sábado, 6 de mayo de 2023

Esta vez no debe ser

Por Manuel Salazar

La experiencia electoral dominicana desde 1978 pone en relieve que cuando un partido llega al gobierno y no llena las expectativas de sus votantes, estos vuelven sus intenciones de votar al que este sucedió, al inmediatamente anterior; sobre todo cuando no aparece una opción nueva que exprese posibilidades significativas de ser poder. Si es así, la desafección al actual partido- gobierno iría a cualquiera de las cabezas del peledeismo, y no debe ser.

No debe ser.

De manera, que hay que construir la opción política electoral que dispute el poder al partido- gobierno actual y evite el retroceso. Y en ese sentido, hay que entender que la desafección, es un espacio en disputa entre la opción nueva que se quiere construir y el peledeismo en cualquiera de sus dos versiones, leonelista o danilista, que constituyeron ambas, podría decirse, el modelo 20 años de gobierno peledeista, por lo que tienen de común una y otra valga decir, la corrupción amparada en la justicia puesta a su servicio.

En esencia, el leonelismo y el danilismo han constituido un modelo de gestión de gobierno, con conductas esencialmente iguales, y que fue construido procesualmente en los gobiernos presididos por cada uno. La desafección al gobierno actual la conquista la opción nueva, o lo hace ese modelo peledeista de gobierno.

Es por eso, que en la disputa por la desafección al PRM- gobierno, el modelo peledeista del gobierno de los 20 años(Lenelismo- Danilismo) es un blanco principal. La cuestión es entender que debe construirse una opción nueva de poder y evitar que el modelo 20 años peledeista de gobierno gane el desencanto al gobierno actual, se recicle y vuelva a administrar la cosa pública.

El PLD de Bosch ganó espacio en la vida pública combatiendo con consecuencia la corrupción en los gobiernos de entonces; hasta que llegó a este en 1996 con el Dr. Leonel Fernández a la cabeza. A partir de ahí inició una práctica creciente de aprovechamiento ilícito de los recursos públicos, para lo cual también trabajó la política de cobertura a la misma mediante la anulación de hecho de los atributos esenciales de la República.

Poco a poco fue volviendo nada la separación de los poderes del Estado, y más de ahi, también fue cooptando mediante la sonsaca, el pago con dinero público a líderes y organizaciones sociales, convirtiéndolas en brazos del gobierno. Tenía el propósito de gobernar de manera continua como menos hasta el 2044 cuando se conmemorara el bicentenario de la República; propósito planteado de manera pública por el Dr. Leonel Fernández.

Ese fue un proceso planificado y creciente bajo una caprichosa interpretación de la tesis boschista de “la dictadura con respaldo popular”, que en los años finales del período de Danilo Medina( 2012- 2020), ya había devenido en un Régimen, que es como se le puede llamar a un gobierno en el que, sin derogar oficial o formalmente la constitución de la República, el presidente, al frente del Poder Ejecutivo, pondría bajo su total control a la justicia y a la mayoria del poder legislativo.

La conformación de la justicia y su control absoluto, serían el seguro de garantía que el modelo 20 años de gobierno peledeista, pondría para llevar a cabo la más atrevida, inescrupulosa y escandalosa práctica de acumulación de riquezas por parte de sus funcionarios de turno, sobre la base del erario público.

“Se pasaron, se les fue la mano... se volvieron locos”, dice la voz popular al referirse a los funcionarios señalados por la operación “Medusa”, emprendida por la Procuraduria General de la República, según la cual se apropiaron de 19 mil millones de pesos de los fondos del Estado en un año.

Escandaloso desde cualquier punto de vista.

Pero las anteriores en el periodo de Leonel Fernández no lo fueron menos. Lo único que en aquellos casos el presupuesto de la nación era de casi de 35 mil millones de pesos en 1997 en el primer año de gobierno de Leonel Fernández, llegando a 430 mil millones en los años 2004- 2012 en que también fue jefe del gobierno. Lo que se desviara a propósitos

particulares corresponderia a esos tamaños del presupuesto nacional. Proporcionalmente a estos montos lo que entonces se llevó la práctica corrupta de funcionarios de entonces tambien fue “escandaloso”.

Es más, incluyendo solo algunos hechos denunciados, en los gobiernos de Leonel Fernández se consideraron malversados 36 mil millones de pesos. Esto es cerca del 10 % de lo que fue el presupuesto nacional en 1997. Y es el 8.38% de lo que fue el presupuesto del 2012. Sin incluir el “hoyo fiscal” del 2012, ni los 137 mil dólares del “aduanazo II”, ni los sobornos en dólares por los tucanos, etc.

En la gestión de Danilo Medina, el presupuesto se multiplicó por mucho, 108. 1 %; 711 mil millones llegó a alcanzar. A mayor cantidad de dinero gestionado, mayor cantidad desviada a bolsillos particulares.

La esencia a considerar es la práctica común así en el leonelismo como en el danilismo, y el uso de la justicia para protegerla. Por eso se puede hablar de un modelo peledeista de gestión de gobierno.

Desde que llegó al gobierno en 1996, fue evidente el enriqueciendo de una amplia facción del peledeismo. De más en más se dijo que parte de la cúpula peledeista habia constituido su propio grupo económico, compitiendo en posesion de cantidad de dinero con los grupos de las familias tradicionales, algunas de las cuales comenzaron a almacenar riquezas a finales del siglo 19. Que ya no necesitaba de esos grupos de la oligarquía vieja para financiar sus campañas electorales.

Los casos Sun Land, aviones tucanos; “ el aduanazo de Santiago en el año 2010”; las dudosas ejecutorias de Diandino Peña, en OPRET, encargada de la construcción del Metro en Santo Domingo; el “hoyo fiscal” realizado por el gobierno de Leonel Fernández para financiar la campaña electoral del 2012 a favor del candidato Danilo Medina, y que salió a relieve en el 2013 ya esté siendo presidente de la República, y emplazado por la ciudadanía a iniciar diligencias para castigar el hecho, liberó a sus compañeros del gobierno anterior diciendo “No voy a tirar piedras para atrás”; los escándalos de corrupción y abusos en OISOE, relievados por el suicidio en protesta del arquitecto David Rodríguez García en el año 2015. Entre muchos otros casos.

Sobre los 12 años del gobierno de Leonel Fernández hubo decenas de denuncias de actos de corrupción. Denuncias que continuaron sin parar en los gobiernos de Danilo Medina. Casi todos los casos de corrupción denunciados, e investigados por fiscalías en los 20 años del modelo peledeista de gobierno terminaron en “archivo definitivo”; “no ha lugar por insuficiencia de pruebas” ; o por “no tipificar como delito en el Código Penal”.

No hubo castigo, porque el funcionariato del peledeismo definió políticas públicas y una práctica para obtener beneficios económicos a costa del erario público, y consustancialmente arregló la justicia para protegerse. Ante esta realidad tremenda, en el año 2014, tras haber realizado una exhaustiva investigación sobre manejos dudosos de recursos en el Ministerio de Obras Públicas en el gobierno de Leonel Fernández y el Juez de la Cuarta Cámara Penal del Distrito Nacional haber ordenado “el archivo definitivo del caso”; Yeni Berenice Reynoso, Fiscal del Distrito Nacional de entonces, escribió en las redes una sentencia a lo que era ese sistema de justicia; dijo con mucha propiedad y responsabilidad encomiable: “18 meses de investigación, cientos de evidencias, pero está prohibido judicialmente perseguir la corrupción”.

Hoy, el pueblo dominicano, con su lucha expresada en Marcha Verde ha logrado una Procuraduria General de la República independiente y con autoridad moral ganada en una larga carrera académica, judicial y ciudadana, de la que se puede esperar una actitud firme en la pesquisa y sometimiento a la corrupción, la de ayer y la de hoy, de la que ya hay manifestaciones en una que otra área del actual gobierno, y deben ser investigadas y condenadas. Así las cosas, se puede esperar que continuará la desafección electoral al partidismo tradicional y sus gobiernos; y una nueva opción política está en el deber de ganarla en favor de un nuevo gobierno y época política en el país.

El modelo 20 años de peledeismo, no puede ser.

Fuente: periódico Lucha del PCT. Mayo 2023. Rep Dom. No. 409.

Manuel Salazar

Hacer lo mismo y esperar resultados diferentes

Luis Ulloa Morel

Al parecer, es falso aquello de que Einstein haya alguna vez definido la locura como la insistencia en hacer siempre lo mismo y esperar resultados diferentes. Es decir, no sería verdad tal presunción de siquiatra por parte del afamado físico.

Por cierto, esa idea en sí misma ¿qué tanta verdad encierra? Nótese que no se trata de negar que pudiera haber resultados diferentes de acciones semejantes: puedo apostar una y otra vez por un número en un juego de azar y acertar unas veces y otras veces no, o intentar ver a alguien en determinado lugar sin éxito unas veces y con éxito otras. Y al menos lógicamente (siquiátricamente carezco de toda autoridad) tampoco creo del todo desquiciado hacer lo mismo y esperar resultados diferentes, siempre que al menos sea razonablemente sospechable que algún otro factor, no controlado por el sujeto que hace lo mismo, pueda también intervenir. Si he sembrado igual que siempre pero esta vez no hubo la lluvia de siempre, es obvio que las cosas no saldrán igual…

La “locura” consistirá, más bien, de acuerdo a la frase de marras, en hacer lo mismo, fracasar siempre y seguir actuando tal cual se ha hecho.

Yo prefiero llamar a esto estupidez.

En política, por ejemplo, es estúpido fracasar una y otra vez haciendo exactamente lo mismo. O, más exactamente, haciendo siempre solo o principalmente lo mismo. Porque admitamos que en esta esfera de la vida humana es prácticamente imposible no tener que trillar viejos caminos ya recorridos por uno mismo. Y, de nuevo, puede que los resultados no sean siempre iguales. ¿Dónde estaría la estupidez? En fracasar, volver a fracasar, fracasar siempre y negarse a explorar nuevos horizontes de acción.

Que por qué sucede es asunto que remite quizás a la falta de horizonte, a la naturaleza del proyecto político y, en situaciones especiales, a fuertes condicionantes materiales, legales, etc.

Pero inventar o errar sigue siendo el dilema de toda pretensión política. No se vulgarice el asunto, por ejemplo, pretendiendo “inventarse” cada 4 años una candidatura nueva, sin preguntarse por los mil factores que tal vez limitaron el posible éxito de la anterior… La sencilla idea es que las mejores opciones del hacer político siempre son posibles; el reto es dar con ellas. Para ello se requiere de una suerte de insatisfacción creativa. 

“Frunce el entrecejo y se te ocurrirá una estratagema”. Lo escribió Mao, ese mismo, el de los grandes éxitos políticos y al que también, como se sabe, más de una vez se le fue la mano. Traducido al buen cristiano, esto de fruncir el entrecejo quiere decir poner el cerebro en funcionamiento en busca de las vías para hacer mejor las cosas. ¡Investigar y pensar! Todos y todas, pero mejor si también dedicamos gente específica a producir ideas. ¿No está llena la derecha mundial de Think Tanks expresamente dedicados a pensar cómo seguir fastidiando al mundo?

Tal vez no sea precisamente locura hacer lo mismo de siempre con los mismos resultados, pero en lo personal a mí hace tiempo que no me hace gracia. ¡Todo por culpa de unos talentos que bien sé que están ahí pero que requieren que le demos libertad para actuar!

ÑFuente: https://rupturaycambio.com/hacer-lo-mismo-y-esperar-resultados-diferentes/

Luis Ulloa Morel