sábado, 12 de marzo de 2022

LA CONFORMACIÓN DE LA UNIDAD REVOLUCIONARIA Y PROGRESISTA EN RD


El 7mo. Congreso de FR decidió como de  alta prioridad trabajar para  lograr  la unidad revolucionaria, para construir  un referente electoral y de lucha social.

Que sus organismos valoraren   la manera de avanzar en su construcción,  que se estimule,  hasta tanto se tenga mayor claridad, las coordinaciones locales y sectoriales con la izquierda y los grupos y personas que expresen seria intención de compartir esta meta estratégica, conjuntamente.

Será unidad en la diversidad, y en ese escenario unitario  estaremos compelidos-as a construir confianza entre las partes, a subordinar lo particular a lo general y a  prácticas democráticas en la toma de decisiones, respeto mutuo y tolerancia. Sumar, siempre sumar en base a compromisos libremente aceptados. 

Durante el proceso de unidad y en lo particular, el partido no debe “perder de vista su norte estratégico: La construcción del Socialismo y   para ello hay que  fortalecerlo y lograr la  Unidad de los-as  Revolucionario-as, de la clase trabajadora, los sectores populares, CAMPESINOS, y  demás capas sociales que urgen por un verdadero cambio para ver satisfechas sus aspiraciones.

Que al luchar por algunas  reformas el partido debe cuidar de no caer en el reformismo, sino que éstas vayan dirigidas a ensanchar los derechos de la ciudadanía y  profundizar la lucha de clases,  prefigurando nuestra visión de una  sociedad justa, con perspectivas hacia el socialismo.





EL PROGRESISMO CRIOLLO SE PREPARA PARA DEBUTAR

 Por: Fortune Modeste Valerio 

Se ha dicho en innumerables ocasiones que el progresismo camina triunfante en América Latina y el Caribe. Recorridos que llegan con profundo sentimiento de alegría y satisfacción al movimiento revolucionario dominicano, sin excepción. Provocando, en un segmento importante de ese litoral, preguntarse: ¿Y nosotros pa’ cuándo? 

Es verdad ha caminado y camina triunfante, en varias elecciones celebradas en la región, en la misma cara de una de las potencias que domina y somete al mundo: Estados Unidos de América. Y no le ha toca de otra que aceptar sus resultados. Actuando contrario, en otras ocasiones, felicitan a los ganadores y envían delegaciones oficiales de altos rangos en la toma de posesión. 

Cuando el tránsito democrático es interrumpido por imposiciones dictatoriales, golpes de Estado, y gobiernos que someten a la población en horrendas olas de terror, persecuciones, exilios, crímenes, etc., se levanta una oposición política violenta para enfrentar la represión oficial, y sobrevivir en lucha permanente por establecer un orden de derecho y en democracia. 

La maltrecha democracia que disfrutamos se conquistó con la lucha, en diversos escenarios, de nuestro pueblo; de revolucionarios y comunistas que abonaron con su sangre el camino recorrido hasta llegar al estadio actual. Sin embargo, conservadores, oligarcas y políticos corruptos, se alternan el poder. 

Ha llegado el momento de terminar la mala racha, de no pegar una, y ponerse el uniforme de la unidad, con sus mejores jugadores, hombres y mujeres, para formar, articular una alternativa política electoral competitiva, capaz, inteligente y audaz. Que sepa compactar sus fortalezas, administrar sus recursos; y saber tocar, batear largo, y correr, como un lince, las bases. 

El progresismo es una corriente política que no es homogénea en la región, se alimenta de las características económicas, políticas, sociales, y hasta geopolítica, de cada país por dónde camina. Y nosotros no somos la excepción.  Es recomendable, por consiguiente, tener estrategia táctica electoral que se corresponda a nuestra realidad objetiva, sin inventos, Penetrar, con un programa democrático de gobierno, actividades y consignas, en la sociedad y diferenciarse de los que han aprovechado su paso por el poder para beneficiarse.

El progresismo criollo se encuentra disperso, agrupados en varias organizaciones que sustentan personalidad jurídica para participar en las elecciones nacionales, congresuales y municipales. Su desempeño en pasados comicios, ha sido un fracaso; por la sencilla razón que no han superado la dispersión, ignorando el sector popular y social, y, de manera puntual, desconocer el poderoso ejército de personas independientes, provenientes de diversos sectores de la sociedad. 

Ante el deterioro ético y moral, falta de credibilidad, de los partidos políticos dominicanos, se ha creado un espacio coyuntural que debe ser ocupado por fuerzas progresistas, democráticas y de izquierda; donde el sector popular y social juegue un papel estelar. En el ayer se presentaron varias oportunidades parecidas, y se han desperdiciado, por la visión limitada de observar los fenómenos, coyunturas, en movimientos. En esta ocasión, no se puede fallar, la población no lo perdonaría. 

En este momento la responsabilidad recae sobre los hombros de Alianza País, Frente Amplio y el Movimiento Patria Para Todos, organizaciones progresistas, democráticas y revolucionarias, para ponerse las pilas y concretizar acuerdos y compromisos en la formación de una maquinaria unitaria y electoral que participe en las próximas elecciones nacionales en el 2024. 

"No me lleve muy deprisa, ni muy despacio".

No hay tiempo que perder, con cuidado, vamos al mambo.

Fortune Modeste V.

 

MANTENGAMOS ESA DEMANDA

Por: Rafael Chaljub Mejía

Pero quién dijo que la Constitución de la República es intocable, si lo que ella tiene que ser es inviolable. Los que se oponen a la propuesta de reformar la Constitución actual tendrán sus motivos, y quizás hasta sus miedos, pero no tienen razón.

¿Cuál concepción tan rígida y atrasada es esa? Ningún texto legal puede entenderse como algo definitivo y eterno, como si fuera correcto aceptar una sociedad que se mueve y evoluciona, aunque sea a trabajos, mientras su Constitución se mantiene estancada, muerta, petrificada.

Lo correcto es que la Carta Magna de un país refleje en la mayor medida posible la realidad y se ponga a tono con los cambios y modificaciones que ese país registra.

Esto viene al caso por la actitud de los tres partidos de la oposición que desertaron de una de las mesas del diálogo sobre la reforma propuesta por el presidente Luis Abinader, bajo alegatos tan burdos como ese de que la Constitución es intocable, tan rudimentarios como aquello de que antes de hablar de reformas hay que bajar la comida y tan flojos como ese de que el presidente lo que busca es abrirle paso a su reelección.

El presidente ha reiterado que las reformas se circunscriben a asuntos muy concretos relacionados con la independencia del Ministerio Público.

Eso se puede discutir pero bajo otros argumentos, empezando porque se queda corto y deja en el aire un asunto de importancia esencial para la democratización de la vida nacional.

Las reformas proceden y hay que luchar por que vayan más allá de lo que el presidente ha propuesto y mantener en alto la consigna de más profundidad política en estos momentos, la de la Asamblea Constituyente electa por votación popular. Esa es la meta y el anhelo más alto.

Y en razón de que las fuerzas progresistas no están ahora mismo en condiciones de influir para lograrla, lucen lo más racional que se manejen con audacia y sentido común a la vez.

Sin limitarse a lo que el Gobierno propone, ni salirle huyendo al debate, cuando sí pueden intervenir y demandar lo alcanzable, lo que el realismo recomienda, que junto a la propuesta de consagrar la independencia del Ministerio Público, se modifique el artículo que versa sobre la forma de reformar la Constitución, y quede desde entonces constitucionalmente consignado que en lo adelante, todas las modificaciones se hagan a través de la Constituyente instalada por esa vía, la más democrática, más participativa y más avanzada de todas.

Rafael Chaljub Mejía