martes, 22 de febrero de 2022

SE DERRUMBA EL LIDERAZGO POLÍTICO DE DERECHA EN EL PAÍS

Por: Francis Santana

Estamos en un momento estelar para producir un salto de dimensiones extraordinarias de las luchas por auténticos objetivos democráticos en la República Dominicana.

El  liderazgo de los  conservadores se encuentra en una  calamitosa situación. 

Se haya cuestionado por amplios sectores de la sociedad, por su contubernio con el narcotráfico, su sumisión vergonzante al  poder extranjero, su corrupción desde el ejercicio del poder y por su indolencia frente a los grandes padecimientos que sufren  las mayorías trabajadoras de campos y ciudades, incluyendo a la clase media.

De ahí que encontremos figuras que  fueron líderes de multitudes, como Leonel Fernádez, encabezando ahora a un reducido grupo político que en las recién pasadas elecciones a penas logró el 5% de los votos  y con la ayuda de maniobras de la JCE. 

Por su parte, Danilo Medina, principal dirigente y líder del PLD y considerado en esa organización como un gran armador y estratega político, pasa por el momento más difícil de su historia, estigmatizado como uno de los gobernantes más corruptos e incubridores de connotados capos de la droga y el principal responsable de la  pasada derrota electoral del PLD.

Y si ese funesto personaje de la politiquería, aún no está preso junto a todo el Comité Político de su partido, se debe a las vacilaciones de una justicia supuestamente independiente.

Qué hablar del presidente del Partido Revolucionario Dominicano PRD, Miguel Vargas, que convirtió ese partido en un instrumento para hacer  negocios multimillonarios aliándolo al que en cada circunstancia le podía garantizar una mayor recompensa,  convirtiendo   esa otrora poderosa fuerza política en un mamotreto acéfalo de liderazgo y sin  credibilidad alguna.

Y qué decir del expresidente Hipólito Mejía, un payaso que no se ruboriza de reconocer que es un lacayo del imperialismo yanqui, que ha sido derrotado recurrentemente hasta en el seno de sus propias filas, que fue vapuleado humillantemente en su intento reeleccionista en el año 2004 cuando tenía al narcotraficante Quirino como jefe de campaña en la Región Sur, que hizo un gobierno desastroso y que al  día de hoy, ni sus chistes lo hacen potable ni siquiera para cómico de cuarta categoría.

Por su parte, Luís Abinader, presidente del Partido Revolucionario Moderno (PRM) y actual presidente de la república, es de los líderes políticos de la derecha que aún cuenta con ciertas simpatías y aceptación; aunque el gobierno neoliberal de los grandes ricos y servil incondicional al poder extranjero que está encabezando, le está reduciendo su liderazgo en todo el país, en nuestra diástra y en el seno mismo de su propio partido; y eso, que sólo lleva año y medio gobernando el país. El futuro de este gobierno y el liderazgo del actual presidente son muy  inciertos e inseguros.

Lo que sí podemos afirmar de manera absoluta es que su aceptación popular se encuentra en declive y que hoy sus números están  muy lejos de los que tenía en el 2020 cuando el pueblo había ganado las calles y plazas de manera multitudinaria para sacar del poder a un  PLD desacreditado y dividido.

De Quique Antún, presidente del Partido Reformista, no vale la pena perder tiempo diciendo algo, pués tanto él como su entelequia política hace años que solo sirven para la componenda y los negocios politiqueros.

Esa y no otra, es la realidad del liderazgo  principal del partidarismo de derecha en nuestra país al día de hoy 22 de febrero del 2022, el cual no pasa en la actualidad de ser una sombra de lo que fuera hace algunas décadas.

¡Y lo peor, todavía no les ha llegado.

Son seguros candidatos al zafacón de la historia y a vivir por algún tiempo en La Nueva Victoria y en Najayo.

Para enfrentar y derrotar ese liderazgo y a sus aliados, (buscadores de migajas y prevendas) es imprescindible crear un poderoso Polo Político-Social de las fuerzas, sectores y personad democráticas  para enfrentar en todos los escenarios la dominación de la oligarquía y de sus amos extranjeros.

La unidad político-social en la más amplia diversidad del campo popular en base a un Programa Minino de claros objetivos democráticos, las luchas en las calles y la participación electoral UNITARIAMENTE, es el camino para disputarle el poder al viejo,  corrompido,  decadente y entreguista liderazgo político,  a sus partidos y a las clases sociales que estos representan.

En la presente coyuntura ese debe ser el camino hacia el poder de las mayorías a través de un proceso gradual, ascendente e ininterrumpudo.

Avancemos a pasos firmes,  que  el viejo liderazgo de derecha se derrumba.

Francis Santana