miércoles, 20 de julio de 2022

Ciudadanos proponen a María Teresa Cabrera como precandidata a la Presidencia y convocan a primarias progresistas

 LA EXPRESIDENTA DE LA ADP Y RECONOCIDA DIRIGENTE SOCIAL INVITA A TODAS LAS FUERZAS ALTERNATIVAS A CONSTRUIR UNA CANDIDATURA PRESIDENCIAL UNITARIA DE CARA AL 2024

Un grupo de ciudadanos y ciudadanas interesados en construir una opción política alternativa a los partidos tradicionales presentaron este miércoles a la profesora María Teresa Cabrera como precandidata presidencial de cara a la celebración de unas elecciones primarias del sector progresista.  

En un acto celebrado en las instalaciones de Casa de Teatro, en la ciudad Colonial, dirigentes sociales y ciudadanos independientes explicaron que la expresidenta de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) cuenta con la capacidad, la trayectoria y el reconocimiento público suficiente para ser un ente catalizador y unificador de las fuerzas progresistas y de los votantes que no se sienten identificados con el desempeño de los partidos tradicionales. 

Al asumir la propuesta, María Teresa Cabrera aseguró que está dispuesta a competir en unas primarias progresistas y a construir junto a otros aspirantes la opción que se necesita para transcender el “falso dilema” de continuismo del Gobierno o regreso del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en sus versiones morada y verde. 

“Tenemos la responsabilidad de construir una alternativa de poder que exprese un movimiento del país y el pueblo hacia delante, y a ese propósito servirá esta precandidatura, y llamo a los demás precandidatos a hacer lo mismo”, expresó Cabrera, luego de ser presentada y ponderada por la activista Wilma Tamayo, la investigadora social Jenny Torres, y el comunicador santiaguero Ramón de Luna. 

María Teresa Cabrera llamó a que los partidos alternativos con registro electoral, sin excepción,  y que pudieran participar en la unidad que se reclama, abran sus auditorios a todos y todas los que sean precandidatos,  para que expresen en igualdad de condiciones  sus ideas y propuestas; y “construyamos así un espacio común de diversidades, en las que todos los que participemos podamos ganar el corazón y la conciencia de  las personas, y que, a fin de cuentas, sea la sociedad la que determine quién ostentará la candidatura presidencial en nombre de todos y todas”. 

La aspirante a la Presidencia de la República anunció que de inmediato iniciará un proceso de contacto y escucha con ciudadanos, ciudadanas y organizaciones sociales de todo el país, de cara a construir en colectivo la plataforma que hace falta para presentar en el 2024 una opción electoral fuerte y diferente. 

María Teresa Cabrera es una reconocida dirigente social y política dominicana, oriunda de la provincia de La Vega.  Se ha destacado en la coordinación de dos de los más importantes movimientos sociales del país, el movimiento por el 4% de la Educación y la Marcha Verde. Desde la presidencia de la ADP trabajó por la dignificación de la educación pública y la mejora de las condiciones docentes de los niños y niñas de los sectores populares. 

En la actualidad es la presidenta de la Corriente Magisterial Juan Pablo Duarte e imparte docencia a nivel universitario. 

Santo Domingo, miércoles 20 de julio del 2022.

María Teresa Cabrera precandidata presidencial.

Sin balance, es borrosa la perspectiva de la izquierda

Por César Pérez 

La conclusión de todo balance, mínimamente serio, sobre la realidad que vive el mundo actual es que vivimos un momento de generalizada y profunda crisis. Difícilmente haya un sistema político, sin importar su signo o continente donde este se encuentre que, con sus gradaciones, no dé muestra inequívoca de estar en crisis, siendo el sistema capitalista hegemonizado por los EEUU donde más sobresale esta circunstancia. También, están en esa situación los diferentes bloques existentes, articulados o no y sin importar sus regímenes políticos. Pero lo que más me abruma es la crisis de alternativas en que discurre la acción de las fuerzas político-sociales que desde diversas posiciones se reclaman del cambio.

Nunca como hoy se había presentado una situación en que el sistema capitalista, si bien conserva su dominación, no ejerce una clara hegemonía (aceptación). Son múltiples y variadas las grandes movilizaciones de protestas que en las últimas décadas se suceden en todo el mundo sin tangibles resultados, nosotros, como país, incluido. Sin embargo, nunca ha sido tan clara la debilidad de las fuerzas del cambio en su lucha contra ese sistema, y es que la complejidad del mundo hace insuficientes muchos de los asertos teóricos que les sirvieron de base, lo cual las obliga a un balance sobre porqué se ha producido esta circunstancia. Hasta el momento, por menos aquí, no hemos hecho ese balance.

En las últimas semanas el periódico Acento y AcentoTV han entrevistado a dos docenas de dirigentes de izquierda, los cuales han pasado una suerte de balance de la práctica de esta corriente, pero la reflexión ha sido esencialmente local careciendo de una necesaria y específica referencia a experiencias de otros países, para una perspectiva regional y mundial tener mayor conocimiento de nuestra realidad. Pienso que de ese balance resultará inequívoco que, en Occidente, en esta época, la vía electoral es el escenario de la lucha política, y que desde la segunda década de siglo XIX ninguna insurrección, ni ningún movimiento de protesta, por más extenso que haya sido, se ha constituido en poder.

De la constatación de ese hecho y por la complejidad del mundo actual, se ha impuesto el aserto político que indica, hasta ahora, que la democracia constituye el escenario fundamental de la lucha política, lo cual, más que antes, obliga a tener un cuerpo de ideas que en línea general definan el tipo de sociedad que se quiere. Por consiguiente, las fuerzas que asuman esa táctica de lucha como estrategia tienen que ganar lo que Antonio Gramsci llamó hegemonía, vale decir, el consenso, la aceptación de vastos y plurales sectores de la sociedad. Si no se gana el apoyo de esos sectores, difícilmente podrán disputar con éxito el poder a quienes lo detentan. Y, de lograrse, sin hegemonía la unidad será efímera y el proyecto de cambio, de instaurarse, adolecería de precaria sostenibilidad. 

En nuestro caso particular, en la búsqueda de alternativa a la situación actual a través de un bloque electoral unitario, algunos plantean que un programa sintetizaría la cuestión del tipo de sociedad que quiere y ofrece dicho bloque. En determinadas coyunturas, como es el caso, los programas unitarios con fines electorales son útiles, pero suelen ser un pliego de intenciones que recoge las posiciones sobre temas puntuales que son de interés de cada uno de los diversos sectores integrados en dicho proyecto. Un programa difícilmente pueda ser tan abarcador que logre plasmar un proyecto de sociedad, sobre todo en este momento en que resulta imposible soslayar las experiencias de cambio que se han intentado en diversos países a lo largo de la historia y eso no es tema de programa.

El abordaje de esas experiencias es clave, pues ninguna de estas ha logrado escapar a la tentación autoritaria, excluyente y negadoras de valores básicos de la democracia y en el imaginario de la gente, todo el mundo asocia la izquierda a esas experiencias, un lastre que impide a la gente calibrar en su justa dimensión el papel de la izquierda en los procesos democratizadores de sus respectivas sociedades. Con ese peso muerto, en un mundo tan complejo y exigente de los valores básicos de la democracia, difícilmente podrá construirse la hegemonía. Para que un proyecto sea realmente de cambio y sostenible, pensando en Gramsci, es indispensable ser hegemónico antes de la toma del poder.

De ahí mi insistencia en que la izquierda tiene que darse una imagen realmente democrática, lo cual significa la defensa de los valores de la democracia sin importar dónde ni el color de régimen que los limites o suprima, y hacer un balance exhaustivo de su historia, sus prácticas y sus asertos ideológico/políticos a la luz del presente. La crisis del capitalismo a nivel mundial es insoslayable y podrán presentarse coyunturas sumamente favorables para la izquierda, pero, como decía Séneca: “no hay viento favorable para el barco que no sabe adónde va”, de ahí mi insistencia en un balance para que las perspectivas de ese corriente deje de ser insosteniblemente borrosa y desmovilizadora.

Fuente: Sin balance, es borrosa la perspectiva | Acento

César Pérez


Saturno Devorando a sus Hijos


Por Grabiel Sánchez

 

Saturno Devorando a sus Hijos es una de las pinturas más conocidas de Francisco de Goya, que alude a Cronos, el dios griego del tiempo o Saturno para los romanosquien al casarse con su hermana Rea devoraba a sus hijos ante la premonición de que uno de ellos le quitaría el poder


La escena muestra un acto de canibalismo donde Saturno devora a uno de sus hijos. Esta historia fabulosa de tradición oral, nos permite realizar un símil con la historia de nuestra izquierdaen el cual el padre devora eternamente a sus hijos más destacados, para que como en la mitología griega, no le arrebaten el poder. 


Tener hijos biológicos e ideológicos es la esencia de la vida y del ejercicio de la políticaeso garantiza la supervivencia de la especie, devorarlos es sabotear la propia existencia y un camino que, ineludiblemente conducirá a la extinción, no solamente del devorado, sino también del devorador, pues no se alcanzará la continuidad históricaal menos con la naturaleza o ideología política. 


Confabularse, apandillarse e iniciar campañas sucias en contra de compañeros es el pan nuestro de cada día en las organizaciones de izquierdaSiempre ha sido una cuestión de mantener la supremacía; ese poder pequeño, lánguido, reducido y casi testimonial, pero poder al fin, en cuyo nombre se ha traicionadoha corrido sangre y se han desarticulado grandes proyectos políticos.


Recuerdo un viejo dirigente de un partido de izquierda, que alrededor de 2010 valoraba las importantes condiciones de pureza y liderazgo de otro notable líder del mismo litoral ideológicoaños después cuando luchaba con este por el control y el poder interno, hasta ladrón le llamópues para muchos la supremacía (aunque sea de una pequeña organización), justifica devorar a sus propios aliados, compañeros o a quién se coloque en medio. 


Al parecer glorifican a Nicolás Maquiavelo, al concretar con hechos que la política no debe responder a la moral sino a las leyes del poder, y que en resumidas cuentas el fin justifica los medios. Esa es una de las razones, por la cual después de más de 60 años, en la izquierda dominicana seguimos repitiendo los mismos errores y prefiriendo devorar a nuestros mejores hijos.


Los errores no solo deben verse como fracasossino, sobre todo, a modo de enseñanza pedagógica que nos impulse a reiniciar nuestras tareas con el conocimiento y la experiencia del revés como plataforma de impulso. Marx decía: "La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa"​ (un cumplido a la frase original formulada por Hegel).


Finalmente, de nada sirvió a Cronos devorar a sus propios hijos, pues su sexto hijo, Zeus escondido por su madre, logró destronar a su padre y tras abrir su vientre liberó a sus hermanos logrando la victoria.


Fuente: Saturno Devorando a sus Hijos – El Desahogo Dominicano (wordpress.com)


Grabiel Sánchez