viernes, 4 de marzo de 2022

¿PUEDE OCOA CREER EN LAS PROMESAS DEL PRESIDENTE ABINADER?

Por: Francis Santana

Presidente Luis Abinader Corona

En el discurso pronunciado el pasado 27 de febrero en  la Asamblea Nacional, el presidente Luís Abinader dijo que: "En las próximas semanas iniciaremos los procesos para la conclusión de la carretera San José de Ocoa-Rancho Arriba..."

¿Puede confiar el pueblo ocoeño en esa nueva promesa de Abinader?

Es muy difícil que se pueda confiar en la palabra de alguien que ya nos ha mentido en varias oportunidades.

¡Muy difícil!

Porque fue  Luís Abinader quién en  campaña electoral le prometió a los agricultores de La Horma, que los apoyaría para que no fuesen desalojados y para que estos continuaran en sus tierras cultivándolas y al mismo tiempo aplicando un plan técnico de protección de los recursos naturales de la zona; y ha sido ese mismo Abinader el  que ha puesto en marcha un abusivo plan de desalojo de los agricultores, engañándolos vilmente.

Es casi imposible que la comunidad ocoeña pueda confiar en esta nueva promesa, cuando en su campaña electoral aseguró que el día 17 de agosto del 2020, al otro día de él  tomar el poder, se iniciarían los trabajos en la carretera Ocoa-Rancho Arriba, y ya tiene año y medio gobernando el país y respecto a  esa obra no ha hecho absolutamente nada.

Y es casi imposible  confiar en esta nueva promesa del presidente de la república, porque en su más reciente visita a Ocoa aseguró que en los próximos 45 días el gobierno le buscaría una salida al conflicto legal que hay con ODEBRECH sobre esa carretera, y tampoco ha resuelto nada.

Está muy claro entonces, que Luís Abinader ha venido mintiéndole a Ocoa de manera reiterativa e irresponsable.

Por tal razón, no es posible, ni correcto creer ahora en la promesa hecha en su discurso dirigido a todo el país el pasado 27 de febrero, anunciando  el inicio de un proceso para la conclusión de la carretera Rancho Arriba Ocoa.

Y si Ocoa no cree, ni confía en la palabra del presidente Abinader, el único responsable de esta justificada desconfianza es el propio Abinader, por sus recurrentes mentiras y sus burlas contra nuestro pueblo.

Por eso, todo el pueblo ocoeño, para lograr la construcción de la referida carretera y otras obras de importancia para su desarrollo, no debe confiar ni mínimamente en las palabras de Abinader, porque al parecer éste señor no tiene ningún respeto por Ocoa, ni tampoco respeta su palabra.

El futuro próspero y luminoso  que anhelan los hombres y mujeres laboriosos y honestos de San José de Ocoa, hay que construirlo no en base a creer en los ofrecimientos y falacias de los  politiqueros como Luís Abinader,  sino apoyándonos en nosotros mismos, en nuestra unidad, en nuestra lucha y en nuestra inquebrantable fe en que es posible salir hacia adelante...Y que unidos lo lograremos.

Porque está suficientemente demostrado que en la palabra de Luís Abinader; NO SE PUEDE CREER.

Francis Santana

SAN J. BIDEN Y UN LUCIFER LLAMADO PUTIN

Por: Narciso Isa Conde

Este tema tiene que ver con la santificación de la OTAN y el PENTÁGONO y la satanización de RUSIA por la dictadura mediática mundial del sistema imperialista mundial, pautada por las cadenas, agencias y centros estadounidenses; a las que se suman todas las dependencias grandes, medianas y pequeñas de todos los continentes.

RT, TELESUR, Prensa Latina tienen el mérito de no plegarse, pero no tienen el poder para evitar el alto grado de alienación y predominio de la mentira y la captura temporal de las mentes de grandes contingentes humanos.

Aquí, en República Dominicana, gran parte de la población luce drogada por una alta dosis de mentiras, falsas noticias y tergiversaciones. Es muy extraño encontrar comunicadores/as que no estén adocenados/as o influidos por ese patrón comunicacional. En muchas partes la virtualidad manipulada reemplaza la realidad. La imagen sustituye los hechos y la historia real.

 No cuentan para nada…. 

Hiroshima y Nagasaki.

 La guerra contra Corea, Vietnam, Camboya, Filipinas…

La matanza en Indonesia.

Las invasiones en América Latina y el Caribe.

Las dictaduras fascistas impuestas desde Washington.

Los genocidios del Pentágono, OTAN e Israel en Palestina, Líbano, Yemen, Libia, Siria, Irak y Afganistán.

Las masacres en África.

Las invasiones a la ex Yugoslavia y los exterminios en Kosovo.

Los golpes de Estado sangrientos a nivel planetario.

Los embargos y bloqueos empobrecedores.

Las guerras de diferentes intensidades y generaciones en Centroamérica, en Colombia, contra Venezuela y Cuba; incluidas  guerras químicas, bacteriológicas, biológicas…

Las cadenas de bases militares del Pentágono y OTAN  en todo el mundo.

Las prácticas colonialistas en Asia, África y América Latina y el Caribe.

Las diferentes modalidades de terrorismo de Estado y paramilitarismo made in Usa.

La gansterización del capitalismo y la narco-corrupción, de la que se nutren sus grandes bancos de negocios y hasta sus partidos.

Nada de eso cuenta. Todo eso supuestamente se hace por la democracia, la libertad, la soberanía y la paz mundial. Es parte de la ayuda humanitaria inspirada por su Dios.

Los adversarios y las víctimas están poseídas por Satanás. Son los invasores, son los terroristas, son los dictadores. Los jefes del capitalismo occidental son   los  grandes civilizadores. Otras civilizaciones y creencias representan la barbarie y el atraso. La supremacía blanca, la colonialidad y la violencia que de ellas emanan, son designios divinos. La santidad acompaña la conquista brutal y reconquista devastadora del Occidente sobre el Oriente.

La única soberanía que merece respeto es la de las superpotencias de Norteamérica y Europa Occidental, pero sobre todo  la de EEUU.

         ILUSIONES, FANTASÍAS Y REALIDADES

El planeta debe ser de su propiedad, aunque esto, a estas alturas, solo sea una ilusión. Pero es que para ellos la verdad es la fantasía junto a la mentira que sus "mass medias" logran imponer periódicamente,  hasta que se desvanecen por el peso de la realidad.

La reconquista del poderío perdido es parte de esa ilusión forjada a base de estigmatizar a sus adversarios de diferentes pintas dentro de esa gran competencia por la posesión de áreas geoestratégicas y el control de grandes  y valiosas reservas fuera de sus predios.

La debilidad esencial los lleva a incorporar la religión al Estado y a la política, renegando de su origen, aplastando el laicismo, copiando aquellas monarquías fundidas con las iglesias.

Todo se vale con tal de dominar y pretender extender su dominio, sin poder hacerlo.

De ahí el golpe del 2014 en Ucrania para traspasar el mando a  un narco-político pro occidental, fascistoide por demás.

En esa fecha comenzó en Ucrania la guerra desatada por EEUU y la OTAN, que en 7 años ha provocado 14 mil muertos que no se cuentan en la contabilidad de la dictadura mediática occidental, regida por una virtualidad superpuesta al mundo real, que desprecia en demasía la vida de los seres humanos y de la Madre Tierra.

Así resulta que la Rusia amenazada en las áreas de influencia propias  de las grandes potencias, con sus fronteras militarizadas por sus adversarios, amenazada por un cerco militar tendido por el Pentágono y la OTAN, debía  que resignarse a perder, aun  teniendo fuerza, condiciones y circunstancias para ganar esa disputa político-militar; disputa  librada entre el nacionalismo gran ruso y el contra-ataque de un imperialismo en decadencia, que ilusoriamente también pretende obligar a recular el inmenso poder de China y negarle soberanía a todo el que se quiera auto-determinar.

Entonces acontece que el que resiste el ataque y emprende la contraofensiva, es el gran bandido, el país agresor, el mismo Lucifer; siempre en la lógica del gran provocador, que usa la ideología como droga para capturar  mentes temporalmente cautivas y colocar al revés el mundo real.

Así se santifican a los Biden y a los  Trump, y se satanizan a los Putin y Xi Jinping.

Pero resulta que esta no es una disputa entre santos y diablos, sino entre superpotencias decadentes y superpotencias emergentes, en la que la derrota definitiva de lo que declina, después de  500 años de hegemonía y de numerosos crímenes de lesa humanidad, podría facilitar opciones distintas a  los actuales regímenes de China  y de Rusia, que definitivamente encarnen la emancipación de la humanidad.

Porque, sin negar sus grandes aportes al derrumbe de la civilización burguesa  occidental que se avizora, ni  Rusia ni China -tal y como se perfilan hoy sus respectivos modelos- pueden ser consideradas estaciones finales de las rebeldías populares de estos tiempos, ni de la abolición del capitalismo y el predominio del ideal socialista y  la felicidad colectiva.

El cielo habrá de ser tomado por asalto por una ruta alterna a todos los capitalismos imperantes. Un cielo sin santos ni demonios, solo con pueblos liberados, libertad plena y bienestar colectivo, como lo soñó el viejo Marx. (4-03-22 // Santo Domingo, RD.).

Narciso Isa Conde