sábado, 27 de junio de 2020

DANILO, EN SU DECLIVE ESTREPITOSO, NO CESA EN ATACAR


Por: Fortune Modeste Valerio


Es indudable que el gobierno de Danilo Medina a puesto tuche, con el estado de emergencia, a la oposición política. La pandemia del coronavirus y su Covid 19, le ha facilitado las herramientas apropiadas y sacar ventajas en la propaganda electoral. Para ello, utilizó el Congreso, la fuerza pública y el uso abusivo e ilegal de los recursos públicos.

La Junta Central Electora, JCE, la misma que preparó el tollo de votaciones en las primarias pasadas, sin las consecuencias correspondientes, es la encargada de montar las próximas elecciones presidenciales y congresuales, el 5 de julio. Con los antecedentes irregulares, incapacidad y de su parcialidad, a favor del gobierno y el PLD, nada bueno y válido se puede esperar.

La complicidad de la JCE con Danilo y el PLD, no está en duda. La oposición no ha tenido la capacidad y la fuerza para desarmar todo el entramado de fraude instalado desde las altas instancias del organismo rector. La JCE y el gobierno han impuesto su voluntad, sin tomar en cuenta a los partidos políticos legalmente reconocidos.

Todavía, la oposición política no ha comprendido que van al certamen electoral con los árbitros en contra. Han permitido, en sus propias caras, que las reglas del juego sean vulneradas para beneficiar al gobierno y el PLD. Ha faltado la inteligencia y habilidad necesaria, descifrar las jugadas implementadas por la JCE, con el objetivo de intentar garantizar la continuidad de Danilo Medina y el PLD.

Con la pandemia, lograron imponer, en forma momentánea, el miedo y terror ha ser contagiado; el toque de queda fue manipulado, alejado de toda política sanitaria de buena fe. ¿Dónde el gobierno corona en grande? Es cuanto impone el estado de emergencia en todo el territorio nacional. Todas un conjuntos de medidas estatales que le permitieron manejar cuantiosos recursos para intentar posicionar a su candidato presidencial y de ñapa hacer negocios en forma ilegal, y beneficiar a los incumbentes y allegados.


El fraude esta montado, el pueblo barrerá con él, con la complicidad de la JCE. Lo que toca es desmontarlo, colegio por colegio electoral, con los procedimientos legales que permite la ley; y la presión organizada y pacifica de la población. Si la población continua en su firme voluntad de salir del Danilo y el PLD, por corruptos e incapaz, no hay marrulla, por más grande que sea, que valga. ¡SE VAN, SE VAN...!

Hay que educar, cara a cara, a la población en torno al proceso de votación. Por motivo de la pandemia y el Covid 19, se deben tomar todas las medidas de protección, como si fuera ir a los centros comerciales, bancos y otras entidades. Guardar las distancias recomendada y mantener la higiene adecuada. No hay peligro a ser contagiado, si acatamos rigorosamente las recomendaciones sanitarias.

Venciendo, con las medidas de protección, el miedo y el terror a ser contagiado, podemos vencer electoralmente al gobierno de Danilo Medina, el PLD y su Penco. No cesaran en sus intentos por imponerse con el fraude. El temor ha ser sometidos a la justicia, caer presos y devolver lo obtenido ilegalmente, no los dejan dormir tranquilos.

Esta vez, Danilo y el PLD, chocarán de frente con la muralla férrea, voluntad de un pueblo, harto de corrupción e impunidad. Aquí, no vale el Coronavirus, el Polvo de Sahara ni toque de queda; se espera ver a los corruptos ser sometidos a la justicia, tener un Procurador “independiente”, cambiar la forma de gobernar, etcétera.

¡Recojan, Luis Abinader Presidente! El próximo 5 de julio, la población votará mayoritariamente contra un partido, PLD, que ha burlado la confianza depositada.


PUES DE ESO SE TRATA

Por: Rafael Chaljub Mejía
Lo más cómodo es asumir, en nombre de la izquierda, de la revolución y el socialismo, ese discurso apegado a consignas y fórmulas generales, de esas que son correctas en toda circunstancia, para rehuir la responsabilidad de fijar posición y actuar ante los hechos que la vida real, el discurrir del movimiento y la lucha de clases plantean.
Cuál es el caso? La vida nacional está marcada por el dominio avasallante de un partido que desde el poder, ha implantado su dominio por casi veinte años y generado un pesado estancamiento político.
Como en las aguas estancadas no crece lo bueno, una izquierda que venía débil desde antes, ha venido debilitándose aún más y para recuperarse le resulta indispensable un cambio, que el país se mueva políticamente y se cree un clima menos inhóspito que el actual.
En pos de ese cambio bien vale la pena hacer compromisos con quienes pueden posibilitarlo. Algunos desde la izquierda lo rechazan en nombre de que lo que va es luchar por la revolución y el socialismo, como si lo que estuviera a la orden del día fueran esos objetivos supremos y no tratar de avanzar un paso para seguir marchando hacia esas metas.
Es cierta la mala experiencia de algunos grupos y cuadros de izquierda que cuando hacen algún compromiso con fuerzas del sistema, especialmente en medio de campañas electorales, se olvidan de sus objetivos supremos y lo sacrifican todo por lo inmediato. Esa inconsecuencia hay que condenarla.
Pero ahora de lo que se trata es ser consecuente con los principios, pero flexible en la táctica. Ser consistente en la convicción de que nuestro norte en esta fase histórica del proceso es llevar a feliz término la revolución democrática, nacional y anti imperialista aún pendiente de realización.
Y sin perder ese horizonte, fijar posición ante el desafío del momento, sin evadirse en nombre de fórmulas generales, sin sacrificar lo máximo, pero buscando lo alcanzable, un cambio político en busca de aire fresco, no para conformarnos con eso, ni para extenderle un cheque en blanco a un nuevo gobierno, sino para continuar la batalla más allá del episodio del cinco de julio, y levantar más alto y con más vigor un programa de demandas y reformas políticas que nos sigan acercando a las metas finales que en ningún momento deben comprometerse. De eso se trata.