lunes, 5 de septiembre de 2022

Reflexiones mínimas. El espejo del plebiscito de Chile

Por Manuel Salazar

Si el pueblo se coloca en una voluntad de cambio, y decides que hay que cambiar las viejas instituciones; pero además vota a favor de un gobierno que lo entiende es de cambio, eso expresa una significativa postura en favor de un salto importante en el sentido de superar las políticas viejas, y adoptar otras sustancialmente nuevas. 

Es de esperar que ese gobierno actúe en consecuencia. 

Si no toma decisiones audaces que se correspondan con esos anhelos populares; que apunten al rompimiento, o como menos superar en algo importante lo anterior; entonces abre la posibilidad de que se repongan las ideas y fuerzas viejas. 

Cuando se desplaza del gobierno a las fuerzas viejas, hay que rematarlas una y otra vez, y otra vez. Sobre todo erosionando sus bases materiales de sustentación. 

Esto es más necesario si, como en el caso de Chile, las ideas y fuerzas viejas dominan el poder de los medios de comunicación y a través de estos pueden influir de manera importante en la conciencia colectiva. 

Era de esperar que el pueblo chileno votara a favor del texto de constitución que superaría la de Pinochet. Pero no. Mayoritariamente rechazó aquel texto, y, aunque sigue abierto un proceso de cambio constitucional, de momento sigue vigente la constitución aprobada por la dictadura pinochetista. 

El gobierno de  Boris y las fuerzas políticas y sociales que lo sustentan, tienen todavía la oportunidad de revertir el revés, y el principal componente de esta posibilidad descansa en medidas audaces de gobierno que favorezcan social y económicamente a las mayorías populares, y, por supuesto, quiten privilegios a las élites. 

Lo de Chile con sus particularidades, es un espejo para República Dominicana. Aquí el pueblo ha votado varias veces por un cambio, pero este se ha quedado una y otra vez en medidas cosméticas, y no ha ido al fondo, es decir, a cambiar el régimen político y de cosas, que ha hecho posible que las ideas y prácticas viejas pervivan y puedan cada vez volver a ser gobierno. 

Es el caso del cambio que una mayoría quiso expresara el presidente Luis Abinader, sobre los desastres de todo tipo de los gobiernos de las dos versiones del PLD. La de Danilo y también la de Leonel. 

Así que urge una opción política, que camine por lo popular, el progresismo y la izquierda, que supere la reelección del actual gobierno, y cierre el paso a las versiones del PLD.

Manuel Salazar