jueves, 20 de febrero de 2020

EL VOTO MANUAL ES UN TRIUNFO DE DANILO Y EL PLD


Por: Fortune Modeste Valerio

La democracia capitalista es la oportunidad que tiene la clase dominante en imponer su deseo y su voluntad. La imponen con el voto y el fraude. En su lucha por el poder, con otras fracciones oligarcas burguesas, dejan ver el refajo y su poca vergüenza. La falta de reglas de juego permite utilizar todas las malas artes para imponerse.

En estas elecciones, las dos pautadas para este año, se enfrentan los sectores del conservadurismo. La lucha es feroz, a tres caídas. Grupos detrás del poder, dispuestos a batirse en cualquier terreno, utilizando diversos métodos y vencer al contrario. Los revolucionarios y el progresismo no tienen posibilidades, observando desde las gradas.

Desde ahora acostumbrémonos a los escándalos y actos inverosímiles en la lucha por el poder. La población, bien gracias. Su misión es votar por ellos. Torcer ese proceder, depende del accionar de los que no forman partes del juego y están dispuestos agudizar las contradicciones y sacar el mejor provecho posible para avanzar.

La suspensión de las elecciones municipales pautadas para el pasado 16 de febrero por el pleno de la Junta Central Electoral ha sido un duro golpe a la frágil “democracia” criolla. Se alegan problemas técnicos en el envío por la red de las boletas de los candidatos a los colegios electorales. Otros afirman que el fraude montado por el gobierno no pudo materializarse.

La interrupción del proceso eleccionario nadie puede negarlo; por el contrario, fue una acción deliberada, del gobierno y el PLD en complicidad con la JCE, para boicotear las votaciones y al mismo tiempo provocar su suspensión. El pleno de la Junta no perdió ni un instante, después de disfrazar el muñeco, en decretar su aplazamiento, y más tarde ponerle fecha al “entierro del muerto”, de acuerdo con la Constitución.

Es imposible, después de recibir todas las certificaciones, por organismos internacionales, garantizando la confiabilidad y seguridad de los equipos del voto automatizado, que los mismos presentaran problemas horas antes de ponerlo a funcionar; peor aún, que con las irregularidades sean enviadas a los colegios electorales. Tuvieron tiempos para evitar el desastre electoral, pero la intención era provocar el caos y la incertidumbre: decretar la suspensión de las elecciones municipales.

El pleno de la JCE es responsable del desastre electoral. No pueden alegar ignorancia algunas, ni buscar chivos expiatorios. Tienen que cargar con ese muerto histórico. Quedan descalificados ética y moralmente para dirigir el proceso; aunque se mantenga, no esperemos cosas buenas. Su prontuario, en su corta permanencia, está ahí, a la vista de todos.

La alta tasa de rechazo, de Danilo y el PLD, se incrementa en la población, reduciendo cualquier posibilidades en recuperarla. Su derrota es segura, aplastante. El voto automatizado, con la presencia de observadores internacionales y el supuesto blindaje de los equipos, se le hacia imposible truquearlo con éxito. El mensaje era claro: derrotarlo ahora y en mayo darle el tiro de gracia.

Danilo y el PLD prefirieron vencer, con el boicot, al voto automatizado, aplazar las elecciones municipales y seguir directo a las congresuales y presidenciales. De inmediato, el pleno de la JCE puso fecha a la nuevas elecciones, ojo con esto, e impuso el voto manual sin consultar a los partidos políticos. Después del palo dado ni Dios lo quita.

Con el voto manual, Danilo y el PLD, van en coche. Con ese método, los gobiernos del doctor Joaquín Balaguer se impusieron con brutal persecución y represión, asesinatos, fraudes y complicidad de la JCE. Es un procedimiento rudimentario y muy frágil para distorsionar sus resultados; comprando oficiales de los colegios, delegados; y manipulando el sufragio emitido. La JCE será responsable del baño de sangre que salpicará a la familia dominicana en la disputa en cada colegio electoral.

El alto grado de putrefacción y degeneración del gobierno y el PLD, lo convierte en una entidad sin escrúpulo. El presidente Danilo Medina, en complicidad con la JCE, ha dado demostración que cuando se trata del poder, todo se vale. Incluyendo, pisotear la Constitución de la República, leyes y reglamentos electorales; y la utilización de los recursos públicos para aplastar al contrario.