lunes, 9 de enero de 2023

Fideicomiso público

Por Guillermo Moreno 

El presidente Luis Abinader es un exitoso empresario y muchos de sus más altos funcionarios también provienen del sector privado. Es sabido de la falta de confianza del sector privado frente al Estado, dando lugar a la construcción de leyendas, unas ciertas y otras falsas, sobre la imposibilidad que tiene el Estado de manejar con eficiencia los bienes e intereses públicos, atribuyéndose el sector privado una supuesta eficacia en el manejo de sus inversiones y empresas que, muchas veces, no se corresponde con la realidad.  

Ahora, cuando un empresario es electo o designado para manejar el patrimonio público, lo que se espera es que toda su pericia empresarial la aplique, no para desguazar el Estado en favor de intereses privados, sino para preservarlo y fomentarlo, igual que como hace con sus empresas, y que lo administre con eficiencia y ponga el mismo celo y busque los mayores beneficios y que rinda cuentas al propietario del bien público, que es el pueblo. 

Si bien no comulgo con la doctrina neoliberal –que propugna por el achicamiento y desmantelamiento del Estado y por la entrega al sector privado de los bienes públicos y la privatización de derechos fundamentales—  no objeto que haya alianzas público privadas ni que determinados bienes públicos se administren bajo un criterio empresarial como pasa en el país, por ejemplo con el Banco de Reservas o Refidomsa, siempre y cuando se haga de forma transparente, por vía institucionales y para beneficio de la gente. 

Todo esto viene a cuenta a propósito del proyecto de ley para la regulación de fideicomisos públicos que cursa en el Congreso de la República. 

Lo que más sorprende del proyecto de ley promovido por el sector oficial, es que no da garantía de preservación de los bienes públicos, ni asegura su manejo eficiente, ni representa beneficios para el Estado. Por el contrario, el proyecto de ley ha levantado la sospecha de que posibilita la entrega graciosa de bienes del patrimonio del Estado, saltándose la transparencia y las vías institucionales de fiscalización. 

A este respecto, me valgo libremente, para las observaciones que siguen de algunas reflexiones hechas por la Comisión de Economía de Alianza País sobre el proyecto de ley de Fideicomiso público.

1. El fideicomiso público se presenta como una vía de tercerización de bienes y servicios públicos, bajo el argumento de hacerlos eficientes cuando en realidad constituye un mecanismo de descargo de responsabilidades propias del Estado.  

2. La primera evidencia de ello es que las manifestaciones financieras que resulten de los fideicomisos no serán de registro en el Presupuesto General del Estado (PGE), lo que lesiona los principios de integridad, universalidad, programación, unidad, especificación y claridad del artículo 11 de la Ley No. 423-06 Orgánica de Presupuesto del Sector Público. 

3. Al quedar fuera del presupuesto, tanto los ingresos, gastos y financiamiento se sitúan al margen del proceso presupuestario, sobre todo en el de evaluación y fiscalización de la ejecución presupuestaria. Esto significa que, situados los ingresos y rentas del fideicomiso público, al margen del proceso presupuestario, la Cuenta Única del Tesoro (CUT), no los percibiría como es de rigor con otros servicios y bienes públicos del Estado y por tanto se pierde la tutela directa de los ingresos y las rentas que pasarán a ser manejados por la fiduciaria. 

4. El proyecto de ley dispone una composición del Comité Técnico en que deja una amplia brecha para que el Estado, a pesar de aportar todo el patrimonio, no tenga control sobre el mismo, pudiendo estos espacios administrativos ser capturados por intereses privados en cuanto no estén bajo la dirección de una mayoría de funcionarios públicos.

5. El Fideicomitente y el Comité Técnico, conforme el proyecto de ley, administrarán los bienes fideicomitidos con un nivel de autonomía inaceptable en el manejo de bienes públicos pues no se consigna que un poder del Estado o ministerio deba avalar y supervisar el proceder de éstos. 

6. El proyecto consigna que las deudas, empréstitos y demás obligaciones económicas afectarán exclusivamente al patrimonio fideicomitido, “salvo que expresa y limitativamente se hubiere pactado lo  contrario en el acto constitutivo del fideicomiso”, con lo cual se deja abierta la posibilidad de que la garantía de la deuda la asuma el Estado y bajo este subterfugio se le sustrae al Congreso Nacional esta facultad indelegable, afectando de inconstitucionalidad la ley, si fuere adoptada en estos términos. 

7. En el proyecto de ley se deja abierta la posibilidad de que la deuda del fideicomiso público, aún la asumida por el Estado, no sea declarada deuda pública, lo cual significaría que, al no registrarse, no podrá ser monitoreada por el sistema de crédito público y quedaría oculto el real monto de la deuda consolidada del sector público. 

8. En el proyecto de ley no se dispone que los ingresos generados por los fideicomisos públicos, en razón de la transparencia, deban ser registrados en la Cuenta Única del Tesoro (CUT), para garantizar las buenas prácticas de finanzas públicas y la integridad del Presupuesto General del Estado. 

9. En el proyecto de ley se consigna que las compras y contrataciones se regirán por los “principios” que rigen la Ley No. 340-06 de Compras y Contrataciones, cuando simplemente debió decir de forma expresa, que las compras y contrataciones se regirán por las disposiciones de esta ley. 

10. El proyecto de ley designa a la Superintendencia de Bancos como el órgano de regulación y supervisión del fideicomiso, cuando en realidad debiera ser el Ministerio de Hacienda o el Ministerio de Economía, y cualquiera de estas entidades rendiría un informe anual de desempeño e informaría al Poder Ejecutivo y a la nación del origen y destino de los recursos administrados por la entidad fiduciaria creada. Esto debe hacerse en forma consolidada y desagregada. En esta labor también pudieran estar los dos ministerios:  Hacienda, para garantizar el uso eficiente de los recursos y Economía, para supervisar la ejecución de los proyectos y el logro de los resultados previstos en los planes estratégicos de los fideicomisos. 

Ninguno de los proponentes del proyecto de ley ha podido demostrar que poniendo los bienes del Estado bajo el régimen de fideicomiso público se garantiza mayor transparencia, eficiencia y un incremento de los beneficios económicos para el Estado. Ahora bien, de lo que no hay dudas es que de aprobarse este proyecto de ley en su forma actual, se habrá creado la vía  “legal” para sustraer, en favor de intereses privados, una parte importante de los bienes que hoy integran el patrimonio del pueblo dominicano.

Fuente: https://www.diariolibre.com/opinion/en-directo/2023/01/08/los-fideicomisos-publicos/2191261 

Guillermo Moreno

Los ricos dominicanos, cuántos son y cómo lo lograron (Segunda parte)

Por Faustino Collado(Coordinador Movimiento Político REDES)

(Segunda parte)

LOS RIZEK Y LOS BARLETTA:

En la primera parte de esta serie, terminamos diciendo que hasta 1960: “Los ricos eran pocos, aunque los datos muestran que unos cuantos duplicaron su riqueza y los Trujillo eran cada vez más ricos”. En este y otras entregas se verá el papel de algunos inmigrantes en la formación del capital y los emporios empresariales que existen en la actualidad.

Los Rizek vinieron de Israel en 1898, creando una empresa en 1905 para comprar y vender café, cacao y arroz. Por error algunos descendientes usaron el apellido Rizik, como fue el caso de Nazario Rizik. Poco a poco fueron adquiriendo tierras baratas convirtiéndose en productores desde 1950; a partir de 1961 son exportadores de cacao y desde 1965 los principales productores. Desde 1985 algún Rizek ha sido miembro de la Junta Monetaria del Banco Central, lo que le ha dado gran influencia para entrar al negocio financiero.

En 1990 se introdujeron en la construcción, fundando Constructora Rizek; en 2018 compró al Scotiabank la AFP Crecer y Scotia Seguros; como “vieron que era bueno” negociar con el dinero, invirtieron en el mercado de valores y fondos de inversiones, fundando a Alpha Inversiones, Parval Puesto de Bolsa, United Capital Puesto de Bolsa, Gran Capital Administradora de Fondos de Inversiones, siendo uno de los principales en este negocio manejando activos por más de 27 mil millones de pesos.

Ya los Rizek tenían el buen sabor del uso del dinero ajeno, cuando Rizek Cacao, de manera ilegal, captó  unos 3,000 millones de pesos en depósitos de productores de cacao de San Francisco de Macorís, a una parte de los cuales no les pagaron intereses y les deben su dinero. Los Rizek pasaron en 2010 a ser codueños del Listín Diario, en una transacción encabezada por Pepín Corripio, que involucró 1,423 millones de pesos.

Agro, agroindustria, comercio, construcción, finanzas, comunicación y un equipo de beisbol, son las áreas a que se ha extendido este emporio en base a la explotación laboral y el patrimonio de jornaleros y pequeños productores y trabajadores, comprando cacao barato a campesinos endeudados (a 20 pesos el kilo cuando en el mercado se vendía a 50 pesos), y, como se dijo, usando el dinero ajeno con la bendición de las estructuras de poder. Eso explica que teniendo para 1954 un patrimonio de apenas 161,000 pesos o dólares, hoy su fortuna  es de cientos de millones de dólares y miles de millones de pesos.

Hoy los Rizek se han emparentado, por casamiento, con la familia Sued, cuyo origen está en el inmigrante sirio-libanés Luis José Sued, afincado en Santiago, cuya fortuna en 1954 ascendía a 291,539.00 pesos/dólares.

En 1920 el italiano Amadeo Barletta llegó a República Dominicana, siendo nombrado cónsul en Santo Domingo por Benito Mussolini. En esta ciudad se dedicó al negocio del tabaco y, además, creó la empresa Santo Domingo Motors, haciéndose representante de General Motors, y de sus marcas Chevrolet, Cadillac, Buick. Al tener conflictos con Trujillo y pasar varias semanas en la cárcel, salió del país en 1935, haciendo negocios en Cuba, Venezuela, Argentina, cuyos beneficios trajo a Dominicana a su represo al país en 1962, relanzando su grupo Ámbar.

Antes, se había casado con Nelia Ricart Castillo, perteneciente a una de las familias más ricas del país. Para 1954 los Ricart (Ricart Lluberes, Ricart Vidal, Ricart Olives) sumaban un patrimonio de 1,700,214.00 pesos/dólares, que sumando el patrimonio de Consuelo Vidal Vda. Ricart, la vigésima séptima persona más rica del país en 1954, excluyendo a Rafael Trujillo, ascendía a la cantidad de 2,493,575.00 pesos/dólares. La hija de Amadeo Barletta y Nelia Ricart, Nelia Filomena Barleta Ricart, se casó en Cuba con el Marqués  del Valle Siciliana, Miguel Morales Abreu, boda a la que asistió el dictador Fulgencio Batista ((https://m.facebook.com).

De vuelta aquí su Santo Domingo Motors fue concesionaria de los vehículos Nissan, Suziki y Yamaha, entre otros, lo mismo que en Puerto Rico, además de la marca Datsun; constituyó, también,  empresas de renta de vehículos y equipos pesados, un banco de ahorro y crédito (Motor Crédito), una empresa de seguros (Previseguros), una empresa importadora de muchas marchas con exclusividad. Más recientemente, construyeron, como accionista paritario junto al grupo CCN, a Ágora Mall, con una inversión de unos 7 mil millones de pesos, y finalizan en la ciudad de Santiago de los Caballeros el Santiago Center, con una inversión de 8,250 millones de pesos. Hoy, el único nieto de Amadeo Barletta, hijo de Nelia Filomena Barletta Ricart, Miguel Morales Ricart-Barletta, es el dueño principal del emporio Barletta o grupo Ámbar.

Se ha entrado en los detalles familiares, en este caso de los Rizek y los Barletta, pues como se irá comprobando en esta serie, uno de los mecanismos de agrandamiento de capital y creación de emporios que han usado los oligarcas dominicanos, entrecruzándose  por lazos de sangre, además de los lazos del dinero, es la unión matrimonial.

De esto deviene una de las características del capitalismo y el empresariado dominicanos, que es la empresa familiar, que le da un perfil de relaciones primarias, a veces artesanal, no de relaciones accionarias abiertas, que coticen en una Bolsa de Valores. Al no transparentar sus estados financieros, hacen muchos de sus negocios en la sombra, por lo cual necesitan hacer contratos opacos, incluyendo con los gobiernos, usando sus grupos o consorcios empresariales para ocultar ganancias, evadir impuestos, pagar menos bonificaciones a los trabajadores, y el lavado de activos.

Fuente: https://scharboy2009.wordpress.com/2022/12/28/los-ricos-dominicanos-cuantos-son-y-como-lo-lograron-2/

Faustino Collado