sábado, 16 de julio de 2022

Ni continuismo ni retroceso

Por Manuel Salazar

Romper el falso dilema reelección o retroceso que quieren plantar los sectores dominantes

Desde el gobierno /PRM hay un esfuerzo en plantar el continuismo como la alternativa necesaria a la posibilidad del retroceso con  cualquiera de las dos versiones del peledeísmo, leonelismo o daniliismo, y en ese interés ya hay manifestaciones del propósito de obstruir que surja una tercera opción.

Se busca imponer en la conciencia colectiva  el  dilema:   reelección del presidente Luis Abinader, o volver hacia atrás, a los gobiernos del PLD, como la cuestión en torno a la cual haya que  definirse hacia el 2024.

Hay juicios que pretenden echar culpas anticipadas sobre los que no entremos en ese dilema y nos propongamos,  como al efecto está en curso, presentar una opción  de poder diferente y diferenciada de los actuales y  los anteriores incumbentes del gobierno, si por  esa supuesta "omisión",  ocurriese un eventual regreso al poder de Leonel Fernández, o de una representación de Danilo Medina, o de una alianza nada descartable  entre estos.

Ese ardid resultó en 1982 cuando del gobierno del PRD de entonces todavía había quienes  esperaban que moviera el país hacia delante en materia de una reforma  sustancial al régimen jurídico-político.

Pero en estas circunstancias, no hay lugar para el despropósito de querer entrampar el país y pueblo en ese dilema.

Gran parte de los del país político nos propusimos contribuir a la salida del PLD del gobierno,  mediante las elecciones del 5 de  julio del 2020;  porque la permanencia de este en  el poder podría haber sumido más a la nación en una sensación de derrota histórica, irreversible durante muchos años, y era preciso crear una ambientación política optimista, de perspectivas de propósitos de avances en los planos políticos, económicos, culturales y sociales; dado que con las fuerzas propias disponibles  no nos era objetivamente posible proponernos otras salidas más ambiciosas.

Cumplimos. Contribuimos a la derrota del PLD

Ahora,  tocaría principalmente  al gobierno/PRM,  inhabilitar al  modelo de gestión pública usado por  ese partido,  comenzando por desmontar el régimen político y de cosas que lo  hizo posible;  y esto sería,  hacer más  que políticas de caridad pública y de barniz  en los  estilos de gobernar.

La concentración de la propiedad económica y del poder en las mismas pocas manos de siempre; el crecimiento económico como fin en sí mismo, aunque crezca o perviva la pobreza de las mayorías;  las privatizaciones, ahora enmascaradas en alianzas público-privadas;  el negociado en ministerios; la obsolescencia y nada democráticas de  las instituciones; la inequidad en la distribución de la riqueza; el predominio de grupos empresariales y la definición de políticas públicas para favorecerlos más y más; los cruces de intereses políticos  y económicos  intergrupales e interpartidarios,  como necesidad de la estabilidad y  continuidad de la hegemonía oligárquica,  es la esencia del régimen que debe ser superado,  y que el PLD  lo gestionó con su particular manera ventajista.

El actual gobierno lo hace de  otra manera, otro estilo, con un presidente que pone como garante su todavía límpida imagen ética, la que cuida de no dañar con prácticas onerosas ni ventajistas en el erario público.

Pero  es  la  administración del mismo régimen; reciclado de tiempo en tiempo, que constituye la problemática nacional  esencial; contra la cual nos hemos posicionado varias generaciones de revolucionarios, demócratas reales y patriotas, desde que cayó Trujillo.

Hay que repetirlo tanto como se deba o pueda, ese régimen hizo posible lo malo que hizo el PLD  en sus gobiernos; que cayera Trujillo, pero no  el trujillismo; que desapareciera Balaguer,  pero no el balaguerismo;  que la vida del país haya girado de manera rutinaria en torno a personajes que influyen mientras respiren, e incluso dejen su influencia a sus descendientes,  y a los mismos grupos económicos.

Manteniendo la esencia de ese régimen, es el gobierno/ PRM  el que hace posible el regreso de cualquiera de las versiones del PLD.  Porque si no hay cambios positivos sustanciales en la vida general del pueblo y país, la primera reacción de este, cuando evalúe su situación actual, es compararla con la más cercana hacia atrás que haya tenido.

El más de lo mismo en las cuestiones gruesas de la política y la economía, aunque se presenten barnizadas, es dar posibilidades al regreso del pele- deísmo. Se habría derrotado al PLD, pero no al peledeísmo como modelo de gobierno. Malo, por cierto.

La tarea táctica de la izquierda, superando primero la visión errática casi proverbial presente en sus componentes, de no captar el aspecto principal en cada coyuntura concreta; junto al progresismo organizado y no orgánico expresado en miles de ciudadanos y ciudadanas, que debe ser solo entendido como alternativa negadora al modelo actual; es romper el falso dilema reelección o retroceso que quieren plantar los sectores dominantes.

Es unirse en torno a un programa y una matriz ética, que expresen la superación del régimen político y al modelo económico que le da sustento material, para presentar al pueblo una opción diferente y diferenciada del actual y los anteriores gobiernos.

Fuente: Ni continuismo ni retroceso | Acento

Manuel Salazar