viernes, 6 de noviembre de 2020

EL DESAHOGO

 Por Jose Bujosa Mieses

Confieso que de la izquierda en la que milite y entregué mí juventud y gran parte de mí adultez sólo me queda la nostalgia y los sentimientos. Nunca seré un renegado a ese pasado de gloria, sacrificio, combate, honradez y entrega total a las ideas revolucionarias que practiqué y que alguien etiquetó de izquierda.

Nunca olvidaré a los hombres y mujeres que perdieron la vida por la libertad, la defensa de los derechos humanos, la impunidad, la corrupción y la soberanía nacional, la democracia y el socialismo. Entre ellos tengo un legado histórico de mí tío Rafael Mieses Peguero y mi primo Hugo Bujosa, asesinados por el trujillato. Y con ellos me inclinaré siempre ante la memoria de las hermanas Mirabal, Manolo Tavárez Justo, Francisco Alberto Caamaño Deñó, Rafael Fernández, Amaury Germán Aristy, Virgilio Perdomo, Ulises Cerón y Bienvenido Leal Prandy (Los valientes Palmeros).

De igual manera estarán siempre en mi memoria Amín Abel Hasbúm, Maximiliano Gómez (El Moreno), Otto Morales, Henry Segarra, Rafael Pérez Guillen, Orlando Martínez, los guerrilleros fusilados en Las Manaclas, los eternos combatientes de la libertad y el decoro de la Raza Inmortal, en fin todos los que defendieron con coraje y valentía nuestra soberanía nacional en los años de 1916- 1924 y 1965 enfrentando a la tropas invasoras yanquis. 

Ni tampoco, tiraré piedras contra la gloriosa Revolución Cubana y su líder Fidel Castro ni mucho menos contra la gloriosa Revolución Popular Sandinista, en la que participé como corresponsal de guerra, sin dejar de reconocer que mucho de sus postulados, la actual dirección del FSLN ha sepultado. 

 Muchos de los camaradas que me acompañaron en esta larga batalla contra la indigencia, la pobreza, las libertades, la democracia y el socialismo saben que fui siempre un promotor de la unidad de la izquierda. En el último ensayo que participé fue en el Torrente Patriótico, junto a mi querido camarada Diomedes Mercedes. Iniciativa que logró una gran aceptación pero que finalmente colapsó por la miseria humana, el oportunismo y el ventajismo de algunos de los dirigentes que formaban parte de este esfuerzo que llegó agrupar ha más de 20 organizaciones de izquierda.

A lo largo de este recorrido por la militancia de izquierda he conocido mucha gente buena, muchos líderes confiables y serios pero también muchos bandidos y tránsfugas de las ideas que decían profesar pero que al final se vendieron al mejor postor. 

De todo lo dicho no me excluyo de haber cometido algunos errores de los que hoy critico y que fueron el fruto de momentáneas frustraciones y desencantos. Hoy siento nostalgia y rabia frente algunos de los dirigentes históricos de esa izquierda errática, que aún sobreviven, de no tener la humildad de reconocer sus errores mediante la autocritica. Fracasos y más fracasos, con sus secuelas de sangre y no se detenían a explicar las causas de que esos tristes episodios que ocurrieron bajo su conducción.

Seguían mirando hacia adelante como caballos debocados sin nadie que lo detuvieran. Cuando eran cuestionado a todo le buscaban una explicación ilógica. Pocas veces esos dirigentes dieron muestra de solidaridad con los compañeros que caían en prisión o sufrían serias enfermedades. Pero cuando se producía la muerte siempre surgía la consigna que decía; están cayendo los revolucionarios que viva la revolución y ahí terminaba todo. 

En mis andanzas por esa izquierda conocí la traición, el oportunismo, el saqueo, la infidelidad, el egoísmo y el caudillismo. En algunos de estos vicios se me parecían mucho a los lideres de la derecha. También aprendí a no confiar en los que profesaban el ultra radicalismo que al fin y al cabo terminaba aliado al ultra derechismo, berbí gracias, Ramón Martinez (Macorís) y Genao Espaillat. El primero era un radicalero, brabucón que finalmente le sirvió a la ultraderecha en la formación de la Organización Anti Comunista y Anti Terrorista que devinó en la criminal Banda Colorá, el segundo fue de los cuadros de la dirección política del IJ4 que más promovía la guerrilla y que finalizó siendo un agente de la CIA, a quien le sirvió en todos los preparativos de la insurrección guerrillera de ese organización en noviembre de 1963 y que terminó con el fusilamiento de Manolo y 15 compañeros en la montañas de Las Manaclas. 

Hay más casos que puedo citar de estos radicaleros y el daño que le hicieron a la izquierda. Pero la más grande de las enseñanza, de esto que le estoy narrando, es reconocer la sabiduría del Marxismo Leninismo cuando definía a la pequeña burguesía como la capa social más peligrosa ya que era el embrión de la burguesía. Un sector de personas trepadoras y oportunistas. Tal y como se ha demostrado en el 90% de los que ocuparon posiciones en dirección de la izquierda y que provenían de este sector. 

Es obvio que lo que hoy estamos viviendo es el fruto de esa dirección pequeñaburguesa a la que yo calificó como la izquierda ambidiestra, o sea, que tanto batea a la izquierda como a la derecha. 

Con estas reflexiones no quiero dejar de reconocer a dirigentes de izquierda que a lo largo de su vida política han mantenido una posición coherente con sus ideas revolucionaria aunque no así exculpados de pertenecer a una dirección de izquierda errática e incapaz, carente de una profunda formación y de un individualismo extremo. Que impidió el surgimiento de relevos y/o de nuevos lideres. Tampoco quiero dejar de reconocer que como país, que forma parte de la geopolítica de los EEUU, hemos sido victima del exterminio de los principales lideres de la izquierda como Manolo Tavárez Justo, Francisco Alberto Caamaño Deñó y Amaury Germán Aristy por parte del imperio que arreció esta política de exterminio tras el triunfo de la revolución cubana y el estallido de la guerra de abril de 1965.

Tanto Manolo, como Caamaño no tuvieron suficiente tiempo para madurar en el conocimiento de la teoría. Lo mismo pasó con Amaury. La estrategia de la geopolítica imperial ordenaba su eliminación física ya que representaban un peligro para sus intereses en la región. Esta agresiva y permanente vigilancia de los EEUU, con la complicidad de los líderes de la derecha criolla se trazaron como estrategia castrar el liderazgo de izquierda e impedir su crecimiento y aceptación en las grandes masas. Provocando un déficit en el liderazgo de nuestra izquierda. De el exterminio de estas generaciones de hombres y mujeres patriotas , progresistas y revolucionarios. De ese exterminio se ocuparon, en los últimos tiempo, Trujillo, el Triunvirato y Balaguer. Aliados incondicionales del imperio norteamericano.

Pero estamos confiados en que llegará el día que los pueblos le pasaran factura a todas estas atrocidades. Como observan, mis seguidores, con estas líneas estoy ejerciendo mí derecho al desahogo. Se que a algunos de los que me han acompañado en esta larga lucha se sentirán aludidos y no le agrade estas reflexiones sinceras. Empero se que otros reconocerán que tengo todas las razones. La critica esta echada. De todas manera la historia la hacen los pueblos y en su voluntad confío. 

Fuente: https://www.facebook.com/jbujosamieses