lunes, 28 de septiembre de 2020

INSISTIENDO EN LA POLÍTICA COMO PUNTO DE PARTIDA

 Por: Manuel Salazar

Una plataforma política firmada con la Coalición Democrática, fue la base de la unidad de varias fuerzas políticas para trabajar por el cambio de gobierno, hecho que se logró con los resultados de las elecciones del 5 de julio.

Para la coyuntura electoral que concluyó ese día, el PCT se dio una táctica que tuvo por propósito: contribuir a desplazar al PLD del gobierno, y que ese hecho contribuyera a una nueva ambientación política en el país, que se exprese en cambios políticos y sociales democráticos que, a su vez, creen las condiciones adecuadas para una nueva transición democrática.

Evitar que la continuidad del PLD en el gobierno fortaleciera la sensación de derrota histórica en el pueblo; y por el contrario, su derrota despertara la esperanza, y la idea de que se puede avanzar.

Esta es la cuestión ahora.

De nuestra parte, ese fue el objetivo táctico; estrictamente politico; sin pensar en derivaciones secundarias; y se inscribe en el pacto firmado en la Coalición Democrática.

Dijimos que la plataforma acordada era, así punto de unidad para el cambio; como bandera de reclamo una vez logrado el cambio. Es una dialéctica, la unidad se logró en torno a unos puntos programáticos, en consecuencia esos puntos programáticos deben ser reclamados.

De tal manera, lograr que el gobierno cumpla con la plataforma programática acordada, es el objetivo de este nuevo momento político, post elecciones.

Es por eso que una vez se logró el triunfo del 5 de julio, el PCT declaró de manera pública: La táctica se ha consumado. ¡Bien por el pueblo; el PLD se va. La lucha sigue, vamos por más!

Una vez más, esta es la cuestión que se nos plantea ahora.




COVID Y NORMALIDAD

Por: Narciso Isa Conde


Si los contagiados/as con síntomas son muchos/as, los asintomáticos hay que multiplicarlos por diez de acuerdo a la experiencia mundial, y corresponde sobre todo a niños/as, adolescentes, jóvenes y adultos no mayores y no enfermos; por lo que la cifra de portadores sanos sin detectar es elevadísima.

“Convivir con la covid-19”, por tanto, es mucho más fácil y menos riesgoso para un amplio segmento de nuestra sociedad integrado por niñez, juventud y adultos/as mayores que no padecen de diabetes, hipertensión, cáncer, obesidad, enfermedades cardiovasculares y hepáticas, baja defensa, desnutrición…; lo que traduce en mayor vulnerabilidad y altísimo riesgo de muerte y deterioro de la salud para la mayoría empobrecida, población enferma y adultos/as mayores.

La “covid-normalidad”, pues, puede encajar bastante bien con una parte de la sociedad que tiene condiciones para “contagiarse sin enfermarse” o “sin enfermarse gravemente”; y, de paso, contagiar a la parte vulnerable para la que esa convivencia es sumamente peligrosa.

Esto es más grave por varias razones: los/as que se saben no vulnerables, o poco vulnerables, no tienen formación para proteger o cuidar a los/as de altos riesgos.

Una gran parte comete grave irregularidades en cuanto al uso de las mascarillas o nasobucos y al distanciamiento físico, autoridades que saben reprimir pero no instruir, establecimientos empresariales y áreas de servicios públicos que violentan las normas sanitarias y un transporte en “conchos, voladoras y moto-conchos” que es un desastre sanitario.

Así mismo, el alto grado de hacinamiento y la medicina como negocio, son peligros públicos permanentes. Las posibilidades de sanación de la población vulnerable se reducen porque el énfasis se pone en el gran negocio de las vacunas atadas a la OMS y los grandes consorcios capitalistas de la salud; y porque la OMS -condicionada por esos intereses- pone poco énfasis en los remedios e incluso bloquea tratamientos baratos eficaces en alguna medida.

Y para colmo, no existe un plan nacional que contemple fortalecer el sistema inmunológico de cada ser humano; ni un programa particular que le dé un tratamiento especial (mapeo de pruebas y atención concentrada) a los principales focos de infección y le otorgue un sitial especial -con normas apropiadas, asistencia social, económica y salud de calidad- al sector de la sociedad impedido de “convivir” con este virus y de acceder a la llamada “Covid-normalidad”.

Esto revela que la pandemia, inducida o no, pero evidentemente manipulada, está siendo enfilada cada vez más contra lo que el capitalismo neoliberal denomina “población sobrante”, con un espíritu clasista criminalmente maltusiano.

Fuente: https://elnacional.com.do/covid-y-normalidad/