sábado, 11 de julio de 2020

LA DERROTA ELECTORAL DEL PLD ES UN PASO DE AVANCE


Por: Fortune Modeste Valerio

Desde el primer momento, identificamos el blanco principal y común, Danilo y PLD, para derrotarlo en forma contundente, convincente y con el apoyo entusiasta de la población. Conseguir esto, había que sintonizar con los anhelos intrínsecos de la sociedad; hastiada y en peligro de su disolución ética y moral.

Desunidos y dispersos, no era posible alcanzar la victoria. Urgía unir la mayor cantidad de fuerzas políticas y sociales, alrededor de un programa y candidato. No había de otra. Lamentablemente, ese esfuerzo no iba ser encabezado por los revolucionarios y los llamados progresistas.

Ese lugar ha sido ocupado por un sector de la burguesía nacional que se enfrenta a los sectores más cavernícolas de la sociedad dominicana. Estuvieron tirado en la calle al medio, “politiquiando” y buscando votos.

A pesar de los despiadados ataques, de todo tipo, persistimos en la unidad de contrarios y vencer al enemigo coyuntural. Tomando en consideración que en el desarrollo del escenario electoral podían surgir nuevos ingredientes que obligarían asumir posiciones responsables para desplazar la mafia morada enquistada, como un cáncer, en el Palacio Nacional.

Ahí están los resultados. ¿Qué hacer? La pregunta del millón. Ya que la tradición en la política dominicana cuando terminan elecciones presidenciales, congresuales y municipales, es coger unas vacaciones de silencio irresponsables, golpes de pechos, que no conduce a nada positivo. Y se sumergen en la soledad cómplice del atraso político e ideológico.

Esperamos, con buena fe, que el presidente electo, Luis Abinader Corona, el PRM y fuerzas aliadas, cumplan con el programa de gobierno y promesas electorales, ofertado a la población. Que no se involucren, respeten la voluntad popular, en las elecciones congresuales, ya que es costumbre perjudicar a los partidos emergentes en el conteo de los votos y distribución de los mismos para escoger el candidato ganador.

La lucha contra la corrupción y la impunidad es innegociable. El nuevo gobierno debe cumplir su promesa de instalar una justicia “independiente” para proteger los bienes del Estado y aplicar la ley a todo el que la viole, sin distinción de clase. Los funcionarios salientes, potenciales corruptos, deben ser investigados y llevados a los tribunales, sin trucos de películas.

Las fuerzas revolucionarias deben cuestionar su accionar en forma crítica y autocrítica, con el fin de corregir lo que está mal. Y enderezar el curso de un camino, recorrido, que no lo ha llevado a buen puerto. No ha exhibido, una parte considerable, madurez política en la presente coyuntura electoral; apegado a un esquema analítico carente de profundidad, dinamismo y creatividad.

No hay duda, se respira un aire fresco en todo el territorio nacional. Hemos vencido la peor plaga, la morada, en toda la historia republicana. La población espera la oportunidad para repudiarlos en plazas comerciales, bancos, aviones, calles avenidas, en el exterior, etcéteras.



JUAN BOSCH: NI BORRÓN NI FLOTADOR, TAMPOCO TRINCHERA. (1-3) (BORRÓN Y CUENTA NUEVA)

Por: Fidel Soto



El año pasado la periodista Margarita Cordero publicó un libro en el que afirmó lo siguiente:

“... nuestro Gólgota no lo sería un campamento militar infestado de esa lacra lumpen, que después, sabríamos, comenzó a conspirar sumisa bajo la tutela de un grupo de papi y mami, tutumpotes sobrevivientes del naufragio trujillista gracias al flotador que le lanzara un gobierno que a los siete meses de instalado volaría por los aires con la gracilidad inocua de una pompa de jabón”.

Siguiendo ese estilo y una determinada finalidad, en otro párrafo expresaba:

“Mientras en el puente Duarte, decenas de miles de hombres y mujeres escribían con otro alfabeto la historia que les pertenecía solo a ellos, con Bosch sin poder retornar de Puerto Rico, su "trinchera del honor", y con los principales líderes civiles cobijados bajo el ala diplomática de Colombia y México, el pueblo decidió jugarse el todo por el todo”.

Por el amor que profesamos a la verdad histórica y por respeto a la memoria del ex presidente, nos vemos en la necesidad de rebatirle a una destacada periodista (que merece todo nuestro respeto por su historial y por su seriedad y calidad profesional), ya que, en este caso, comete el error de arremeter contra un hombre de firmeza, valor e integridad probada en todo el sentido, desde el exilio, pasando por Cayo Confites y su apresamiento el 25 de septiembre, donde escribió la famosa carta denunciando el golpe con la frase: “Los hombres pueden caer, pero los principios no”; hasta su partida de este mundo dejando una estela de dignidad.

Como muy bien el lector se dará cuenta, en las palabras anteriormente citadas hay elementos que han sido calumnias constantes contra el profesor Juan Bosch.

Esos elementos han sido esgrimidos durante mucho tiempo por los contrarios a la revolución constitucionalista, acusando a Bosch de:

Primero, aplicar un borrón y cuenta nueva. Llamado por ella “el flotador que le lanzara un gobierno” (el de Bosch); y segundo, que Bosch no quiso venir mientras se combatía en el país, y prefirió quedarse en Puerto Rico en su “trinchera del honor”.

En respuesta a esas dos acusaciones, expresamos lo siguiente:

Si algún flotador extendió el presidente Bosch fue él al pueblo dominicano para garantizarle la justicia y las libertades públicas. Hizo honor al compromiso asumido cuando dijo: “Mientras nosotros gobernemos, no perecerá la libertad”, y así fue.

Se negaron los métodos trujillistas de los asesinatos, apresamientos, las deportaciones y las torturas. Bosch no le borró nada a nadie. Ahí están vivos todavía los que pudieron viajar sin impedimentos de entradas ni salidas del país. Están en los libros y los periódicos las reseñas noticiosas de las manifestaciones del 1J4 y de las demás organizaciones de izquierda.

Y en cuanto a la “trinchera del honor”, ha quedado claro que el ex presidente era en los hechos un prisionero del poder norteamericano.

Pero tenemos que detenernos también en analizar sobre “los tutumpotes sobrevivientes del naufragio trujillista” para recordar que dicho término se lo aplicó Bosch a los sectores que organizó el Pentágono en un Frente Oligárquico conformado como gobierno a través del Consejo de Estado, cuya maquinaria fue mantenida intacta, conspirando contra el gobierno constitucional. Si se creó un flotador, el constructor es el Consejo de Estado y la Embajada, no el gobierno presidido por Bosch.

Hay acontecimientos históricos que con el tiempo se aclaran, pero hay personas que quedan entrampadas en falsos argumentos arreglados para ocultar verdades (no es el caso de Margarita Cordero); pero sí el de los manipuladores que no entienden que tarde o temprano el peso de la verdad se impone.



QUE NO PASE LO MISMO


Por: Rafael Chaljub Mejía
Que no pase ahora lo que ocurrió cuando el cambio de agosto de 1978. Entonces el movimiento progresista hizo causa común con el perredeísmo para desplazar a Balaguer y conquistar la libertad política.
Los dos propósitos se lograron, pero cuando llegó la libertad política no supimos qué hacer con ella. Era el momento de aprovechar el cambio para levantar un programa de reformas por la democratización de la vida política, ir mucho más allá del cese de la represión de los doce años del balaguerismo.
Procedía plantear demandas como la de la reforma constitucional por medio a una constituyente electa por voto popular, que sobre las ruinas de la vieja constitución balaguerista le diera a la República el marco jurídico indispensable para una cabal reorganización del Estado. Era el momento de luchar por completar la transición democrática pendiente desde la caída de la tiranía.
El grueso del movimiento de izquierda entendió otra cosa. Se fue a organizar huelgas de choferes, protestas barriales, por demandas económicas, que son y serán siempre cosas muy importantes, pero no tanto como para olvidarse de la política. Esas protestas crecieron y algunos lanzaron la consigna de la “revolución inminente” y resultó que quien cosechó el desgaste del perredeísmo y se volvió “inminente” fue Balaguer, que en 1986 volvió al gobierno por diez años más.
Ahora hay otro cambio y Luis Abinader ha sido la vía. Él se ha comprometido con los Lineamientos Básicos de la Coalición Democrática. En el discurso con que saludó su triunfo, reiteró su compromiso con la democratización, el rescate de las instituciones y la lucha contra la corrupción y la impunidad, que están en la esencia de esos Lineamientos.
Saludable.
Todavía no acaban de contar los votos y ya circulaban emplazamientos y amenazas con sacar de nuevo la gente a la calle. Como quien le hace culto a la consigna anarquista de: Abajo el que está y abajo el que suba.
No hay que hipotecar los objetivos propios, ni ignorar el carácter conservador de determinados sectores nativos y extranjeros que han respaldado al nuevo presidente. Pero este ha reiterado sus compromisos con las reformas democráticas y la moral administrativa, entonces, sin precipitaciones ni prejuicios, juzguémoslo por el comportamiento que observe frente a ellos. Queríamos avanzar un paso y lo logramos. Con la seguridad del que sabe lo que busca, sigamos la marcha, y con el estímulo de este triunfo, continuemos la batalla por objetivos históricos de mucho más alcance.