viernes, 18 de agosto de 2023

Izquierda, alianza y la derecha

Por Fortune Modeste Valerio 

En la batalla electoral campal y mediática entre la izquierda y la derecha en América Latina y el Caribe, ambas exhiben toda clase de armas políticas y flexibilidades para ganar la voluntad del voto de la población. Se diferencian en el contenido de sus propuestas, color de partidos y la manera de crear políticas publicitarias. 

La izquierda no puede concebir, desarrollar y consolidar una entidad política andando de brazos con la derecha. Ante una conducta inapropiada de acercamiento, la población, entre ella sus simpatizantes, la recibe como una señal equivocada. Esas andanzas partidarias deben estar limitadas con las demás entidades revolucionarias, progresistas y democráticas, social y popular. Juntarse sin necesidad con la parcela de la acera del frente, se pierde credibilidad. 

La izquierda del ayer pretendía crecer e incrementar sus influencias en la sociedad, infiltrando sus hombres y mujeres en partidos de derecha de corte liberal y democrático. El mejor ejemplo lo tenemos en el antiguo Partido Revolucionario Dominicano, PRD, cuando sus estructuras fueron permeadas por el MPD y la Línea Roja del 1J4.

Todavía esa aventura de viaje no se ha perdido. Aunque se muestra en forma diferente por la naturaleza de los cambios que experimenta la manera de hacer política. Los acercamientos han continuado; sectores de izquierda con el PRM, PLD, en el poder, y la FP, este último se tragó con todo y ropa a un grupo de izquierda; han provocado daños terribles e irreparables al movimiento revolucionario. 

Sí, la izquierda ha votado conscientemente en tres ocasiones por partidos de derecha. En el 1962, por el PRD, profesor Juan Bosch; en el 1978, PRD, por don Antonio Guzmán Fernández, y el 2024, PRM, por Luis Abinader Corona. La voluntad popular se hizo sentir para vencer a un enemigo común, y la izquierda acompañó al pueblo para consumar su propósito: votar por Bosch, derrotar a Balaguer y salir del PLD corrupto.

En ningunas de las tres ocasiones la izquierda estuvo preparada para enfrentar los desafíos por las nuevas condiciones creadas. A pesar de su debilidad orgánica, divisiones y escasas influencias en la sociedad, supo defender la democracia con las armas en las manos, ejerciendo el derecho al voto y defendiendo la voluntad popular en las calles en todo el país. 

La abstención electoral y la participación desunida de la izquierda han contribuido con bloquear el entusiasmo por las elecciones de sus militantes y simpatizantes. La cuestión se complica cuando se acercan, sin urgencia coyuntural, a los partidos políticos de derecha; frustrando la oportunidad para crear la cultura, sentimiento, del voto por la izquierda. 

Las alianzas, acuerdos y compromisos, sin cualquierizarlos, de la izquierda con la derecha, tienen validez cuando se tiene un objetivo común de interés nacional y se permite avanzar el proceso revolucionario. Descartando la búsqueda personal, de grupo y la degeneración política. No debe ser una práctica frecuente para conseguir colocación en la administración pública y conservar personalidad jurídica.

De lo que se trata, sin ninguna duda, es del uso que se hace de ellos (...)

La política de acercamiento con el contrario está determinada por condiciones históricas y coyunturas favorables, donde el objetivo a alcanzar cambie la correlación de fuerzas. No puede, jamás, justificarse ante la incapacidad del trabajo realizado, divisiones en sus filas y falta de liderazgo. El inolvidable Manolo Tavárez Justo, nos decía: “La revolución es el trabajo constante y consciente de cada uno de nosotros”. 

Ayer se justificó el voto por Bosch, por don Antonio y por Abinader Corona. Pero este último ha resultado "una sal más cara que el chivo". La actual coyuntura electoral no tiene ribetes ni parecidas a las tres coyunturas históricas anteriores, donde en el 2020 la población hastiada de corrupción e impunidad levantó la consigna: ¡Se van!

Fortune Modeste V.

Una simple propuesta

 Por Rafael Chaljub Mejía 

El pasado domingo 12 asistí en Puerto Plata al acto de recordación al inolvidable camarada Guillermo González, al cumplirse 49 años de su desaparición bajo el gobierno balaguerista de los doce años.

Un acto muy bueno, un homenaje en el cual gente del puro pueblo, se congregó a rendirle tributo a uno de sus mártires. Pero los jóvenes eran muy pocos por más que se tratara de honrar a un jovencito que tenía apenas 24 años cuando lo mataron. Y es para preocuparse.

Hay muchos jóvenes conscientes, de conducta rectilínea, luchadores por la transformación y el cambio a profundidad de esta sociedad de privilegios, pero al mismo tiempo, capas cada vez más numerosas de la juventud van siendo ganadas por ideas, hábitos y tendencias que las alejan del papel que deben jugar los jóvenes en la construcción de un mejor país.

Y esto ha sido resultado de todo un trabajo de perversión moral, enajenación ideológica y cultural y promoción del culto al egoísmo, la riqueza fácil y la diversión hasta de las peores formas. Hacia cuáles referentes se trata de inclinar a los jóvenes, se deduce por las figuras que se le están pintando como ídolos. Por qué un exponente de la vulgaridad y la depravación es llevado a los más altos niveles de la fama y hasta se le invita a lanzar la primera bola en un estadio de las Grandes Ligas.

¿Cuáles son los personajes que se están presentando como símbolos del éxito y modelos a seguir? Con conocer los calificativos y apodos, el talante, la indumentaria y el lenguaje con que se manejan, basta.

Y como con lamentarse y llorar no es suficiente, sugiero que algún sector del campo progresista coloque el problema del trabajo en la juventud como prioridad, convoque a un equipo de hombres y mujeres versados en el tema y comience a organizar un evento grande, nacional, de jóvenes procedentes de militancias políticas diversas, más allá del mundo reducido de la izquierda, y en un momento oportuno, sea en el fragor del proceso electoral o después, con preparación meticulosa y suficiente, se realice un festival, congreso o algo semejante, donde el tema del trabajo en la juventud del presente, se discuta a profundidad en busca de conceptos y orientaciones que hasta ahora no ha sido posible elaborar.

La vieja generación de luchadores va entregando la antorcha, quienes deben recibirla necesitan estar preparados para impedir que se le apague en las manos.

https://eldia.com.do/una-simple-propuesta/

Rafael Chaljub Mejía