martes, 3 de enero de 2023

Gota de estrella

 Por Ángel Pichardo Almonte


Dedicado a la ingeniera Mayra Sánchez, maestra de las aguas

Se había levantado apresuradamente, resuelto a quebrar la eternidad del silencio.

Presentía que lo trascendental habría de  suceder. El torrente de aguas cristalinas en su sueño, la tribulación al despertar, y esa extraña pero, familiar sensación, la misma que siempre sentía cuando algún presagio adelantaba en su pecho.

La noche anterior fue una luminosa fiesta con abundantes guirnaldas estrelladas, colgadas en el vasto confín.

Sintió como toda la cúpula celestial, con sus galaxias y mundos, podía ocupar el pequeño estanque dispuesto en un extremo de la tierra que habitaba.

El reflejo ocurría con tal luminosidad que, entre el lago y el cielo, se configuraba un puente de luz desde donde se asistía al espectacular descender de las estrellas.

Cada vez que esto ocurría, intentaba atravesar el hechizo, y lanzando  piedritas a la superficie sobre la superficie del lago, revivir el movimiento ondular. Imaginaba cada estrella sumergida, saltar y retozar entre cada onda de amplitud, al mismo tiempo, el armonioso chasquido agregaba la estructura musical a la inusitada manifestación.

De repente, la seducción manifiesta, cubierto de infantil desnudez, se lanzaba a sus aguas, bastaba su peso para dar al “charco de los músicos” la sensación de rebosamiento y desparramarse en todas las direcciones, cada gota se filtraba por entre las ligeras hojas de hierba hasta descender y sembrar de luz las entrañas de la tierra.

Con cada movimiento pretendía abrazar la noche, al tiempo que los puntos de luces se deslizaban por su cuerpo, el agua dotaba a los astros de tal flexibilidad que podían verse ocupar y penetrar cualquier forma y espacio.

Se divertía tomando agua entre sus manos, intentar contar las que había atrapado, y luego, lanzarlas al aire, para encender la noche de mágica exaltación.

Llenar de espejos el fondo del lago simulaba el nacimiento de cada estrella fulgurante surgiendo desde la profundidad para adentrarse a la majestuosidad de la noche.

Cada estrella formaba hilos de luz entrelazadas por los peces al atravesar el fluido, luz y peces se divertían en su imaginación. Ahora cada pez nadaba entre las estrellas, y sus luminosas escamas se intercambiaban con cada Galaxia reflejada.

Todo el universo multiplicado por cada gota de agua desprendida de sus cuerpos en contorneados movimientos.

No existían ojos capaces de acaparar en un solo instante la infinitud reflejada en cada gota y escama. Y el espectacular colorido de la noche, incendiaba el lago, estremecido de tanta luz, procedía a mover y batirse, hacer acercarse a estrellas distantes, convidadas a volar en sus olas, colocarlas en filas cuando rielaban en la superficie, y lo mejor,  verlas girar en círculos imperfectos en cada torpe nadar de un pequeño pez travieso.

Una estrella fugaz atravesó toda su superficie hasta desaparecer en la otra orilla.

– si hubiese caído dentro del lago, podría haberla rescatado, cabalgando al costado de uno de los peces.

Eran noches interminables. Encuentros fundidos entre cielo y lago. Como si un romance milenario se hubiera adelantado a la separación que aún persiste.

-“somos, tanto como polvo de estrella, somos agua cósmica.” Decía la maestra, para despertarle de su éxtasis.

Se estrujo los ojos, como garantía de saberse despertando.

Levantó su mano, la bajó de inmediato comprendiendo para sí lo paradójico de su conclusión.

Concibió que el juego de las estrellas en la superficie del lago no era como lo había imaginado.

Cada chispa de agua, presurosa, se dispone todas las noches, a reencontrarse en su viaje de regreso al corazón ardiente de cada estrella, en perenne afán de encontrar la madre que le dio origen.

Y de repente, sonrió, pudo interpretar, que por cada gota de líquido que viaja majestuosa en el universo, hay una estrella desesperada por encontrar en su fuga su entrañable chispa de vida hoy atrapada.

Toda gota de agua milenaria, hoy contenida de lágrimas y sudores ancestrales, peregrina por las noches a reencontrar el polvo de estrellas que también, presuroso, intenta el abrazo meteórico para endulzar el ardiente manto que cubre la mano agitada por el soplo.

Fuente: https://scharboy2009.wordpress.com/2023/01/02/gota-de-estrella/

Ángel Pichardo Almonte


Dime con quién andas y te diré quién eres

Por Julio César Disla

Las personas y las cosas que nos rodean provocan un efecto en nuestro bienestar. Saber elegir nuestros amigos, es lo mismo que saber modificar un contexto nocivo para una buena opción de vivir mejor. Todos ejercemos una influencia en quienes nos rodean; pero es una relación bidireccional, de doble vía.

Mis padres Andrés Avelino Disla Lugo y Elvira Mercedes Reyes Peralta no incursionaron en las escuelas, pero influyeron para que sus vástagos no se quedarán sin ninguna formación, es cierto que algunos desertaron a la posibilidad de asumir niveles académicos, otros lo logramos.  Por lo general, las personas apelan a su fuerza de voluntad para rendir más; pero el ambiente es como un instrumento que podemos apoyarnos para conseguir más y mejores resultados con menos esfuerzos.

Los amigos con los que nos movemos pueden ser unos grandes aliados o enemigos. Veamos que son, cómo nos afectan y cuales son mejores para reforzarnos en lo personal y en lo profesional. Cuando me encontraba en la etapa final del bachillerato, hice un trio con Juan José Fermín (Juanillo), y José Agustín Ozoria, los tres militábamos en un organismo partidario. Esa relación me marco muy puntuar, pues fue el punto de partida para interesarme en los libros. Juanillo y Agustín eran dos fierrazos lectores de la literatura política. Aquí se evidencio lo que dice Jack Canfield: “Hay esencialmente dos cosas que te harán sabios: los libros que lees y la gente que conoces”.

Hay quienes creen que las circunstancias juegan un rol principal en favor o en contra de los seres humanos. Destacan que un entorno colabora o compite, inspira o deprime, nutre o envenena. No es posible prescindir de los ambientes, pero si elegirlos cuidadosamente teniendo en cuenta los efectos.

Por ejemplo, el lugar donde una persona vive ejerce una influencia significativa, porque tanto le da energía como se la quita. Posiblemente un pequeño apartamento ordenando, decorado de manera mínima y con luz abundante es suficiente para nutrir a quien vive en él. No es cuestión de dinero, de propiedad o de lujos, sino de que cualquier asunto que entre en casa, sea muy apreciado y este en correspondencia con el resto de los objetos y la persona que habita en la vivienda. Y como dice José Mujica, ex presidente de Uruguay,” andar con una mochila bien liviana es una prioridad”.

La influencia de las personas es invisible y silenciosa, se acumula con el tiempo, pero sus efectos acaban siendo muy visible a la larga.  Cada amigo o conocido deja un poso, una influencia mayor o menor.  De hecho, acabamos pareciéndonos muchos a las personas que mas tratamos.  Deberíamos preguntarnos: ¿Quién me está influyendo más?

A veces conservamos la amistad de algunas personas solo porque en el pasado fuimos amigos y nos sentimos empujados a seguir siéndolo.  Pero la gente cambia con el tiempo, y es lógico que las amistades también cambian, sin obligaciones morales o deudas de amistad autoimpuestas.  No se trata de no quererlos, sino de no frecuentarlos tanto y a la vez hacer espacio para compañías diferentes.

Cambiar de entorno personales siempre conlleva variaciones individuales y profesionales.  Si buscamos modificar nuestra vida, será necesario un cambio de amistades o, como mínimo, un ajuste de los círculos sociales.  Dice Robin Sharma que el “gran peligro de estar alrededor de gente no excelente es que empiezas a volverte como ellos sin siquiera darte cuenta”. No tener esto en cuenta puede traer consecuencias desagradables a largo plazo. ¿No es extraño que descuidemos con quien entramos en contacto y, sin embargo, para nuestros hijos e hijas exijamos escuelas y amistades beneficiosas y sanas?

Todos somos conscientes del gran valor que tiene el pensamiento en la vida. “Es nuestra luz de mando”, y siendo tan consciente de esa importancia parece mentira que lo tengamos tan descuidado y tan poco “afilado”.

Mucha gente vigila escrupulosamente lo que come cada día: calorías, nutrientes, calidad y cantidad. Cuidan su cuerpo, pero descuidan el alimento de su cerebro. ¿No es una incoherencia? El tiempo promedio que dedica una persona al cuidado del cerebro, de su espíritu es exactamente cero segundos al día, como lo ves, cero segundos al día. ¿Increíble no?

Deberíamos cuestionar el “material que permitimos que entre en contacto con nuestra mente, como publicidad, noticias, ideas, creencias, informaciones…Todo eso puede alimentar o envenenar la materia gris de nuestros cerebros. O la expande, o la contrae.

Hay muchas cosas que podemos hacer para nutrir el pensamiento, por ejemplo: lecturas inspiradoras, meditar unos minutos al día, relajar la mente en el silencio cada jornada, aprender cada día algo nuevo, cuestionar creencias inútiles o contraproducentes que nos limitan, ejercitar la imaginación y la creatividad o incluso elegir un vocabulario y unas expresiones que nos hagan sentir bien mientras rechazamos las que nos perjudican.

La lectura es una de las mejores formas de alimentar nuestros cerebros. Una hora al día es bastante para que esta se exponga a nuevas ideas y entre en contacto con autores de culturas y mentalidades diferentes. Leer es el gimnasio de renovar las ideas.   Resulta incomprensible que los índices de lectura del país sean tan bajos cuando es el ingrediente que más necesitan las personas para su éxito personal y profesional. Todos somos el resultado de la media de los libros que hemos leído en nuestra vida.

Por poner una metáfora, como lo hace el poeta Félix García, lo que distingue a una persona que lee de una que no lo hace es semejante a la diferencia de velocidad que hay entre un jet a reacción y un patinete.   Cuando una mente se expande y cambia de paradigmas, ya no vuelve a su tamaño anterior y sus posibilidades aumentan en consecuencia.

¿Quién le está influyendo, preguntaba a veces mi papa?

¿Con quién pasa más tiempo?  ¿Quiénes son las personas que mas admira?  Jim Rohn nos legó que nos convertimos en una combinación de las cinco personas con las que pasamos mas tiempo.  Rohn decía que podemos adivinar la calidad de nuestra salud, actitud e ingresos con tan solo mirar a las personas que nos rodean.  Con el tiempo empezamos a comer lo que comen, hablar como hablan, leer lo que leen, pensar lo que piensan, ver lo que ven, tratar a la gente del mismo modo, incluso a vestir igual que ellos. El dominicano lo sintetiza como: dime con quien andas y te dires quién eres.

La influencia es muy sutil, es como estar tumbado en una colchoneta hinchable en el mar. Crees que flotas y permaneces en la misma posición, hasta que miras y te da cuenta de que una corriente moderada te ha desplazado 800 metros de la orilla,”. (El efecto compuesto, de Darren Hardy.)

Julio César Disla

Cuestiones de política y democracia (IX)

Por Manuel Salazar 

¿Gobierno de Coalición?

Tras el triunfo electoral el 5 de julio del 2020 del hoy presidente Luis Abinader y del Partido Revolucionario Moderno, PRM, se generó en parte del país político la creencia de que habría un gobierno de coalición, y se generaron expectativas de hacer parte del mismo. De hecho, instalado el gobierno, algunos miembros de la Coalición Democrática y de los partidos aliados que ayudaron a ese triunfo, lograron ser nombrados en algunas posiciones de primera fila de la administración pública.

¿Se puede considerar que la integración a la administración pública, incluso a nivel ministerial, de representantes de partidos o sectores aliados, constituye una coalición de gobierno? Veamos.

En una democracia parlamentaria, como existe por ejemplo en España, Alemania, y otros países, en la que el congreso decide el gobierno; es posible un ejecutivo de coalición, en el que, así el programa como la composición de aquel, resultan de entendimientos entre distintas fuerzas; si es que una de estas no dispone de los votos necesarios para decidirlo por sí solo.

En las democracias parlamentarias burguesas se precisa de una mayoría calificada para que un partido pueda constituir el gobierno, escoger el presidente, o el primer ministro en algunos casos, y el cuerpo de ministros o secretarios, que en suma constituirían el poder ejecutivo, el área administrativa del Estado.   Si no dispone de esta mayoría, entonces debe procurar alianzas para sumar los votos que le permitan hacerlo.

Por lo general, un partido precisa contar con un mínimo de la mitad más uno de los congresistas, diputados por lo general, para ganar el derecho a formar el gobierno. Si no la consigue como resultado de las elecciones, entonces debe procurar una alianza con otros partidos que dispongan de la cantidad de congresistas que le permitan obtener esa mayoría calificada.

Este modelo de democracia burguesa, hace posible un gobierno de coalición, que incluye, primero que nada, el programa de políticas públicas, y la composición de gobierno. Los diversos partidos que entran en la alianza buscan puntos de coincidencias programáticas y una vez logradas, determinan los ministerios que corresponderán a cada uno, en función de la fuerza que aportan en el congreso.

En tal democracia, un solo voto de un diputado, puede a veces ser determinante, y de tal manera, su valor se multiplica por mucho.  En España, el Partido Socialista Obrero Español, PSOE, es la fuerza que más diputados tiene en el congreso. Pero no lo suficientes para poder hacer solo el gobierno. Ha tenido que hacer concesiones programáticas, y de representación en el gobierno, a otros partidos con los que, puede que incluso, no se sienta ideológicamente a gusto; pero no tiene de otras, si quiere asumir la jefatura del gobierno.

La representación de la minoría gana en estas circunstancias mucha importancia.

Pero en un régimen presidencialista, como es el dominicano, en que el partido y candidato que ganan las elecciones lo determinan todo, el gobierno de coalición es cosa harto difícil, casi imposible. A lo mejor una amplia bancada de diputados y senadores opositores, con un proyecto de sociedad y de gestión pública, diferente a la del incumbente del poder ejecutivo, podría presionar para la definición de políticas públicas, cuando se discuta la ley de ingresos y gastos públicos; o el palacio nacional requiera de leyes trascendentales para la obra de gobierno que se propone.

Podría ser que igual, una bancada considerable de congresistas, en vínculos de lucha con las masas populares, puedan determinar en ocasiones un rumbo del gobierno.  Esta podría ser un objetivo circunstancia para la izquierda y el progresismo en un momento de su desarrollo como fuerza de poder.  Ganar un bloque parlamentario como parte de la lucha popular general.

En la democracia representativa, a la usanza dominicana, un gobierno de coalición dependería de cualidades circunstanciales del presidente de la república, y acaso de circunstancias políticas especiales en que este asuma el poder que lo obliguen a hacer entendimientos con otros sectores en materia de programa y composición de los ejecutivos del gobierno.

La democracia representativa, con un poder ejecutivo que lo determina casi todo, presidencialista, no comporta virtudes que favorezcan de manera natural los gobiernos de coalición.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/cuestiones-de-politica-y-democracia-ix-9146576.html

Manuel Salazar