sábado, 22 de agosto de 2020

EL CAMBIO ESTRUCTURAL, POR AHORA, NO ES POSIBLE

 Por: Fortune Modeste Valerio

 A nadie se le vendió, en la pasada campaña electoral, un cambio estructural del sistema. Única y exclusivamente se le ofertó cambiar la forma de gobernar que garantizara un nuevo estilo en la conducción de la administración pública. Institucionalización democrática, garantizar libertades de derechos y reorientar el aparato productivo de la nación. Sin olvidar la lucha contra corrupción y la impunidad.

Esa nueva forma de gobernar es muy frágil en, una sociedad como la nuestra, manos de un sector de clase atado por los compromisos, y donde cada quien tiene su gobierno en la cabeza. El nuevo escenario es saludable, con la derrota del PLD, permite estar alerta, militancia, para criticar y presionar, movilización, ante cualquier distorsión, de acuerdo con lo ofertado.

Sería un mayúsculo disparate pretender cambiar estructuralmente la sociedad con las fuerzas económicas, políticas y sociales que obtuvieron el triunfo electoral en las pasadas elecciones. Y peor aún, levantar consignas en ese sentido, por los comunistas, revolucionarias y progresistas, sin contar con los instrumentos transformadores, las condiciones objetivas y subjetivas favorables. El momento objetivo nos llevan a arroparnos hasta donde alcance la sabana.

En ningún momento hemos relegado de nuestro objetivo supremo de cambiar radicalmente la estructura de la sociedad. Para eso, es indispensable elevar el nivel de conciencia política, organización de la población y que los tiempos favorezcan. Y por último, contar con un instrumento de vanguardia que dirija el proceso. Transformar el país no es fácil. No es un juego por Internet.

Jamás se debe confundir nuestros deseos con la realidad, error que se comete a diario sin enmendarlo. Los objetivos estratégicos, cambio de sociedad, y las metas inmediatas, se trazan sobre la base del análisis correcto, sin inventos, de las condiciones económicas, políticas, sociales y geográficas del país. Para transformar algo, primero hay que conocerlo, si no estamos inventando.

El cambio radical del sistema luce una consigna muy atractiva; podría desenfocar el momento y confundir las etapas del proceso revolucionario. El término radical, de raíz y completo, no tiene niveles intermedios. Se emplea dependiendo del escenario. Hay momento en que ser radical es lo que manda, sin dobleces. Pero, depende de la correlación de fuerzas, la coyuntura histórica, lo que recomienda la circunstancia.

Se hace un flaco servicio a la revolución cuando se crean falsas expectativas con consignas radicales, supuestos objetivos alcanzables, que no une a la población y la embriaga en la ignorancia. La gente se unifica, se moviliza, para mejorar sus condiciones materiales de existencia. Las consignas deben garantizar la incorporación de la gente a lucha, y poder avanzar hacia alcanzar las metas programadas.

La transformación profunda de la sociedad se logra con la revolución; con esto no hay duda. De lo que se trata, ahora, es de aprovechar el momento para acumular fuerza y tener presencia en las resoluciones de los problemas nacionales. Dejar de permanecer, al margen y aislado, criticándolo todo sin presentar soluciones viables.

Avanzar hacia el poder, con paciencia y el trabajo constante, no está al doblar de la equina. Estimular y aprovechar las coberturas democráticas del nuevo gobierno que encabeza el presidente Luis Abinader Corona, para ganar espacio y tiempo. No conformarse, cruzarse de brazos, con los cambios de políticas públicas aplicadas; vamos más allá, sin albergar pensamientos radicales ni conformistas. Pero tampoco, dejarnos embobar con un caramelo envenenado.


OJALÁ TRUMP PIERDA LAS ELECCIONES

 POR: RAFAEL CHALJUB MEJÍA

Ojalá Donald Trump pierda las próximas elecciones de noviembre. Le conviene al mundo, a la causa de la paz y a la humanidad que no ha vuelto a respirar tranquila desde que ese señor, impetuoso y sin equilibrio, se instaló en la Casa Blanca.

Pareció al principio que se llevaría bien con la Rusia de Putin y a poco andar ya estaba provocándola, se involucró en una guerra comercial, por ahora, con China, hizo retroceder el deshielo de las relaciones con Cuba, que en un gesto de realismo y de valor, el presidente Obama había restablecido; mató alevosamente, como quien mata un pollo, y en territorio iraquí, al líder militar de Irán; mantiene a Venezuela bajo amenaza de desatarle una guerra de agresión, en la que, inevitablemente, tendrán que involucrarse Colombia, que juega el papel del Israel de Suramérica, y el Brasil militarista de Bolsonaro. Sería la balcanización de Suramérica.

Dicen las encuestas que Joe Biden le lleva la delantera a Trump y aunque nadie vaya a hacerse ilusiones, Trump ha creado una tensión tan grande que algún alivio tendrá que propiciar el señor Biden.

Los norteamericanos suelen propiciar ese juego de que detrás de un período de la política del gran garrote, entre en escena alguien que relaje la tensión. Después de los ocho años de Eisenhower, que era un militar de línea dura, vino Kennedy con su zanahoria de la Alianza Para el Progreso, le sucedieron Johnson, Nixon, Ford, y a esa larga etapa de abierto guerrerismo, le sucedió el paliativo de los derechos humanos de Carter. Y así, sucesivamente, hasta que Obama fue reemplazado por Trump.

Ahora, la salida de Trump es previsible y ojalá se produzca. También por la Republica Dominicana que, una vez más, pretende ser usada como instrumento de los planes imperialistas de Trump, especialmente contra Venezuela libre y soberana. Y en eso Mike Pompeo hace el papel de un procónsul, que llama al presidente dominicano, para sermonearlo y bajarle raya sin que un gesto de dignidad nacional le corte la llamada. Ahora lo vimos en la ceremonia de transmisión de mando, que ni siquiera el protocolo del traje blanco respetó.

Son cosas de esta época de Trump, que deberá terminar dentro de poco, y esperemos que el gobierno dominicano no se deje utilizar y se pelee con otros pueblos por servirle a causas que bajo ningún concepto son las nuestras.

Fuente: https://eldia.com.do/ojala-trump-pierda-las-elecciones/