jueves, 9 de julio de 2020

ABINADER, GOBERNAR EN TIEMPOS DIFÍCILES


Por: Carlos Julio Báez Evertsz

Si hay algo que celebrar, destacar y alabar –por encima de toda otra cosa-, es que el 5 de julio de 2020, el pueblo dominicano volvió a dar una lección de madurez democrática en las urnas. No solo por ir a votar en porcentajes elevados sino por hacerlo con libertad, responsabilidad y dignidad.

También hay que reconocer–con la cabeza fría-, que la actuación de los líderes políticos y gubernamentales del PLD fue ejemplar, al reconocer, aún antes del término del conteo oficial de los votos, el triunfo abrumador en todo el territorio nacional de Luis Abinader.

Se ha expuesto por el sociólogo y politólogo dominicano, profesor universitario en los EE.UU, Emelio Betances, que Abinader viene a inaugurar en la política dominicana posterior a Trujillo, que por primera vez un empresario, acceda electoralmente a la presidencia de la República.

Como es sabido, antes de él, la alta magistratura del Estado ha recaído en profesionales de “clase media”. Algunos como Balaguer y Bosch, reconocidos intelectuales a la par que políticos profesionales, y los demás han sido profesionales, técnicos y políticos de largo ejercicio, aunque algunos con intereses empresariales como Hipólito Mejía.

Luis Abinader por su curriculum vitae, centrado en el mundo empresarial, que además optó como vicepresidenta por una mujer también empresaria, necesitaba fortalecer su lado “popular”, y eso lo logró con el apoyo de partidos de izquierda como el APD de Max Puig, el Frente Amplio, el PCT y otros. Además de haber obtenido el apoyo de sectores representantes de la clase media profesional, como “Coalición Democrática” y de líderes reconocidos de diversas organizaciones populares. Todos esos apoyos equilibraron la percepción en la opinión pública de su marchamo excesivamente corporativo empresarial.

El 16 de agosto lo que se traspasará a Abinader es una papa caliente o aún más, un gran marrón: el covid-19 aún no alcanza su pico y no es descartable un incremento de los contagios, ello obligará a tomar medidas drásticas en materia sanitaria y, traerá secuelas económicas. Sin duda aumentará el déficit del Estado, caerá el crecimiento del PIB, se incrementará el desempleo y los más pobres y excluidos sociales verán empeorar más, si cabe, su ya deplorable situación. Habrá, pues, poco espacio para la erótica del poder y mucho de sudor y lágrimas.

Todo nuevo presidente se ve sometido a una avalancha de peticiones de cargos de sus financiadores, de los miembros de su partido, de los aliados políticos, de las expectativas, siempre grandes y a veces desproporcionadas, de sus sostenedores. Puede decirse que hay que tratar de contentar a todos, a unos de manera inmediata, a otros pidiéndoles paciencia e incluso a algunos con un no rotundo.

Cuentan el caso de un financiador que exigía un cargo determinado por los millones que había donado. El presidente electo le escuchó. Llamó a uno de sus hombres de confianza y le dijo que le entregara al demandante la suma íntegra de lo que había donado. Al dársela le dijo: Muchas gracias. Aquí tiene su dinero. Y no quiero verle más por aquí. Caso cerrado.

El Presidente elegido deberá formar rápidamente un Gobierno. El sabrá lo que desea para hacer lo que tiene previsto en su fuero interno. Ahora bien, si algo tiene el acervo de la ciencia política que aportar en estos casos, se puede resumir, en breve, en lo siguiente: el mejor gobierno es aquél que combina sabiamente la experiencia con la novedad, el “amateurismo” del recién llegado a los puestos públicos, con la coraza de los expertos “hombres del estado”, que han desempeñado, por años, puestos en el mismo y conocen al dedillo los intríngulis del Estado.

La tentación del nuevo gobernante, y más si el mismo es nuevo en cuestiones estatales y de administración pública, es dejarse llevar por los cantos de sirena de quienes tienen un interés objetivo en desembarazarse de todo lo antiguo, como si lo antiguo fuera sinónimo de desechable. Inclusive los muebles, las joyas antiguas, son más valoradas en el mercado por los expertos, que lo novísimo. Salvo, claro, por los horteras.

En fin, siempre ha sido así con cualquier tipo de gobierno reformista o conservador, liberal o progresista, el equilibrio para hacer un buen equipo de gobierno es combinar en la justa medida tradición e innovación. Experiencia y sangre nueva. Buscar el justo medio entre el adanismo y lo rancio.





ELECCIONES CON COVID Y FIN DEL REINADO DEL PARTIDO MORADO


Por: Narciso Isa Conde
Cinco días antes de concluidas las votaciones del pasado domingo en la República Dominicana, la IZQUIERDA DOMINICANA-IR y la agrupación MANDO emitieron un manifiesto al país en el que se expresó lo siguiente:
“Las votaciones para Presidencia y Poder legislativo habrán de realizarse en medio de este grave cuadro político, económico y social, que incluye el rebrote de la pandemia y el fracaso de una apertura económica inoportuna y pésimamente planeada.”…..
“Las dos opciones políticas que predominan nos traen el mismo esquema de ofertas demagógica de siempre, acompañado de mayor endeudamiento y dependencia respecto al sistema imperialista occidental liderado por EE.UU.”
“Es ese escenario, es evidente, que la mayoría dispuesta a votar está decidida a castigar la cúpula mafiosa del PLD y sus gobiernos.”
“La tendencia electoral predominante apunta a sacarlos del gobierno y a dejarlos malparados. Es grande el reclamo a favor de que sean procesados los corruptos y potente la demanda de que se recupere lo robado; independientemente de lo conservadora y también corrupta que resulta ser la opción PRM-Abinader.”
“Esa tendencia a favor de desplazar al PLD del gobierno parece incontenible. Por eso la narco-guerra electoral entre bandos culpables y el despliegue de perversidades gubernamentales para tratar de impedirlo” (Manifiesto al País // LAS ELECCIONES NO TRAEN SOLUCIONES A LA CRISIS: ¡IMPULSEMOS EL CAMBIO RADICAL PRO-CONSTITUYENTE 1-07-2020, Santo Domingo, RD).
Votó aproximadamente el 52% de los/as electores/as registrados, contrario a los vaticinios grandilocuentes de las principales firmas encuestadoras y los grandes medios de comunicación que auguraban más del 70%. ¡La más baja concurrencia de la historia electoral reciente del país en elecciones presidenciales!
Ganó en primera vuelta, con casi un 53% de los votos, el Partido Revolucionario Moderno-PRM y su candidato presidencial Luis Abinader, que además se alzó con la mayoría en ambas cámaras legislativas; en unos comicios intervenidos por la OEA y EEUU, fuerzas imperiales interesadas en evitar una crisis político-electoral a ser provocada por la resistencia del Partido-Estado, corporación de la corrupción, que responde al nombre de Partido de la Liberación Dominicana-PLD.
El candidato oficialista apenas logró el 37% y el ex-presidente Leonel Fernández, que recientemente se separó del Partido de la Liberación Dominicana-PLD y formó tienda aparte (la llamada Fuerza del Pueblo-FP), solo obtuvo un 8.6%, aun aliada a un grupo de partidos de la derecha tradicional.
Derrota aplastante del partido de gobierno, del partido de la dictadura constitucional morada, luego de 20 años de hegemonía política, 16 de ellos en tres periodos consecutivos. Y, adicionalmente, derrota vergonzosa de su facción disidente-oportunista encabezada por Fernández, a la cual le correspondieron tres periodos de los cinco de este largo desgobierno.
¡Se cumplió el vaticinio citado por las izquierdas transformadoras!
Esa tendencia electoral resultó incontenible en el curso de un previo desbordamiento forzado de la pandemia por las necesidades vitales de la gente empobrecida (a penas compensadas con un asistencialismo precario), por los intereses del gran capital privado, por la gravitación del electoralismo clientelar de la partidocracia tradicional y por las trabas sistémica para posponer las elecciones.
En las elecciones con COVID 19 el PLD-GOBIERNO, liderado por el Presidente Medina, resultó tranquilado; previa campaña y votaciones contaminantes, de ninguna manera ejemplares desde el punto de vista sanitario, como se vende el tema a nivel internacional. También fue castigada –reitero- la facción leonelista.
Intereses espurios –salvo el referido anhelo popular de castigar la corruptela oficial y sus perversidades continuistas- se impusieron contra la salud colectiva de la sociedad dominicana, a un costo de mayor peligrosidad.
• ¿POR QUÉ ESTOS RESULTADOS EN LAS VOTACIONES?
La explicación es sencilla.
-Gran parte del pueblo está harto de la corruptela impune, de la prepotencia y el autoritarismo del régimen morado.
-En los últimos tres años y medio un formidable movimiento multitudinario, MARCHA VERDE, detonado por un primer torrente político-social apartidista muy diverso, había terminado de erosionar la popularidad de los usurpadores del Estado y detentadores del poder político; hecho, que fue seguido de la actitud de la Administración Trump contra la re-postulación del Presidente Medina, mostrándose el gobierno estadounidense favorable a la opción PRM por temor a una crisis de gobernabilidad. Incluso el propio Pompeo le hizo una llamada telefónica conminatoria al presidente dominicano, que lo obligó a desistir de la candidatura.
-La dictadura constitucional del PLD se había debilitado y fue fracturada a su interior por la facción encabezada por Leonel Fernández, enfrentada a muerte a la del presidente Danilo Medina.
-Abundaron los expedientes y denuncias relativas a la gansterización del poder constituido, lo que a raíz de la explosión del escándalo ODEBRECHT a nivel continental, adquirió dimensiones colosales e implicó en graves delitos de Estado al propio presidente Medina (PLD), a los ex-presidentes Fernández(PLD) y Mejía (PRD-PRM), y a una gran parte de la elite partidocrática, sobre todo a la perteneciente al PLD.
-Creció enormemente el repudio al régimen y la determinación de gran parte del pueblo de sacarlo del gobierno, que al no poderse lograr por la vía de calle –dada la resistencia conservadora-electoralista al interior de MARCHA VERDE y en el campo político de la oposición sistémica- se fue trasladando progresivamente al tortuoso escenario electoral.
El PRM -principal partido de la oposición conservadora y pro-estadounidense- se convirtió persistentemente, con la ayuda del progresismo moderado y de una parte de la izquierda derechizada, en el instrumento electoral adecuado para castigar al PLD-Gobierno y desplazarlo por la vía del voto; posibilidad que se fortaleció con la división formal del partido oficial, el febril activismo de la facción de Leonel Fernández contra el Gobierno del PLD, y la escogencia como candidato gubernamental de GONZALO CASTILLO, testaferro de la corrupción danilista, el peor de los candidatos posibles.
Igual es explicable el record en abstención, una parte importante de la cual obedece a una gran y creciente desconfianza popular en el ya desacreditado partidismo tradicional, potenciada ésta por la manera como ambos polos electorales manipularon la pandemia y por los riesgos derivados de un repunte del contagio.
• EL DÍA DESPUÉS.Todos los procesos tienen un día después.
Claro, es un día de larga duración, con muchas 24 horas en las que se despliegan las consecuencias del periodo anterior.
El después de este proceso electoral con Covid 19, puesto en marcha en el marco de la crisis más grave de nuestra historia reciente, se ha iniciado con la prefiguración de un nuevo Gobierno y una nueva correlación de fuerzas al interior del Estado a favor del PRM y aliados.
Es pertinente, por tanto, describir a grandes rasgos la situación del país y el Estado-gobierno “montado” sobre esta mega-crisis.
La combinación de problemas adversos no tiene precedente en el último siglo:
-Más Covid 19… y a mas Covid, mayor crisis sanitaria y mayor profundidad en la crisis económica-social; luego de fracasada la apertura o reactivación económica, antes de concluir su segunda fase.
-Indicadores estremecedores: un desempleo brutal que arranca con un millón de trabajadores/as despedidos, quiebra masiva de pequeñas empresas, incremento extraordinario de la miseria en la marginalidad social, déficit fiscal de alrededor de 5 mil millones de dólares, contracción del PBI del 5 % promedio; y una deuda externa superior al 50% del PBI, que consume más del 40% del presupuesto y que dado el desplome de turismo, exportaciones y remesas, se proponen aumentar bajo dictados del FMI y BM, y tutela supranacional estadounidense.
Grave crisis ambiental, incluida escasez de agua, a la que pretenden agregarle -so pretexto de “recuperación económica”- una fórmula “made in usa” que consiste en autorizar nuevas concesiones de explotación minera, que a su vez provocarían enormes daños a importantes sistema de agua del país.
En fin, estamos frente a una especie de triple catástrofe (ambiental, socio-económica y sanitaria), que seguiría activa y potenciada en un país con el cuadro descrito y en vía de ser gobernado por otra de derecha conservadora como lo es el PRM y su proyecto de gobierno encabezado por el candidato triunfante, el empresario Luis Abinader.
Me refiero a una derecha político-social también comprometida con grupos económicos poderosos, presta a nuevos y onerosos endeudamientos, proclive a ceder ante la embestida minera y a la re-colonización imperialista; y, en lo inmediato, comprometida con el reconocimiento a Guaidó y la agresiva política de EEUU contra Venezuela Bolivariana y contra la soberanía continental.
Vale agregar, que aunque el PRM, y sectores extra-partidos aliados a él, exhiben algunas figuras que inspiran respecto y podrían jugar roles contestatarios valiosos en el Congreso, en lo fundamental se trata de un partido procedente de estructuras y prácticas degradadas por décadas de corrupción y clientelismo, e incluso infectada por la narco-política y la inversión empresarial.
Por todo esto, en este caso, existen demasiadas probabilidades, de que como dice el refrán popular, “la felicidad en casa del pobre dure poco”.
En perspectiva, a mediano plazo, estos resultados electorales y sus posibles consecuencias, tienden a reforzar la necesidad de superar está institucionalidad y este sistema político y partidos; por lo que más allá de estas votaciones y sus consecuencias, es necesario que la mirada y voluntad de las fuerzas transformadoras apunten hacia un CAMBIO RADICAL que rescate soberanía popular y nacional; presente siempre la obligación de luchar contra la decisión de la clase dominante-gobernante, ayer y hoy, de volcar los efectos desgarradores sobre el pueblo trabajador, las capas medias y los sectores empobrecidos.
Entonces, –como escribí en un artículo reciente- “el contraste esperanzador, lo marcaría un pueblo decidido a no dejarse matar de hambre ni de sed, y a no aceptar pasivamente más borrón y cuenta nueva. Así de crucial será el después de hoy”. (7-7-2020 / Santo domingo, RD).