miércoles, 26 de enero de 2022

JUAN PABLO DUARTE COMO BANDERA DE UNIDAD DEMOCRÁTICA

Por Aristóteles Borronel Ponserrate

Juan Pablo Duarte

Hoy 26 de enero del 2022, la nación dominicana viste sus mejores galas, es el natalicio del dominicano más trascendente, cuya visión, compromiso y entrega hizo posible el nacimiento de un pueblo digno de manejar su propio destino: Juan Pablo Duarte. 

Y es Duarte, la bandera, la enseña, el ideal en el cual debe afirmarse y conformarse el proceso de unidad de las agrupaciones de izquierda, democráticas y progresistas que aspiran, como lo hizo él, a tener una República Dominicana “Libre, Soberana e Independiente de toda Potencia extranjera”; hoy, que el gobierno no responde a quienes lo eligieron, sino a los dictados de la Potencia del Norte (Estados Unidos), como si en vez de ser una Nación, fuésemos una colonia y el Presidente un gobernador. 

Los sectores de izquierda, con una lucha constante por el bienestar de los sectores más desposeídos, con un aporte en vidas, valor y sacrificio inmenso; no han podido asumir una figura que dé al traste con el infinito fraccionamiento que les ha anquilosado y alejado del favor popular; y es Duarte la figura que acerca, que ilumina, que, a pesar de andar de boca en boca, no se ha aquilatado en su justa medida como ente aglutinador, unitario, convocador, sin rechazo en ningún sector poblacional. 

Si la objeción es que Duarte es Demócrata, que la burguesía le ha alejado, endiosado y puesto en un pedestal inalcanzable; la labor que debe realizarse es acercarlo, hacerlo cotidiano, que nos acompañe al supermercado, al Colmadón, a la escuela, a la iglesia, al campo deportivo, a la celebración cultural, a la actividad política; porque Duarte es en sí mismo sinónimo de nacionalidad, de patria, de independencia, de visión estatal y su proyecto de Constitución es una muestra de ello. 

La Unidad es una consigna que se enarbola desde el siglo pasado (XX), intentos y esfuerzos han sobrado, sólo ha faltado una figura aglutinadora, no objetable y fácilmente asumible por todos los estratos sociales de nuestro pueblo, y esa figura es Juan Pablo Duarte y Diez. 

Las organizaciones de izquierda, democráticas y progresistas, deben profundizar en el conocimiento de la vida y obra de este extraordinario dominicano, que nos legó la patria que hoy disfrutamos, asumiéndolo como bandera de unidad.

Aristóteles Borronel Ponserrate

UN PAÍS ROTO

 Por Fidel Soto

(A Juan Pablo Duarte en otro aniversario de su nacimiento)

La gente se pregunta: ¿Cómo hemos llegado a esto? ¿Hacia dónde vamos como Nación? 

Hacen varias décadas el Dr. Negro Veras contó algo que le impactó. Estaba en compañía del Dr Salvador Jorge Blanco en Puerto Príncipe, Haití - Todavía Jorge Blanco no era presidente- en pleno centro de la ciudad  muy cerca de un hotel de cuatro estrella, cuando  vio a un ciudadano haitiano, detenerse en la calle a plena luz del día, sacar su miembro y orinarse sin importarle nada. El Dr. Veras dijo en ese momento: "Este país  está perdido". 

De eso ha pasado medio siglo y la razón de las palabras del distinguido compañero Veras, es un recuerdo permanente, que trascendió una visión para llenar una isla. 

LA TEORÍA DE LA VENTANA ROTA 

Es una teoría basada en un estudio de dos profesores estadounidenses:

"Este experimento es el que dio lugar a la teoría de las ventanas rotas, elaborada por James Wilson y George Kelling: si en un edificio aparece una ventana rota, y no se arregla pronto, inmediatamente el resto de ventanas acaban siendo destrozadas por los vándalos. ¿Por qué? Porque es divertido romper cristales, desde luego. Pero, sobre todo, porque la ventana rota envía un mensaje: aquí no hay nadie que cuide de esto".

 "La conclusión que se extrajo de este experimento fue que el motivo no reside en la pobreza, sino en lo que transmite el cristal roto en un coche abandonado: despreocupación, desinterés y, sobre todo, deterioro, lo que crea un sentimiento de ausencia de leyes y normas. Es decir, un sentimiento de que todo vale". 

"Para que lo entiendas con un ejemplo mucho más cercano a ti: si un nuevo compañero llega a la residencia, va bebiendo un Red Bull por el pasillo y se lo termina, lo siguiente que hará será mirar al suelo, si el suelo está limpio buscará una papelera para tirarlo, si el suelo está sucio lo tirará y así hará más seguido". 

Aquí en Santo Domingo no teníamos que hacer ese estudio o experimento, porque lo hemos vivido. Y de ser de un país con cierto orgullo de respeto y disciplina, pasamos a ser un referente más del desorden y la ausencia de moral y cívica, factores base de una conciencia ciudadana. 

La teoría nuestra es la de la Alcantarilla Robada. La diferencia es que en su momento en los Estados Unidos, aplicaron la corrección. Aquí nos escurrimos, huidizos en acto de complicidad y cobardía. Y ha sido tan grande la complicidad que hoy podemos decir: "Metaleras , Areneras y Guagueros son los dueños del país". 

Así es señores: para detener el robo de las alcantarillas del drenaje fluvial de la ciudad, en vez de actuar con firmeza contra los ladrones decidieron hacer las tapas de plástico y problema resuelto. De ahí los ladrones pasaron a los cables eléctricos: cables que se colocan al otro día desaparecen. Se estuvo al punto de una tragedia aérea. 

Las famosas Areneras, ya no hay de qué río sacar arena. Desde hace una década las Dunas de Baní son el pasto preferido de las Vacas Sagradas 

Del Arenal. 

Los Guagueros, esos sí que son poderosos. Tan temibles que ellos mismos se ponen sus cascabeles. Llegan al Congreso. Matan. Violan todas las leyes del tránsito y el pueblo los llama: "Los dueños del país".

Es un grupo grande y poderoso. Es como un Gran Partido en el poder de todos los gobiernos y su composición es de: Camioneros, Patanistas, Guagueros, y una última plaga que se mueve en total desparpajo : Los Sonatista (choferes de unos carros- estufas que no se respetan ni ellos mismos). 

Y, se detienen en cualquier vía pública delante de mujeres y niños a orinarse ante la mirada de los que aspiramos a un pueblo decente, respetado y con cierto orden. 

Entonces recordamos la visita de Negro Veras a Puerto Príncipe y nos vamos pensando: ¿Qué será de nuestro país? 

Al Frente Oligárquico sólo le interesa riqueza y más riqueza y al Pentagonismo no le importa un carajo estos pueblos de mierda. Por eso a la Barrick tampoco le importa dejarnos dos cráteres lleno de cianuros. 

El país está roto, pero muy roto

y se busca una sastrería que lo arregle.

26-01-22.