martes, 20 de abril de 2021

GUERRA DE ABRIL, PUENTE DUARTE: ¿BATALLA, COMBATE O NADA?



(Ni refriega ni escaramuza)   

Po: Fidel Soto                 

El general Ramiro Matos González, en reiteradas ocasiones ha negado la magnitud de los acontecimientos bélicos ocurridos en el puente Duarte durante la guerra de abril del 1965. De forma despectiva afirma en su exposición durante el "Seminario Guerra de Abril", organizado por la Secretaria de Estado de las Fuerzas Armadas en el año 2002, lo siguiente: "La razón de titular esta corta participación con un interrogante: "La batalla del puente?," es que yo mismo no sé a cuál batalla nos estamos refiriendo. Digo esto, porque a menos que no sea a la acción ocurrida el día 25, cuando pasó el puente una pequeña unidad del CEFA, o a la refriega del 26 de abril que fue cuando una unidad mixta cruzó el río Ozama por el puente, no tenemos referencia sobre combates o acciones desarrolladas allí y que hicieron retroceder a las tropas que tenían afianzada la cabeza occidental del puente Duarte." (1)

Los hechos históricos lo escriben o lo interpretan los protagonistas y como hay vencidos y vendedores cada uno fija su parecer, luego escriben también los espectadores y los que estudian tales hechos que al hacerlo deben usar las técnicas propias de la investigación historiográficas.

Con frecuencia el derrotado no admite su derrota y para negar o justificar un acontecimiento negativo para él, busca utilizar argumentos risibles y deshonestos sin tomar en cuenta la expresión bíblica: "Conoceréis la verdad y la verdad os hará libre."

"PEQUEÑA UNIDAD  MIXTA"

Es su misma cita que le desmiente, pues al decir: "pequeña unidad  mixta", pretende disminuir el poder de fuego de los tanques de guerra enfrentados por soldados y civiles con fusiles y bombas Molotov.

Continúa el general experto en anti guerrillas: "Entre los días 24 y 28 de abril del año 1965, no hubo tales batallas entre las fuerzas constitucionalistas y las de San Isidro. En primer lugar me remito al Diccionario Militar, donde Villamarín nos dice: "batalla es el combate en campo abierto de dos ejércitos, en el que toma una parte más activa todo el grueso de cada una...".  Seguimos  citando al general Matos: "Otro autor nos dice: "...batalla es la acción entre dos ejércitos, o entre la mayor parte de las fuerzas de los mismos, pero que sólo merece aquel nombre cuando la mayor parte de la tropa combatiente ha tomado parte en los choques o en las maniobras...". (2)

Aunque resulta ridículo tomar el diccionario, vamos a citar al de  la Real Academia Española (RAE), en una de sus definiciones de batalla: "Combates o serie de combates de un ejército con otro..."

Ahora bien veamos lo que dice Tad Szulc: "En Santo Domingo, la batalla por el dominio del puente Duarte duró toda la tarde y primeras horas de la noche, mientras las fuerzas de Wessin, apoyadas por los carros de combate, trataban de cruzar el puente y entrar en la ciudad. Pero las fuerzas armadas constitucionalistas y sus aliados civiles, provistos de armas de toda especie y bombas de gasolina de las llamadas cócteles Molotov, lucharon con energía, y los asaltantes  no pudieron abrirse camino, aunque varias veces los carros blindados de Wessin llegaron a cruzar el puente." (3)

Allí, en el puente Duarte, se escribió una de las páginas más heroica del pueblo dominicano. Los combatientes que el presidente Juan Bosch llamó "Militares del pueblo y soldados de la libertad"; bajo la dirección de Caamaño Deño, Lora Fernández, Marte Hernández, Lachapelle Díaz, Montes Arache, Illio Capocci con el Cuerpo de hombres ranas, el Capitán Chestaro, el Capitán Arias Collado, el Mayor Claudio Caamaño, el Teniente Elías Bisonó Mera (muerto el 27 en acción), y los miles de ciudadanos con piedras y palos ganaron : LA BATALLA DEL PUENTE. 

Qué pena que el general no admita lo mismo con relación a la guerrilla de Manolo Tavárez en el 63, reconociendo que no hubo real combate, sino la rendición de valiosos jóvenes  que se acogieron a las garantías ofrecidas, siendo fusilados el 21 de diciembre del 1963, en Las Manaclas, por las tropas que él comandaba.

Ahí, sí que no hubo combate, ni batalla, ni escaramuza. ¿Será que el general y sus iguales no quieren reconocer la vergonzosa derrota sufrida en la gloriosa revolución de abril?

Ocultar o negar la verdad es una forma de mentir. Es lo que hace el general Ramiro Matos, al negar la importancia de las acciones militares  ocurridas en el puente Duarte y zonas aledañas durante la guerra de abril. Resulta también  deshonesto y aventurero ignorar tales acontecimientos, más cuando miles de personas estuvieron en ese escenario y además de que la prensa de la época reportó los hechos. 

Aún cuando algunos medios lo ocultaron como fue el caso del periódico Listín Diario, que no quiso publicar la noticia redactada y enviada por el reportero Luís Reyes Acosta, informando del triunfo de las fuerzas constitucionalistas sobre las tropas del CEFA.

Es muy arriesgado para la credibilidad del general Matos afirmar que: "Yo estuve ahí, se dicen cosas que son mentiras, ahí estamos nosotros todo el tiempo, esa batalla nunca se dió."

Lo que no entendemos es que si el general fue herido de manera accidental por su misma fuerza, siendo evacuado de la zona de combate, pueda asumir tal negación cuando por sus heridas, es retirado del lugar, no pudiendo ya ser testigo, ni participante de los hechos que él, sin base niega.

Para el general Matos todo el que afirme o se refiera a la batalla del puente es un mentiroso. De ser así el único que tiene credibilidad es él. Veamos qué escribe Piero Gleijeses en su obra: "La Esperanza Desgarrada", en la que dedica un capítulo a la batalla del puente: " Después de cruzar el Puente Duarte, las tropas de Wessin avanzaron hacia la avenida Duarte, encontrando una fuerte resistencia." Pag. 399. 

De acuerdo a este autor,  aunque las fuerzas de Wessin alcanzaron la calle José Martí, fueron acosadas por los contraataques del pueblo que lo hicieron retroceder hacia su guarida de San Isidro. Señala en la página 400: "El milagro tomó forma, cuando a pesar de las bombas y del fuego de las ametralladoras, cientos de soldados y civiles se juntaron en la cercanía del Puente Duarte para bloquear el paso a las fuerzas del CEFA, desafiando la muerte."

Jerome Slater, en su libro: "La Intervención Americana", describe otro cuadro de las acciones desarrolladas por las masas de esta manera: 

"Arengados y exhortados desde Radio Santo Domingo, miles se reunieron en el puente. Armados únicamente de armas cortas y cócteles Molotov, se aprestaban a enfrentarse a las fuerzas de Wessin. A medidas que los tanques cruzaban el puente eran de inmediato acorralados en las estrechas calles de la ciudad vieja y, o lo destruían o los obligaban a rendirse. Si eran capturados intactos, los combatientes constitucionalistas los tomaban y los ponían de nuevo en acción ésta vez con la palabra "pueblo" pintarreada en los costados".

"Al otro lado del río, el resto de las fuerzas de Wessin se negaba a cruzar el puente y muchos empezaron a desertar". Pag.31-32 de la referida obra.

Como demostración de lo arriba citado recordamos el relato del comandante Fafa Taveras, en uno de sus testimonios sobre la gesta de abril, cuando dijo que el tanquista que operaba el tanque MX con el que se atacó la Fortaleza  Ozama, era un prisionero al que se obligaba a la operación del mismo, el cual aprovechó una confusión, escapando. Ante esto y por la falta de artillero le tocó a él (a Fafa), operar el tanque, disparando a la puerta de la fortaleza un cañonazo que infundió un gran miedo a la ya atemorizada fuerza policial que allí se encontraba  rodeadas y asediadas por las fuerzas populares. Encima de  ese tanque estaban Amaury Germán y Homero Hernández  y cuando se disparó el proyectil el retroceso los lanzó a los dos, cayendo en el pavimento y a Homero se le afectó el tímpano, por lo que sufrió mucho hasta que fue operado en el 67 en la RPCH.

Por esto, y más que esto le decimos al general: No mientas, acepte su derrota. Ni "refriega", ni "escaramuza". Duros y fuertes combates que ocupan un heroico lugar en nuestras gestas patrióticas con el nombre de: ¡¡BATALLA DEL PUENTE DUARTE!!




ABRIL PRESENTE

Por Narciso Isa Conde

La crisis crónica que afecta nuestra nación evidencia que el modelo político-institucional impuesto por la invasión militar de los EEUU en 1965, reforzado a lo largo de 56 años de recolonización económica y cultural, y cada vez más deteriorado por el impacto de la globalización neoliberal del capitalismo y la corrupción estatal, debe ser radicalmente superado.
Más de medio siglo de negación de soberanía, perversión del sufragio y del modelo representativo, entronización de la corruptela y degradación política, crisis de salud y educación, violencia de género y negación de derechos fundamentales de la mujer y profundo deterioro ambiental… fortalecen la necesidad de reconstituir el Estado dominicano, sus instituciones y el proyecto de sociedad sobre la base de democracia directa, participación comunitaria, justicia y solidaridad. La pandemia, por demás -montada sobre la decadencia del sistema de dominación y la crisis integral- ha puesto al desnudo las lacras acumuladas.
Es imprescindible, por tanto, una corte con ese pasado opresivo, ahora retomado por un cambio político que tiene mucho de farsa y demasiado de profundización de la recolonización neoliberal, privatización del Estado y del patrimonio natural (APPs, privatizaciones, empobrecimientos, endeudamiento ominoso, entrega del subsuelo, del territorio y de las fuentes de aguas…), nuevas modalidades de corrupción y subordinación extrema a un imperio decadente.
En estas circunstancias es pertinente reivindicar contenidos esenciales de la Revolución Constitucionalista que encabezaron los coroneles Fernández Domínguez y Caamaño, brutalmente obstruida por la invasión militar estadounidense. El momento indica que el proyecto de Nación y sociedad que encarnó aquella revolución debe ser retomado, actualizado y renovado.
Urge crear, desde un ejercicio consecuente de soberanía popular, un nuevo sistema. Y en tanto Abril del 65 es continuidad de la gesta Trinitaria y la epopeya Restauradora -ejemplo y referencia
además de nuevas modalidades de insumisión, poder popular, proceso constituyente, rescate de la soberanía nacional, unidad cívico-militar y defensa de la Constitución más avanzada de la historia republicana- vale retomar, con espíritu innovador, sus valiosas enseñanzas.
Si algo se destaca en los contenidos políticos de la revolución del 65 –pisoteados por la clase dominante-gobernante y traicionado por el PRD-PRM y PLD- es el esfuerzo trascendente por refundar la república, construir un Estado realmente democrático y soberano, acompañado de un poder popular transformador con intensa participación comunitaria; algo solo posible de lograr, si lo viejo degradado es echado abajo y lo nuevo brota de un poder y un Proceso Constituyente, que implique Cambio Radical, Asamblea Constituyente Popular y Soberana y nueva Constitución inspirada en la de 1963 que tuvo como ideólogo al Profesor Juan Bosch. ¡Vale atreverse! (18-4-2021, Santo Domingo, RD).

Narciso Isa Conde