sábado, 31 de octubre de 2020

LATINOAMÉRICA SE LEVANTA, DE NUEVO

Por Fortune Modeste Valerio

Los progresistas verdaderos, sin ninguna vinculación con los intereses norteamericanos, han encabezado, de nuevo, el torrente social y popular que camina por toda América Latina y el Caribe. El movimiento levanta el respeto a los derechos fundamentales del ciudadano y la redacción de leyes sustantivas que defiendan la esencia del sistema democrático y elimine los privilegios a los que se enriquecen con el trabajo de la población.

El nuevo escenario, ambientación, creado en toda la región ha permitido un enfrentamiento electoral nunca visto en lo que va de historia latinoamericana y caribeña. Fuerzas progresistas, democráticas y revolucionarias, se enfrentan, con más bríos, contra la derecha, ultraderecha, sin tirar ni un solo tiro, en los últimos procesos de votaciones celebrados.

El contundente triunfo electoral del Movimiento Al Socialismo (MAS) de Bolivia ha renovado las esperanzas para repetir en otros pueblos esa enriquecedora hazaña que doblega las acciones conspirativas de la ultraderecha latinoamericana y el imperialismo norteamericano. En la patria de Evo Morales quedaron desenmascarados los planes golpistas e interventora de la OEA y su desacreditado presidente Luis Almagro.

El pueblo chileno, rememorando las lecciones y enseñanzas del presidente Salvador Allende, acaba de sepultar la herencia maldita de la dictadura de Augusto Pinochet, su Constitución de la República manchada de sangre. El Plebiscito Nacional 2020, celebrado el domingo 25 de octubre, derogó la Ley Fundamental donde se sustentaba las desigualdades que empobrecieron a la población.

Con el mayoritario resultado plebiscitario, de más de un 78 % de los votos emitidos, los chilenos ordenan la redacción de una nueva Constitución a través de una convocatoria de un Proceso Constituyente integrada por personas elegidas previamente por votación popular.

Bolivia de Evo y Chile del inolvidable presidente Allende, en contextos distintos, acaban de prender la mecha que alumbrará el camino a los demás pueblos hermanos que se enrumban por una transición democrática, para rescatar la confianza de un sistema democrático desacreditado por la errática conducción de la administración pública; contaminado por la corrupción, entreguismo y el enriquecimiento ilegal.

La ultraderecha y los Estados Unidos no cesa en sus planes desestabilizadores en la región. A pesar de ser derrotados en las urnas, insistirán en sus maniobras golpistas y desconocedores de la voluntad popular. Solo la unidad y acción de todos los sectores nacionales podrá evitar vulnerar los resultados electorales, y volver a derramar tantas sangre.

Se ha comprobado que las calles y las plazas son los mejores escenarios para garantizar materializar los planes inmediatos, y que el rumbo de los acontecimientos no se alteren por compromisos de farsantes. Chile venció en las calles, y Bolivia resistió el brutal golpe de Estado y pudo derrotar en las urnas a los golpistas y al imperio.

El camino hacia una verdadera democracia se logra con la participación organizada de la población y sus organizaciones representativas. Que constituya un régimen fundamentado en la redacción de una Ley Suprema donde participen sus verdaderos representantes y no los comerciantes de siempre. Conquistar la democracia teniendo al pueblo como su protagonista para evitar distorsiones lamentables.


EL DOMINICANO Y LAS FIESTAS CLANDESTINAS

Por Rafael Chaljub Mejía

El dominicano no puede vivir sin fiestas y esto tendrán que estudiarlo los especialistas en asuntos de la conducta colectiva de la gente.

Por más llamados de las autoridades y más amenazas de ser rígidos en hacer cumplir los protocolos y medidas sanitarias en el combate al coronavirus, el toque de queda, el distanciamiento físico y el quédate en casa, nunca se han cumplido cabalmente.

En lo que los científicos se pronuncian, yo, que no lo soy ni mucho menos, tengo el concepto de que si el pueblo ha logrado sobrevivir a todos los avatares históricos y todas las tragedias y fracasos, se debe en gran medida a que cuenta con la música más dulce del universo, el merengue, y la disposición a enfrentar la depresión y la tristeza disfrutando esa música. Y en ese sentido hay que anotarle un tanto al pueblo.

Pero las cosas deben tener sus límites razonables, y hay excesos dañinos que no pueden justificarse. Desde los inicios de la lucha contra el coronavirus se supo que algunos irresponsables organizaban peleas de gallos en galleras improvisadas en la clandestinidad. Siguió la imprudencia en balnearios y sitios públicos y en los últimos días se ha visto a la fuerza pública dispersando fiestas clandestinas.

El ingenio, puesto al servicio de la irresponsabilidad, llegó al extremo de colocar el nombre de una iglesia en la fachada de un edificio, mientras en el interior funcionaba un salón de baile llamado El Juidero.

En Santiago han salido a la luz hazañas parecidas y por lo que se ve, estas fiestas clandestinas no las para nadie. Con drogas, jucas, armas de fuego y otras yerbas venenosas incluidas.

No se sabe cómo puede hacerse una fiesta secreta, con bocinas ensordecedoras a todo volumen, con multitudes entrando y saliendo a altas horas de la noche. En Tamboril se confirmó que tenemos la iglesia en manos de Martín Lutero, porque quienes custodiaban uno de esos jolgorios eran varios policías.

Esta complicidad de la autoridad puede ser la explicación de que determinadas cosas estén pasando. Y así no habrá cómo detener la pandemia.

El pueblo debe sacrificarse, aún a costa de su derecho a la diversión, pero la autoridad debe cumplir su obligación en el marco de la ley.

El pasado gobierno llegó cansado al fin de su período, se espera que el nuevo ponga orden en todo este monumental y peligroso desorden. Que así sea.

Fuente: https://eldia.com.do/el-dominicano-y-las-fiestas-clandestinas/