jueves, 18 de marzo de 2021

LA COMUNA DE PARÍS Y LOS DESAFÍOS ACTUALES DE LA REVOLUCIÓN

Por Manuel Salazar

Hoy, 18 de marzo, se cumplen 150 años de la Comuna de París, el primer intento de la clase obrera por conquistar el poder político por vía revolucionaria.
No triunfó. Varios días después de duros combates en barricadas de las calles de París, capital de Francia; fue derrotada militarmente. Pero queda la lección de que la clase obrera puede, y debe, proponerse ganar el poder político y establecer su propio ideal de sociedad.
Ha transcurrido siglo y medio desde entonces, y la realidad ha cambiado en mucho. Demasiado. Pero sigue intacta la lucha de clases, la explotación de clase, y por tanto, la necesidad de la lucha revolucionaria en perspectiva al socialismo.
Quedaron atrás las formas de lucha como habían sido hasta 1871, centradas en barricadas con la participación de una minoría de vanguardia, para con una acción derrocar el gobierno de turno.
El cambio en las condiciones históricas del capitalismo, a partir de 1873, modificarían la táctica y la estrategia de la lucha de la clase obrera. En lo adelante la revolución sólo sería posible como resultado de la acumulación de fuerzas, la integración de las grandes masas obreras que, en un proceso de lucha constituirían, un ejército político.
La necesidad de una diversidad de formas de lucha, entre estas las parlamentarias, aparece en un escrito de Federico Engels, como síntesis de lo que en las nuevas condiciones del capitalismo serian la táctica y estrategia de la revolución hacia el socialismo.
Estas nuevas condiciones, que siguieron a la crisis capitalista de 1873, y que Federico Engels analiza en 1895 en el Prólogo al libro de Carlos Marx "La lucha de clases en Francia 1848- 1850"; constituyen en esencia las que condujeron al desarrollo de los monopolios y del imperialismo como fase superior del capitalismo.
Puede decirse, que en esa Introducción, están las premisas teóricas de lo que luego seria la elaboración teórica de Lenin (1870- 1924), sobre la revolución en la etapa imperialista.
Como igual podría afirmarse, que es la fuente primigenia de la que pudo beber Antonio Gramsci (1891- 1937), fundador del Partido Comunista de Italia; para elaborar sus planteamientos sobre la necesidad de desmontar el poder cultural del imperialismo de la conciencia de las masas obreras, como parte vital de la lucha de clases, en curso a la revolución.
Hay que organizar a las masas trabajadoras y populares, para la lucha política en todos los escenarios posibles; acumular fuerzas cada vez; desarrollar la lucha teórica, ideológica y cultural contra el capitalismo y sus gobiernos, siempre con la mira puesta en hacer la revolución.

Manuel Salazar