Por: Manuel Salazar
"El coronel Aureliano Buendia promovió 32 alzamientos armados y los perdió todos". Gabriel Garcia Márquez en Cien años de soledad.
La conquista del cielo es desafío, propósito, es proponernos lo máximo y convocar a la militancia a dar lo más y mejor de si, para conquistar un objetivo grande.
Los pies sobre la tierra, es conciencia de lo qué y cuánto somos; valoración objetiva de posibilidades, de las circunstancias en las que nos proponemos conquistar el cielo. En una palabra, es objetividad.
El marxismo nos ha enseñado que los seres humanos solo nos proponemos, en unas condiciones determinadas, las tareas y propósitos que son posibles, y que esas condiciones en que actuamos son externas a nuestra conciencia, aunque esta nos faculta para actuar sobre las circunstancias y transformarlas de acuerdo a nuestros propósitos.
El punto de partida es la realidad objetiva, que siempre debe ser analizada con honestidad revolucionaria.
Siempre hay que ir por lo más. En política, por el poder. Siempre con la conciencia de que posibilidad, no es realidad. El análisis de coyuntura mediante las categorías marxistas establece con objetividad las posibilidades, y el factor consciente establece lo que hay que hacer para que esas posibilidades se conviertan en realidad.
En política siempre es vital, de vida a veces, saber hacer el balance entre posibilidad y realidad. No hacerlo así conduce con frecuencia a derrotas severas, terminales en ocasiones.
Los izquierdistas dominicanos casi siempre fuimos a la acción política sin claridad en ese balance. Declaramos la revolución "a la vuelta de la esquina", porque había crisis económica y el pueblo protestaba; o de antemano dijimos que ganábamos posiciones electivas en las elecciones, porque presentamos candidaturas de gente conocida en los medios de comunicación y que encabezó luchas nacionales.
Las consecuencias en ocasiones fueron las deserciones de muchas militancias; divisiones de gran parte de las organizaciones, y huidas a actividades personales y privadas.
Hay toda una experiencia que debiera servirnos, para aprovechar las circunstancias actuales del país politico; que nos dan amplias posibilidades para avanzar hacia el cielo.
Si de verdad se es marxista, se puede colegir un buen balance entre posibilidad y realidad, y definir las tareas objetivas que corresponden, y el cielo se nos acerca.
Pero si solo se pone la cabeza en el cielo desde el existencialismo, que no es marxista; y no se ve la realidad completa, integral, es decir, material, política y de los valores dominantes; porque se la observa desde una visión muy personal, de hacer el mundo solo con lo que hay en la cabeza propia, entonces nunca haremos lo que hay que hacer para que la posibilidad se convierta en realidad.
Soy optimista en observar que hay significativas posibilidades de alcanzar el cielo desde la perspectiva del progresismo y la izquierda. Hacerlas realidad, requiere de mucha cabeza, comprender la realidad electoral del país; aprender de las experiencias pasadas, y definir rumbo y tareas objetivas.
Trabajo 20 horas al día, para que así sea. Creo que habrá una gran unidad progresista y de izquierda, que incluya grupos y ciudadanos, que con los pies en la tierra procurará ganar el cielo.
Hay que ser honestamente revolucionarios al evaluar posibilidades, principalmente con nosotros mismos.
Aspirar a lo sublime, pero no pasarnos de sublimes. Poner la cabeza en el cielo con los pies en la tierra.