Por Francis Santana
En los umbrales de las elecciones nacionales que serán celebradas a principio y mediados del próximo año 2024, las organizaciones democráticas y revolucionarias que están prestas a participar en este certamen se encuentran en medio de una grave situación de división que les puede crear serias dificultades para lograr un desempeño mininamente exitoso en la presente coyuntura.
Aunque entre ellas hay significativas coincidencias, dos bloques electorales de esas fuerzas se presentan con algunas diferencias tácticas que les han impedido llegar a un determinado acuerdo político para presentar una propuesta común a la nación.
Hay un bloque integrado por Alianza País, Frente Amplio, Fuerza de la Revolución, Partido Comunista del Trabajo y el Movimiento Político Gentío, que constituye un esfuerzo de unidad con una visión programática, objetivos comunes y que favorecen la necesidad de combinar la participación electoral con el impulso y acompañamiento al pueblo en sus luchas. También ha definido que la encuesta será el método para la selección de su candidato o candidata presidencial.
Existe otro bloque, integrado por El Movimiento Patria para Todos y Todas, Partido de la Unificación Comunista, Partido Comunista Marxista-Leninista, Coalición de Partidos y Movimientos de Santo Domingo Oeste y el Movimiento Político Redes. Este esfuerzo unitario también se dispone a incursionar en las elecciones del año entrante y ha presentado una propuesta programática que incluye importantes reformas y transformaciones. Plantea, además, que las luchas sociales y la participación electoral deben ser asumidas simultáneamente en la presente coyuntura.
Al parecer estos dos bloques reúnen las coincidencias suficientes para llegar a un acuerdo de participación electoral conjunta, porque incluso tienen una visión común respecto al perfil o las condiciones que deben reunir las personas para ser candidatos/as por las fuerzas revolucionarias y democráticas, y al parecer también, han planteado la necesidad de enfrentar el presente gobierno oligárquico.
No obstante existir esos y otros elementos comunes en la lectura que ambos bloques hacen del presente momento político, estos no han podido arribar a un acuerdo para participar unitariamente en las venideras elecciones, luego de haber realizado una serie de intercambios bilaterales. Incluso, se ha llegado a elaborar proyectos de Acuerdo Político.
¿Cuál y es el obstáculo principal que ha impedido que estas organizaciones hayan llegado a un entendimiento para incursionar mediante un solo bloque político en las elecciones del 2024?
Algunos de manera ligera, simple o elemental responderían:
- El sectarismo histórico de las izquierdas.
- El vanguardismo.
- EL caciquismo de algunos dirigentes.
- El individualismo y las aspiraciones pequeño-burguesas de otros.
- La ausencia de vocación de poder.
Sí, hay de todo eso como lastres históricos y que aún tienen cierto peso en las izquierdas; pero el problema fundamental por el que esos dos bloques antes señalados no han llegado a determinado acuerdo electoral, es principalmente porque organizaciones del bloque en el que participan Alianza País, el Frente Amplio y otros, han expresado en distintos espacios, estar en disposición de llegar a ciertos acuerdos parciales, municipales y congresuales con el actual partido de gobierno; mientras que el bloque en el que participan el Movimiento Patria para Todos y Todas y otras organizaciones, entiende que la participación electoral de la izquierda y demás sectores y personas democráticas, debe hacerse de manera independiente a todo el partidarismo neoliberal, esté en el gobierno o en la oposición, y que el blanco principal a combatir es el actual gobierno oligárquico y servil al imperialismo.
Ante ese complejo panorama y frente a un tiempo electoral que se agota; debemos atrevernos a buscar y a encontrar una fórmula unitaria que contribuya a materializar los niveles de unidad posibles entre estos dos bloques electorales, que nos pueda garantizar apreciables avances en un proceso ininterrumpido hacia la conquista del poder político de la nación, en el marco de la excelente coyuntura nacional y latinoamericana que ahora se nos presenta.
En estos momentos en los que las posiciones sectarias asoman la cabeza pretendiendo hacerse hegemónicas, debemos entender que la unidad del campo democrático y revolucionario representa una cuestión imprescindible para avanzar, porque solo actuando unitariamente nos puede ir bien. De lo contrario estaríamos descalificándonos.
No sigamos dando vueltas, tenemos que unirnos ahora, en lo que es posible, pero unirnos.