 

La frecuencia con la que hay que volver a modificar las constituciones ya modificadas y surgidas de asambleas revisoras tiene precisamente entre sus causas que estas reformas normalmente reflejan una mayoría política coyuntural obtenida en un momento electoral fugaz que le posibilitó a un determinado partido tener mayor número de senadores y diputados. Resulta pues válido preguntarse si realmente tiene legitimidad que una mayoría congresual coyuntural se adjudique la facultad para modificar e imponerle a la sociedad una nueva Carta Magna cuando incluso sea probable que esa mayoría congresual ya no se corresponda con la correlación de fuerzas existente en ese momento.

De estas reformas coyunturales por vía de la asamblea revisora es que de forma constante surgen constituciones inorgánicas, en el sentido de que no representan un pacto social real entre las clases y sectores y fuerzas que interactúan en la sociedad.

Lo interesante es que a muchos de los que propician la modificación por vía de la asamblea revisora, si les preguntáramos, serían los primeros en proclamar a todo pulmón que el pueblo es El Soberano, pero sin embargo, al propiciar la modificación o la elaboración de la Constitución por vía de la asamblea revisora le están negando la soberanía a la ciudadanía para  participar directamente, a través de representantes electos exclusivamente con ese fin, en la adopción de la ley sustantiva y del pacto político fundamental.  Esta inconsistencia lo que en realidad revela es que son demócratas de cartón.

Un caso para ser rememorado es la reforma constitucional de 2010. El presidente de turno, con bombos y platillos anunció un proceso de consulta nacional, incluyendo la forma de modificar la Constitución. La gente se entusiasmó. Se organizaron equipos de consulta por municipios, sectores, tanto en el país como en las comunidades residentes en el exterior. Fueron miles las propuestas hechas por la ciudadanía. Entre ellas hay que destacar que el 67% de todos los consultados en comunidades, academias y sectores sociales favoreció que la reforma se hiciera mediante una asamblea constituyente electa por voto popular. Ese temor a que el pueblo pueda ejercer su poder soberano sin el tutelaje político y corporativo hizo que el presidente de turno irrespetara el compromiso hecho de llevar a cabo la reforma por la vía que la ciudadanía eligiera y de nuevo se impuso la asamblea revisora que bastante bien le sirvió para sus intereses de terminar logrando que su partido se hiciera de las altas cortes.

Insisto: Volver otra vez a la asamblea revisora, para reformar lo que una mayoría congresual coyuntural constituida en asamblea revisora hizo, es reiterar el error que nos trajo donde hoy estamos. De hacerlo, es seguro que mañana estaremos de nuevo deshaciendo lo que haga hoy la actual mayoría congresual.

Si realmente hay interés de hacer una reforma constitucional integral que salde cuentas con las constituciones trujillista, balaguerista y peledeísta, para dar lugar a un Nuevo Orden Democrático, la única forma de alcanzarlo es mediante una Asamblea Constituyente electa por voto popular.  En ella se podrá expresar por sí misma la diversidad de sectores sociales, políticos, económicos, ambientales, culturales; los dominicanos de dentro y los de la diáspora.  Una constitución elaborada así luego debe ser refrendada por vía de referéndum para dejar establecida la conformidad o no de El Soberano respecto del texto elaborado por los que asumieron su representación en la asamblea constituyente.

Por lo dicho hasta aquí, la convocatoria de la asamblea nacional revisora debe limitarse exclusivamente a reformar la Constitución en su artículo 270, relativo a la forma de modificar la Constitución para introducir la Asamblea Nacional Constituyente electa por voto popular, para entonces poder organizar el proceso para su celebración.

La consagración de la Asamblea Constituyente electa por voto popular, por demás, es la forma más segura de blindar la Constitución pues le pondría fin para siempre a la práctica reiterada de que cada gobernante o partido que obtiene una mayoría congresual coyuntural impulse modificar a su capricho la Constitución.

 
                       Guillermo Moreno García 





¿INVASIONES HAITIANAS?

Por Narciso Isa Conde

En este país la partidocracia, la  clase dominante, sus medios de comunicación, sus intelectuales, sus funcionarios, su sistema educativo, sus jefes militares y policiales… se las pasan  hablando de de Haití como país “invasor”, identificando migrar  con  “invadir”; obviando de paso, que si esa fuera la vara para medir tal fenómeno  económico-social, los/as dominicanos/as estaríamos invadiendo New York, Boston, Puerto Rico, Madrid, con expectativa de conquistar Alaska.

Vale la ironía como réplica al hecho de que cada día desde el poder constituido nos predican que un Estado que ellos califican de “fallido”, sin ejército, intervenido, con una policía fabricada por EEUU y un pueblo dramáticamente empobrecido, nos sigue “invadiendo”; librando así de culpas a las potencias coloniales y al imperialismo moderno que han aplastado su soberanía y la nuestra. 

El Caribe y la isla al revés. La mentira presentada con traje de verdad. Y como no hay armas ni ejército de por medio, se las han ingeniado para inventar una “invasión pacífica” ficticia a cargo de un pueblo negro estigmatizado, que procura ahogar una soberanía inexistente; previamente diezmada por hordas coloniales y neocoloniales reales, encargadas de imponer la “supremacía blanca” a los compases de intervenciones, esclavitud y  semiesclavitud, incluida la esclavitud asalariada en sus más crueles modalidades, en ambas parte de la isla.

Tan espectacular y perversa mentira, que repetida millones de veces ha logrado engañar una parte de la sociedad dominicana, brota de otra invención calumniosa con estatus de canallada y poder contaminante: la llamada “invasión haitiana” de 1822 a una República Dominicana entonces inexistente. 

Una construcción ideológica, que brotó hace 182 años de  la colonialidad racista, cuando en 1804 los esclavos/as negros/as de la parte Occidental de esta isla maravillosa, con apoyo en armas del Libertador Simón Bolívar, proclamaron la primera independencia en  Nuestra América, fundaron la República de Haití, derrotaron el yugo francés, abolieron la esclavitud, cristalizaron una revolución social anticolonial y antiesclavista, y decidieron contribuir a liberar a los habitantes de la parte oriental de la isla del coloniaje y la esclavitud impuesta por el imperio español… hasta lograrlo en 1822.

A una  gesta liberadora, que proclamó en la parte Oriental de esta isla la abolición de la esclavitud un 9 de febrero de 1822, que derrotó la ocupación colonial española, se le llamó “Invasión” y el mote despectivo perdura hasta la fecha, tanto, tanto… que junto al neocolonialismo estadounidense y al neoliberalismo privatizador, nutre el régimen de Abinader y toda la gestión institucional del país y su sistema de partidos, despidiendo un bochornoso tufo neofascista. (20-02-2022, Santo Domingo, RD)

                                Narciso Isa Conde                                     

domingo, 20 de febrero de 2022

"VÍSTEME DESPACIO, QUE VOY DE PRISA"

Alianza progresista y de izquierda para una nueva época.

Por: Manuel Salazar 

La alianza que los de izquierda y el progresismo tenemos planteada en este momento es de carácter táctica y estratégica, porque debe dar respuesta a las elecciones del 2024 y a la necesidad de dar rumbo a un cambio de época en el país, que debió darse con la caída de la dictadura de Trujillo y circunstancias políticas lo han obstaculizado. Lo que ocurra ese año pudiera abrir compuertas a este reclamo que vino escrito en el programa que trajeron en sus mochilas los gloriosos patriotas del 14- 20 de junio de 1959.

Es una tarea que desafía a la comprensión del momento y a las inteligencias y voluntades. Se trata de que decidamos en unidad unas candidaturas y un programa político; y las escojamos de buenas maneras, dicho sea, y en este proceso también  sentemos las bases para una fuerza política que vaya más allá del propósito marcado con el 2024, e impulse cambios para una nueva época en el país.

En muchos países se vive una época de cambios; pero los retrasos en el nuestro nos conminan a la lucha para abrir el cambio de una época, de poner fin a la del conservadurismo y ganar la del progreso general, en la economía, la política, las ideas y los valores.

Porque, es que desde que inició la llamada transición democrática con la caída de la dictadura de Trujillo en 1961, el Estado, si bien en 1978 se conquistó el espacio de tolerancia política que pervive hasta hoy, ha seguido siendo en esencia centralizado, determinado por el presidencialismo, al servicio de una propiedad económica concentrada en unos cuantos grupos oligárquicos, cual es una de sus cualidades principales desde los tiempos de aquella dictadura.

Desde 1966, el pueblo dominicano ha votado en busca de un cambio democrático en las condiciones políticas, económicas y sociales; y en esa búsqueda, ha votado por una que otra opción política; encontrándose con que, a pesar de haber logrado conquistas importantes, como la citada  apertura a las libertades públicas y los derechos democráticos desde 1978; la cuestión es que  la esencia del régimen se ha mantenido intacta, y en este período (2020-2024) no será distinto; por lo limitadas, aunque alguna muy buena, en contenido y de alcance de las propuestas de reformas políticas del presidente Luis Abinader; a pesar de  su connotado esfuerzo por la transparencia en el manejo pulcro de los recursos públicos y de  poner en práctica formas menos verticales de ejercicio del poder que sus antecesores; y más, por su política de  alianzas público/privada barnizadas con “fideicomisos”, que van en contravía a la democratización de la propiedad económica.

Esta política de alianza público- privada, que es una espina dorsal de la política económica del gobierno, en procura de darle una mayor dimensión a la acumulación de capital del sector privado, sobre la base de la plataforma y recursos públicos, determinan el rumbo esencial del gobierno, ante el cual corresponden las definiciones alternativas.

En coyunturas electorales, ante la ausencia de una opción en condiciones inmediatas de ser poder político y que expresase sus intereses de una manera explícita, el pueblo político ha tenido que votar, y nosotros los del PCT lo hemos impulsado a hacerlo, para castigar al gobierno de turno por sus políticas extremadamente antipopulares y sus manejos mañosos de los bienes públicos; y con ese voto de cambio, evitar derivaciones peores en el rumbo del país y la nación. Así fue particularmente en 1978, para salir del gobierno de los doce años de Balaguer; debió ser en 1994-96 para evitar el reciclaje del neotrujillismo en el PLD, y fue recientemente en el 2020, en que la mayoría del pueblo votó, y nosotros lo alentamos; para poner fin a dieciséis años del gobierno del PLD que pervirtieron las instituciones y los bienes públicos para garantizar su continuismo en el poder.

Estos gobiernos del PLD crearon su propio grupo económico, con capacidad de competir con los tradicionales, que forjaron su riqueza en décadas, y hasta en más de un siglo. Y con esa práctica de poder político, crearon la necesidad a la oligarquía de hacerse presente de manera directa en el Estado. Hasta entonces esta se había limitado a financiar las campañas electorales de los partidos, y a sentirse representada por los mismos; pero ahora ocupa cargos importantes en el gabinete, y prepara a los suyos para que en algún momento hagan de candidatos a la presidencia y otros cargos públicos.

Es en alguna medida un retroceso. Porque tras la ruptura de la hegemonía burguesa con la caída de Trujillo en 1961, y la posterior guerra de abril de 1965, Balaguer impuso un régimen bonapartista, gobernando para los intereses de la burguesía, pero sin integrarla al gobierno; y ahora después de los resultados desastrosos para la institucionalidad del país de los dieciséis años de gobierno del PLD, el presidente Luis Abinader integra a sus representantes en cargos importantes del gabinete presidencial.

En resumen, el régimen político vigente, que se levanta sobre unas condiciones económicas que caracterizan, uno y las otras, la época del conservadurismo, debió morir con la dictadura de Trujillo. A la caída de esta se habló de la apertura de una transición democrática hacia una nueva época; pero 61 años después, el régimen sigue siendo en esencia el mismo, aún con el ejercicio de gobierno de varios partidos entre estos el PRD, el PLD y el PRM que es una deriva del primero.

El proceso hacia el 2024 reclama de una alianza progresista y de izquierda, trascendente, que pueda poner fin a la era del conservadurismo y abrir perspectivas a una época del progreso. Debe serlo, además, por las fuerzas que une las ideas y  los propósitos en que se cimenta y su proyección en distintos sectores sociales y en el tiempo.

Más trascendente, casi mágica, porque se afirme en que lo que se propone unir es diverso; y la competencia que esa diversidad por necesidad genera, sea un factor de unidad y no de dispersión.

                                  Manuel Salazar



 

domingo, 13 de febrero de 2022

PRIVATIZANDO EL ESTADO

Por Narciso Isa Conde 

La modalidad ultra-neoliberal de las elites capitalistas mundiales se traduce en privatizar el Estado y sus funciones, mediante la toma directa de los principales cargos ejecutivos y entidades públicas.
Esto lo logran convirtiendo al vapor grandes capitalistas en políticos y en altos funcionarios gubernamentales, para así privatizar más ágilmente lo que queda a nivel de empresas estatales, servicios públicos y naturaleza; para imponer que la mentalidad empresarial capitalista rija el quehacer de todas las instituciones del Estado e impregnar del interés privado las iniciativas gubernamentales; subordinando la partidocracia y su deficiente intermediación, generalmente empleada para transformar las elites partidistas corruptas en capitalistas al vapor y usar lo robado para financiar sus campañas y darse la buena vida.

Aquí el llamado cambio colocó a grandes capitalistas al frente de la presidencia, la vice, importantes ministerios, gabinetes ministeriales, direcciones, superintendencias, administraciones de empresas y bancos, consejos especializados, y proyectos e iniciativas estatales; lo que les posibilita usar Fideicomisos, Alianzas Público-Privadas-APPS, ley de capitalización, entidades de Ventas de Activos y órganos de gestión de lo público, para privatizarlo todo.

Privatizar lo público y lo social no es solo vender empresas y acciones. Es conceder también propiedades estatales al sector privado para que las gestione. Capitalizarlas para que empresarios capitalistas las administren y entregar naturaleza, o cualquier patrimonio público, para asociarse a inversionistas privados, cediéndole la Administración.

Privatizar, o crear condiciones para materializarla, es lo que hizo Balaguer nombrando empresarios privados en Consejos Directivos de empresas estatales, que traspasaban recursos y oportunidades para formar corporaciones privadas paralelas. Es lo que hizo Leonel con CDE, CORDE, CEA y CORPORACIÓN HOTELERA durante la “capitalización”, lo que las corporaciones turísticas han hecho con las costas dominicanas y lo que este Gobierno y carteles de la construcción están haciendo con autovías, puertos, presas y aeropuertos; estando en turno Autovía del Ambar (APP), proyecto Pedernales-Bahía de las Águilas (Fideicomiso) y muchas otras APPS relacionadas con fuentes de agua. Es convertir salud y educación en negocios.

Privatizar es lo que se pretende hacer en Punta Catalina con un fideicomiso que incluye un Equipo Técnico copado por el sector privado y dirigido por un capitalista del área eléctrica (Celso Marranzini) con amplios poderes administrativos, licencia para atraer capitales privados y Macarrulla al frente del Gabinete Eléctrico; es, además, la entrega del Puerto de Barahona y las minas del Bahoruco Oriental a Belfond y Acero Estrella, con el plus de depredar. Nada peor, pues, que privatizar el aparato estatal para gestionarlo por magnates capitalistas decididos a apropiarse de lo que queda de nuestro patrimonio social. (13-02-2022, Santo Domingo, RD.).

Narciso Isa Conde

LA IZQUIERDA ESTÁ POR DOQUIER Y NO ES MINORÍA

 Por Manuel Salazar

¿Dónde está la izquierda? Ha preguntado en días recientes el buen amigo Ramón Colombo.

Y algunos lo han interpretado como una negación a la izquierda; y yo creo que más bien nos dijo a los de esta corriente ¡Pónganse las pilas, que este es un buen momento!

Aunque todavía quedan quienes niegan las diferencias ideológicas y la dicotomía izquierda- derecha, la realidad es que estas opiniones perdieron base y casi no se sienten. Francis Fukuyama, por solo citar un caso, ha publicado varios libros desde aquel "El fin de la Historia y el último hombre" en cuyas tesis arguyó que "la democracia liberal podía constituir el punto final de la evolución ideológica de la humanidad", planteamiento con el que se convirtió en una celebridad en el mundo académico-intelectual y político; pero sus ideas subsiguientes, aunque buscadas todavía, no concitan entusiasmo.


La crisis del sistema capitalista, que es de  la civilización creada por este; extendida por todos los confines del planeta con afecciones graves para el empleo, el medioambiente y el bienestar de las mayorías trabajadoras y populares; los que han comenzado de nuevo a la toma de calles y plazas de ciudades importantes,  en rechazo a las políticas de mercado; o con la búsqueda de opciones políticas orientadas hacia la izquierda y/o el progresismo, como ha ocurrido en varios países de América Latina, confluyen para afirmar la vigencia histórica de la dicotomía izquierda- derecha.

Aunque haya diferencias pronunciadas en la misma izquierda al definir las fronteras de esta tendencia, es importante que la opinión pública y gran parte del pueblo político asuman, como al efecto, que en la actualidad histórica esta es una de las que concitan apoyos populares en la búsqueda de superar los problemas que afectan a las sociedades.

De tal manera que a los-as revolucionarios-as dominicanos-as nos toca lidiar entonces con otra cuestión principal, referida a ¿Cómo hacer la izquierda dominicana en una mayoría política, de poder?

Asumo la existencia de una izquierda dominicana, un movimiento de izquierda constituido por muchos eslabones, políticos y sociales, y por una ética de vida presente en decenas de miles de personas en la sociedad general; con muchas luces, y con sombras; con aciertos y desaciertos, y de la que depende la posibilidad de que el país, los trabajadores y el pueblo, cambien para una situación mejor, y abra la época del progresismo en el país.

Porque la izquierda es algo más que la membresía en una organización y asumir un programa político determinados, y comporta una ética y valores que expresan una opción de vida. Hay gente sin filiación partidaria que vive la decencia y la honestidad, la solidaridad y la justicia, la tolerancia y la opción por las causas de las mayorías, con una consecuencia encomiable. La izquierda dominicana, así concebida, es decenas de miles de personas.

Con esa izquierda se deberá constituir la fuerza política que ponga fin al dominio político de los sectores conservadores en el país, y abra una nueva época.

La izquierda no es minoría, solo que está dispersa, y la unidad es la respuesta inmediata.

Pero la unidad ha sido planteada y lograda infinidad de veces, e infinidad de veces se han producido las divisiones de los mismos que se han unido; y puestos a insistir en la misma, como un camino necesario, inevitable, es preciso aprender de las experiencias fallidas para no repetir errores.

Y aquí está planteado el desafío: ¿Cómo unir en un solo sentido y propósito esa diversidad, que es de miles de personas, una complejidad de sectores de clase sociales?

Las fórmulas podrían ser infinitas, pero cada una de estas tendrían que destacar caminos nuevos, audaces si se quiere; la idea de insistir solo en lo que une, y no en lo que divide, como alguna vez  aconsejaría el presidente Mao Tse tung; asumir el sincretismo cultural del pueblo dominicano, por su procedencia aborigen, africana e hispana, que aporta una tendencia natural a la diversidad, por lo que esto no debe ser asumido como fatalidad de dispersión; sino como reclamo a procurar formas organizativas y dinámicas de ejercicio democrático que hagan posible la unidad en lo diverso. Y en ese sentido, integrar la movilización cultural, que es un elemento esencial de la unidad del ser nacional.

A crear y atrevernos a caminos nuevos, está convocada la inteligencia y voluntad de la izquierda dominicana.

Fuente: La izquierda está por doquier y no es minoría | Acento

Manuel Salazar