sábado, 16 de marzo de 2024

CLACSO reitera con fuerza su apoyo a la lucha sin tregua del pueblo haitiano

El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) expresa su gran preocupación por la agudización de la compleja crisis política, económica y social por la que está atravesando el pueblo haitiano. En esos últimos días, el incremento de la inseguridad generalizada parece abrir una nueva etapa en su evolución. Con una violencia sin precedentes, las bandas armadas, en unas relaciones incestuosas con grupos del poder, controlan principalmente la capital, Puerto Príncipe, dejando grandes repercusiones en todo el territorio. Impunemente, crece el pesado saldo de secuestros, asesinatos, violaciones, robos, incendios y destrucción de infraestructuras públicas y privadas.

Esta situación, reflejo de una profunda y larga crisis, se ha agravado de manera acelerada con la actitud de los actores nacionales e internacionales. El desplome cada vez más evidente del Estado, la ausencia de los representes del poder –con unos físicamente fuera del territorio nacional–, el deterioro económico y social, la inseguridad insoportable, la injerencia impudente de otros países reduciendo los márgenes de soberanía, la acción perversa de una elite para conservar a toda costa sus privilegios, han creado una nueva coyuntura cargada de peligros. Se multiplican las declaraciones para crear el clima de confianza favorable a un diálogo entre todas las fuerzas que permitiría transitar hacia una nueva etapa política. Sin embargo, la intransigencia del gobierno y de sus aliados internacionales, así como la impotencia y la pasividad de otros, favorecieron pocos avances en este camino.

Hoy día, CLACSO en la situación que afronta Haití, cree necesario recordarnos el significado de esta primera república negra que abrió el camino de las independencias en América Latina y el Caribe, venciendo al ejército napoleónico de la potente Francia. Primer país del mundo para triunfar en la lucha en contra de la esclavitud, del colonialismo y del racismo, su decidido y efectivo apoyo a la lucha por la independencia de nuestro continente con Francisco Miranda, Simón Bolívar y más tarde con otros países, abre de manera inolvidable el camino luminoso de la solidaridad entre los pueblos. A la vez, las potencias esclavistas, colonialistas y racistas no perdonaron a Haití su osadía y nunca desarmaron para hacerlo pagar esta humillación. La insensata indemnización infligida al principio del siglo XIX, hasta las ocupaciones del siglo XX y la implacable injerencia del siglo XXI, confieren a la búsqueda de dignidad de ese pueblo las dimensiones de tragedia.

En este momento tan decisivo, el Comité Directivo de CLACSO renueva con fuerza su apoyo a la lucha sin tregua del pueblo de Haití para resolver los acuciantes problemas del presente en busca de la realización de los sueños más que bicentenarios de su población. Pese la capacidad, el ingenio y los resortes del pueblo haitiano, esta búsqueda tan difícil exige la solidaridad de los pueblos hermanos. Solidaridad que reconsidera esa nación en toda su capacidad y dignidad, más allá de los estereotipos que lo convierten en una entidad invisible, un país paria, el más pobre o en el ejemplo a no seguir.  Haití reclama la solidaridad y la cooperación, las cuales constituyen, en su dimensión multilateral, un aporte inconmensurable a su lucha. Sin embargo, la realización de un pacto político y social entre las mayorías y la definición del futuro del país para garantizar la estabilidad política, la gobernabilidad y el desarrollo no puede ser más que la obra e iniciativa de los haitianos, así como el respeto de la voluntad del Pueblo de Haití.

CLACSO, una vez más, reitera que Haití no está solo. Se merece hoy la solidaridad de todos los Pueblos del mundo en esta gran batalla que también es la nuestra: la lucha por la libertad, la autodeterminación y la dignidad.

Comité Directivo de CLACSO
13 de marzo 2024

https://www.clacso.org/haiti-no-esta-solo-2/





El 82 cumpleaños de Rafael Chaljub Mejía.

 Por Julio Disla

Rafael Chaljub Mejía

Ayer me adelante anunciando el cumpleaños 82 de Rafael Chaljub Mejía, militante y dirigente del movimiento revolucionario que ha tenido una vida fructífera y de muchas aportaciones para la revolución dominicana, que puede considerarse como un hijo ejemplar de la nación dominicana y la región.

Rafael Chaljub Mejía ha sido un maestro para muchos que nos formamos en la política bajo su dirección y estimulo, porque siempre tuvo como norte la revolución dominicana, y que a ella se llega con el corazón y con el cerebro lo suficientemente lucido para poder realizar las distintas tareas que de ella se derivan.

Ha sido un gran dirigente, de una actividad política y social intensísima e ininterrumpida a lo largo de más de medio siglo; pues se vinculó al movimiento revolucionario estando muy joven, a flor de piel diría yo, con una obra teórica polifacética, de pensamiento agudo que puso por completo al servicio del partido y la revolución dominicana. Ante tal personalidad del trabajo y del saber no es fácil encontrar las palabras adecuadas, desglosar los rasgos caracteriscos entre la infinita diversidad de sus destacadas cualidades y valores.

Lo conocí siendo un principiante en la política, cuando entre por primera vez como aspirante a miembro en la escuela José Stalin que dirigía juntos a otros miembros del viejo Movimiento Popular Dominicano (MPD) en los años 1978,79. Por más de cuatro décadas he tenido el privilegio de tenerlo cerca, de observar sus condiciones humanas, de leer sus producciones teóricas, desde aquel artículo que lo titulo: “El Partido Comunista es Monolítico como la Doctrina que le sirve de Bandera”. Este articulo fue la llave secreta que ha garantizado la unidad del Partido Comunista del Trabajo (PCT.)

Desde el momento que lo conocí le he visto en diferentes estados de ánimo: alegre, y entusiasmado por cada victoria que se alcanzaba, enojado y severo ante cualquier debilidad e injusticia y, sobre todo, frente a cualquier enemigo y actividad hostil contra el partido y la revolución, sensible y solicito con la gente del pueblo y sus camaradas; indoblegable ante las dificultades; optimista y lucido en cualquier situación. Recuerdo que un día me presente a su casa con un artículo elaborado, y después de leerlo me recomendó que lo hiciera de nuevo; pero eliminando las tantas citas que incluía en él.  Recuerdo todo esto con gran respeto y emoción; porque Rafael Chaljub Mejía ha sido para mí, además de dirigente y maestro, un gran camarada y amigo insustituible al que respeto y quiero mucho.

He hablado con numerosos camaradas y amigos sobre el papel histórico de Rafael en el proceso revolucionario dominicano, de definir y valorar su lugar y su papel histórico en la gestación y desarrollo del Partido, su aporte teórico y político, los singulares valores morales y sociales de este camarada tan entrañable y querido en el Partido y en el pueblo.

Considero una gran deuda con el camarada Chaljub, porque el contribuyó de manera significativa en mi propia formación política, yo no hubiera sido hoy lo que soy sino fuera por el interés del camarada en que nos preocupáramos  por formarnos en manejar fundamentalmente los elementos esenciales de la teoría revolucionaria, conocer las leyes de la revolución y de la sociedad, así como del movimiento en su conjunto, exponer mis sentimientos y opiniones sobre él, quizás no de forma tan completa, pero siempre con respeto y cariño, con profunda gratitud.

Naturalmente, no se trata aquí, ni mucho menos, de hacer una biografía de Rafael Chaljub Mejía, ni de sus memorias que incluyan todas las esferas de la actividad tan amplia y rica, su contribución incomparable, sus cualidades y sus rasgos ejemplares, tan solo se tocan, tan solo se ponen de relieve en estas notas mías a propósito del cumpleaños 82 de Rafael. El propio lector, con sus impresiones, sus recuerdos y meditaciones, puede dar más vivacidad a esa imagen que se creara leyendo estas líneas.

Julio Disla