miércoles, 15 de junio de 2022

PRECISIÓN-ACLARACIÓN SOBRE MI ARTÍCULO "IZQUIERDA DERECHIZADA ARREMETE CONTRA IZQUIERDA TRANSFORMADORA"

El autor de esta nota que motivó mi respuesta en ese artículo es Alexis Joaquín Castillo.

Por eso señale de entrada, sin mencionar su nombre, que en cuanto a su autoría “el rastro digital” conducía “a un ilustre balaguerista muy ligado a la izquierda reformista-electoralista y al ambiguo progresismo criollo, empeñados en estructurar un frente electoral”

Si al pie de la misma aparece el nombre de Manuel Salazar, es porque el hecho de que él hiciera un reenvío de esa nota, dio lugar a una confusión y quien me envió ese texto pensó  que  había sido escrita por Salazar, y a mí se me pasó suprimir su nombre cuando hice las correcciones al texto tan pronto me enteré de lo realmente había pasado.

Cumplo ahora con reenviar mi artículo con esa necesaria corrección para los fines correspondientes.

Narciso Isa Conde

15-06-2022

NOTA REFERIDA:

“La oligarquía y sus representantes electorales (Partidos Políticos) aplauden vigorosamente el llamado de algunos grupos de izquierda de no participar en el denominado juego de la partidocracia electoral. Cosa extraña ocurre con las aserciones de (Narciso) pues mientras en la izquierda y en el progresismo existe un amplio sector que rechaza su extremada posición, en la corriente política de la derecha tal aseveración encuentra aceptación y apoyo unánime, no porque coincidan en los lineamientos programáticos, sino porque con su negación a participar se fortalece la estabilidad, y el status del conservadurismo se recicla en la medida en que el mayor número de ciudadanos sean apáticos e indiferentes que no votan ni participan quizás porque las élites entienden que mientras más distante estén los progresistas del teclado del poder político mayores son las posibilidades de reciclaje de la derecha y de su permanencia en el control de la cosa pública. Lo anterior se sostiene conservadurismo no tiene respuestas social sostenible, cada día reduce significativamente su caudal de aceptación y sus fuerzas, constituidas bajo la égida de un neoliberalismo rapaz e insaciable, pierden popularidad y consenso."

Narciso Isa Conde

La identidad como compromiso

Por Manuel Matos Moquete 

He aquí, un elemento esencial de la identidad: la solidaridad con el lugar y la gente que pertenecen a la misma cultura o condición. Es considerado como su igual, es idéntico, quien participa de los afanes, los problemas y las soluciones que atañen a sus congéneres o a sus coterráneos. El primer rasgo de la identidad es el compromiso, en variadas condiciones, entre los miembros de una cultura o un conglomerado.

Un amigo, exitoso profesor en una universidad norteamericana, días atrás regresó a República Dominicana —ahora se presenta como dominico-estadounidense — después de 30 años de ausencia y luego de permanecer una semana en su país de origen, se dio cuenta de que en RD poca gente lo conocía y de que nadie le reconocía sus grandes méritos logrados en la diáspora. 

Meses después, con amargura me contaba su decepcionante experiencia en el país. Entonces le recordé esta expresión de John F. Kennedy: “No preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino qué puedes hacer tú por tu país.” Y es que sentirse con identidad es mucho más que decir soy de un país o de una cultura. Eso implica, según el espíritu de la expresión de Kennedy, un compromiso consigo mismo y con los demás.

La migración aleja a los migrantes de su cultura de origen. La ausencia de su país o su comunidad de origen poco a poco los convierte en desarraigados o en portadores de culturas híbridas, como el spanglish, el frañol, el creñol, etc., lo cual da lugar a nuevas identidades. Sin embargo, los efectos de esa ausencia podrían subsanarse con el interés puesto en su cultura, con la búsqueda permanente de su identidad, por la presencia esporádica continua, y con el compromiso con respecto a las cosas de su pueblo, es decir, la participación en la vida, en los problemas, aunque se viva en otro lugar. 

Las situaciones y los roles dan lugar a determinadas identidades. Los compromisos consigo mismo y con los demás se contraen como identidades. Las identidades familiares están asociadas a los roles y a los compromisos de los miembros de una familia. Las identidades organizacionales se producen en base a las funciones y a los niveles de vinculación de los miembros de las organizaciones: políticas, académicas, religiosas, sindicales, etc.

En un grupo, la identidad es cercanía de sus integrantes en torno a determinados valores, pero más que nada, en torno a la vida y la supervivencia del grupo. En verdad, para reclamarse de una cultura hace falta presencia, continuidad, permanencia, pero, ante todo, solidaridad. Pertenecer a una cultura requiere, no tanto pertenecer a un lugar de origen, sino comprometerse con un aquí y un ahora.

Fuente: Manuel Matos Moquete | Facebook

Manuel Matos Moquete