sábado, 12 de septiembre de 2020

ENDEREZAR LO TORCIDO

 Por: Fortune Modeste valerio 

Cuando observo el panorama político nacional, la voz y acciones de los revolucionarios no se sienten, sin ningún impacto. A pesar de su precaria organización, su división y dispersión, lo complica todo.

Continuar por los senderos de la división y dispersión, no conduce a nada positivo. Es seguir friéndose en la misma salsa y después culpar a otros por el aceite muy caliente. Los revolucionarios deben admitir su debilidad organizativa, escasa incidencia en la población; y, tomar el cielo por asalto, articulando una entidad política unitaria para enfrentar los grandes desafíos. 

No estamos hablando de fusión ni nada parecido. Es unidad de acción de los revolucionarios para que las acciones lleguen con contundencia, coherencia y en búsqueda, en los frentes de masas y otros escenarios, de alcanzar un objetivo común. Si se quieres, es la puerta de entrada que materialice una fuerza monolítica capaz de aplicar el principio de unidad, crítica y unidad, que sepulte lo que nos tienen separados por décadas, como la res mala. 

No deben alegar, darle vuelta al asunto, primero hay que “discutir” el programa para transformar la sociedad dominicana. Objetivo estratégico que nadie resta importancia capital para llegar a un puerto seguro. De lo que se trata es dar los primeros pasos, en serios, analizar el nuevo escenario, si es que existe, y cómo enfrentar las ejecutorias del presente gobierno que preside Luis Abinader Corona. 

Cada quien por su lado, seguimos en más de lo mismo, sin conseguir victorias tangibles que le sirva a un proyecto común y que permita alcanzar escalones de poder. Aquí, todos tienen sus objetivos personales, grupales y partidarios; pero nada, fruto de un acuerdo consensuado entre las principales entidades revolucionarias. 

Cuando se tiene el criterio de que la organización política es una finquita de su propiedad, muy bien disimilada, se obstaculiza el asunto. Nadie quiere soltar, de golpe y porrazo, lo que ha sido su vida por largo tiempo. Es justo admitir, reconocer, que existen organizaciones, dirigentes y militantes que se esfuerzan por la unidad, y trabajan por ella. 

Para poder enfrentar con éxitos los desafíos y las maniobras del presente gobierno del presidente Luis Abinader, el PRM y fuerzas aliadas, se requiere la formación de una entidad unitaria que pueda sacar provecho visible a las grandes jornadas de luchas que se avecinan. Es cierto que salimos del PLD corrupto, ahora nos toca bailar pegao con una pareja que de antemano sabíamos que tenía su musiquita, sello de clase, por dentro.

—Es una necedad negar la existencia de un cambio de gobierno, una nueva forma de gobernar, lo que está por verse es la transición democrática. 

El programa de gobierno presentado a la población garantiza, en el marco institucional, institucionalidad democrática y una nueva forma de gobernar que hay que aprovechar. Sus distorsiones en aplicar algunas medidas gubernamentales, en a penas 27 días, benefician de manera descaradas a clanes familiares y a un sector de clase que se quiere servir con la cucharada grande, en la cara, muerto de risas, de todos.

—Lo reitero de nuevo: nada caerá del cielo, por obra y gracia del Espíritu Santo. Sin unidad, lucha organizada y bien dirigida, ta’ mos presos por la guardia de Mon. 

La táctica de unir la mayor cantidad de fuerzas políticas para vencer al blanco común fue correcta. Sino hay unidad, de las organizaciones revolucionarias, y enfrentar con éxitos los desafíos, el traje quedará a media talla. El traje completo y a la medida se los hacen los que actúan sobre la base de objetivos comunes y acciones coherentes. 

—Las alianzas público y privadas, son los ejemplos de una  burguesía en expansión y crecimiento, bajo la sombra del Estado. 

Seguir por ese camino torcido no es correcto. El tiempo es inexorable, no lo detiene nadie. Y no debemos continuar por ese derrotero. Se podrán alcanzar éxitos en forma partidaria, pero la revolución en sentido general avanza muy poco, imperceptible. El enemigo de clase actúa con coherencia y se consolida en el poder, al no tener una oposición revolucionaria unitaria, con inteligencia y los pies sobre la tierra, que desenmascare sus verdaderas intenciones, cuando empiece a torcerse.



VENEZUELA, EL INDULTO Y LAS ELECCIONES

Por: Rafael Chaljub Mejía

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro Moro, ha indultado a más de un centenar de opositores procesados por la justicia de ese país. todo un acto de generosidad, y reconciliación que, de paso, contribuye a crear un clima más propicio para la celebración de las elecciones del seis de diciembre próximo.

En la lista de los indultados hay elementos comprometidos en actividades de franca sedición, pasando por algunos que, en abierta traición a la patria, claman por el golpe de estado, el magnicidio y la intervención de tropas extranjeras, hasta delincuentes comunes responsables directos de actos incendiarios, atentados contra la propiedad estatal, y muertes de agentes de la fuerza pública.

A riesgo de defraudar a parte del pueblo venezolano que reclama justicia contra gente comprometida en ese tipo de acción, el presidente Maduro ha tomado una decisión valiente, sabia y justa.

Ante ese gesto la oposición se ha dividido. Algunos, como Capriles, se muestran dispuestos a concurrir a las elecciones, mientras otros, como el inefable Juan Guaidó lo rechazan todo, se niegan a ir a unas elecciones a las cuales el gobierno venezolano ha invitado a la Unión Europea y a la ONU a que envíen sus observadores respectivos.

En verdad el rechazo de Juan Guaidó no cambia nada. Un presidente autoproclamado, que obtenga un título que no está consignado en ningún texto de la Constitución vigente, sin poder de hacer cumplir ninguna de sus decisiones en suelo venezolano y que tiene que confiar su suerte a que la mano imperialista lo sostenga y lo ponga en el poder.

Así Guaidó y su gente reconocen su impotencia, dejan dicho que buscan el poder por la violencia, igual a propugnar por un baño de sangre en Venezuela. Ese sector opositor responde a la vocación entreguista y ultra reaccionaria de lo más rancio de la oligarquía venezolana, cuya desenfrenada hostilidad viene desde los tiempos del comandante Hugo Chávez, al que jamás le perdonaron que le arrebatara en base al voto popular, el control de las riquezas de ese gran país.

A esa desaforada oligarquía el comandante le advirtió algo que bien cabe recordárselo ahora a Juan Guaidó: Esta es una revolución democrática y pacífica, pero armada, dijo Chávez. Si la vía democrática de las elecciones está ahí, ¿por qué no transitarla? en vez de jugar con fuego o, como se dice aquí, andar dejando camino real por vereda.

Fuente: https://eldia.com.do/venezuela-el-indulto-y-las-elecciones/