viernes, 6 de enero de 2023

Por una unidad bien hecha, sin olvidar los detalles

Por Fortune Modeste Valerio

El panorama político, verbena electoral, resulta interesante. Si el progresismo y la izquierda logran compactar sus proyectos electorales de cara a las elecciones de 2024, darían un palo por los 411. Ocuparían una casilla en la boleta electoral con una opción política buscada ansiosamente por el electorado. Eso sí, no lo dañen, están en la fiesta de la democracia. 

Sería un acontecimiento estremecedor en la sociedad. Por primera vez, progresistas y revolucionarios participarían unidos en unas elecciones nacionales para disputar el poder, en todos los niveles, a los sectores de derecha y corruptos que se han alternado la dirección de la administración pública. 

Pero, se debe de tener una concepción, diáfana y sin confusiones, política amplia y participativa para atraer distintos sectores democráticos, sociales y populares, porque la democracia se construye, en esta etapa, con las fuerzas motrices que producen y administran bienes y servicios. 

Si consiguen despojarse de la superficialidad en sus decisiones y apegarse a un pensamiento inteligente que identifique la urgencia de recuperar una democracia secuestrada, lograran aglutinar a varias generaciones, desde la década del 60 hasta nuestros días, de hombres y mujeres democráticos y revolucionarios que se han mantenido votando por la derecha y corruptos.

El sentimiento electoral, en las últimas décadas, de la población ha cambiado sustancialmente. El fervor y la militancia partidaria ha disminuido. Ahora, según las encuestas, el 65% del electorado se declara independiente; no simpatiza ni pertenece a ningún partido, harta de lo mismo. ¡Qué mejor escenario para que los revolucionarios y progresistas recuperen su terreno perdido!

Ese proyecto electoral y unitario, debe ser una vaina bien hecha; donde no impere la improvisación, el desorden, ni el galloloquismo. Ser fiel a la palabra, acuerdo y compromiso, empeñada. Un instrumento apegado a lo que manda la realidad objetiva, sin inventos, en materia de la democracia representativa.  

Las experiencias unitarias en el terreno de la izquierda ha sido traumática. Un verdadero dolor de cabeza. Pero no hay peor esfuerzo del que no se hace. De ahí que entidades y personas independientes conversan en torno a la creación de una coalición electoral con sectores populares, progresistas y revolucionarios. Contagiado de un enorme optimismo, miles de electores esperan con paciencia poder salir a las calles, con el cuchillo en la boca, a buscar los votos. 

Por el momento, los de arriba, los tres (PRM, PLD y FUPU) que echaron al pueblo en el pozo, navegan embriagado de un triunfo enloquecedor, hasta que los de abajo se cansen de remar. Dos de los tres, cruzaron por el poder, fueron expulsados del poder, entre otras cosas, con acusaciones de mañosos. Y el otro, tiene el agua hirviendo. El escenario es precioso para aprovecharlo; sin embargo, se requiere sagacidad política, pragmatismo, y un instrumento electoral unido alrededor de sus candidatos y programa de un gobierno democrático y progresista. Tan sencillo como eso.

Fortune Modeste V.




Los ricos dominicanos, cuántos y cómo lo lograron (Primera parte)

Por Faustino Collado(Coordinador Movimiento Político REDES)

(Primera parte)

Todos los historiadores dominicanos, y extranjeros que han escrito sobre la isla, dieron cuenta de la pobreza que cubrió a la colonia y a la República (I, II y III), con excepción, en el primer caso, de las primeras décadas del siglo XVI, cuando Santo Domingo fue el punto de llegada y de partida para toda la colonización de América, floreciendo las construcciones, la producción, el comercio y la cultura (1).

El Poeta Nacional Pedro Mir, en su papel de investigador histórico, escribió sobre “La historia del hambre” en la Española,  mostrando las calamidades de una población cada vez más disminuida, con muy baja natalidad y que emigraba (2).

Ser rico en el siglo XIX y la primera mitad del XX era poseer una buena extensión de tierras con algunos  cultivos y ganado, que daban más estatus social que ampliación de la riqueza; también, cortes de madera o alguna actividad comercial, sobre todo de exportación/importación. Un pequeño grupo de estos se adelantó, prestándole a todos los gobiernos. Pero, las crisis externas, en una raquítica economía que dependía del exterior, contenían cualquier despegue de la riqueza.

El nuevo reparto de la riqueza (básicamente tierras) a partir de la independencia de 1844, de la Restauración de 1863 y la instalación de los nuevos ingenios azucareros a partir de 1870, que incluyó el despojo de los campesinos por parte de dictadores, empresarios, empresas y potencias colonialistas e imperialistas, definió la nueva reestructuración de la riqueza en torno a unas pocas familias y las nuevas empresas azucareras (3).

La nueva riqueza, además de las tierras y del dinero, proveniente este de la intermediación del comercio (exportación/importación), vino de la explotación laboral en los ingenios azucareros, en los cuales, cumpliéndose la ley capitalista de la centralización, quedaron en manos del capital extranjero y de un extranjero nacionalizado (Vicini) (4).

La intervención norteamericana de 1916-1924 amplió ese despojo de tierras y la explotación laboral en favor del capital estadounidense, surgiendo, entre otros, el emporio azucarero del este, representado hoy por el Central Romana. Según el historiador Franklin Franco, entre 1916 y 1921 las tierras de los ingenios pasado de poco más de un millón de tareas a más de cuatro millones (5). Así que el capital extranjero aprisionó  a los pocos ricos dominicanos que no pudieron expandirse. Es el tirano Trujillo, usando todo el poder del Estado, que emergió como el primer gran rico dominicano (6).

Para 1929 dos instituciones socio-culturales de los sectores acomodados de las dos principales ciudades del país eran un termómetro de lo que para entonces se consideraba personas ricas, aunque muchos miembros no lo eran, tratándose, simplemente, de familias tradicionales con formación educativa.

Nos referimos al Club Unión de Santo Domingo y al Centro de Recreo de Santiago. El primero contaba con 266 miembros y el segundo con 145. Entre los apellidos de socios del primero figuraban: Bonetti, Cabral, Espaillat, Pellerano, Peynado, Portela, Ricart, Romano, Tavares, Trujillo, Vicini. En el segundo: Bermúdez, Bisonó, Bogaert, Bordas, Bergés, Franco, Ginebra, Pellerano, Perelló, Ricart, Valerio (7).

Un estudio del economista e historiador Bernardo Vega sobre las personas que podían ser consideradas ricas para 1954, a partir de su patrimonio o ingresos, por el cual debían pagar un impuesto anual, cobrado con la renovación de la cédula de identidad,  arroja el dato que 1200 contribuyentes tenían una riqueza media y alta, y eran considerados ricos.

Una persona, por cierto el hermano de la esposa de Trujillo, Francisco Martínez Alba, tenía un patrimonio de más de 2 millones de pesos (igual a dólares); 14 personas tenían un patrimonio de uno a dos millones de pesos; con 500,000 a un millón de patrimonio existían 37 personas; con 250,000-500,000 habia132 dominicanos; de 100,000-250,000 unas 451 personas; de 50,000-100,000 un total de 382; de 20,000-50,000 eran 83.

Seis años más tarde, en 1960, la estructura patrimonial era la siguiente: de RD$100,000 a RD$150,000 pesos ascendían a 291; de RD$150,000 a RD$200,000 pesos eran 134 personas; de RD$200,000 a RD$500,000 llegan a 241 dominicanos; los que tenían de RD$500,000 a un millón eran 60; con más de un millón y hasta 4 millones de pesos, habían llegado a 25 millonarios (8).

Por el lado del ingreso personal, de 1,000 a 2,000 pesos de ingresos mensual había 392 personas; con 2,000 a 5,000 pesos eran 254 personas; de 5,000 a 10,000 pesos llegaban a 57; de 10,500 a  19,000 eran 15 contribuyentes; de 20,500 a 41,000 solo había 4 personas.

Comparado con los poco más de 3 millones de personas que poblaban el país, estos ricos eran una cantidad ínfima, cuyo total de ingresos al año era de poco más de 24 millones de pesos, un 4.1% del ingreso nacional, mientras que la familia Trujillo y sus allegados generaban el 40% del producto nacional bruto. Los ricos eran pocos, aunque los datos muestran que unos cuantos duplicaron su riqueza y los Trujillo eran cada vez más ricos.

Fuente: https://scharboy2009.wordpress.com/2023/01/06/el-emporio-de-los-corripio-los-ricos-dominicanos-cuantos-son-y-como-lo-lograron-3/

Faustino Collado

Una rectificación necesaria

Por Rafael Chaljub Mejía

Ha llegado el momento de que el Gobierno dominicano restablezca las relaciones oficiales con el Gobierno nacional de Venezuela y se reencuentre con un país y un gobierno amigos con los cuales nunca debió producirse la ruptura.

Juan Guaidó fue un invento siniestro del presidente Donald Trump y sus cómplices de Occidente. Guaidó nunca tuvo legitimidad ni sentido de existencia.

Nunca tuvo control de nada en Venezuela, ni territorio, ni instituciones, pero lo pusieron en pie como a un títere y él indignamente, se prestó a hacerle el juego para terminar donde cualquiera debió prever que terminaría.

De Guaidó queda el daño enorme que le hizo a Venezuela, en el empeño de aislarla, de privarla de miles de millones de dólares depositados en bancos extranjeros, como el de Inglaterra, a nombre del Estado venezolano. El gobierno constitucional del presidente Nicolás Maduro nunca pudo hacer uso de esos fondos en medio de las dificultades enormes que ha enfrentado.

La misma Plataforma Unitaria Opositora que apoyaba a Guaidó terminó abandonándolo y ahora mismo, parte de ella, dialoga con Maduro. Los norteamericanos, que apadrinaron al títere, hace tiempo que han entrado en negociaciones con el gobierno del presidente Maduro.

El gobierno del presidente Danilo Medina cayó en el error de sumarse al concierto que pretendió aislar a Venezuela y ante lo que la realidad y el tiempo han puesto en evidencia, el gobierno actual tiene ahora la preciosa oportunidad de volver al plano de la amistad, la buena relación y la hermandad con un país que ni siquiera en los peores momentos, ha sido hostil hacia nosotros.

En circunstancias como las que vive el mundo del presente, lo que menos necesita la República Dominicana es el alejamiento y la ruptura frente pueblos hermanos, sino buen entendimiento y relaciones de beneficio recíproco con otros países. Además, el fuero ajeno se respeta. En ese espíritu de respeto mutuo, Venezuela y Colombia acaban de reencontrarse.

El actual gobierno dominicano, que al inaugurarse encontró las relaciones rotas. No tiene ahora, como no la tuvo nunca, ni causa ni razón para seguir junto al grupo de gobiernos que injustamente rompió con Venezuela hace cuatro años.

Y ahora, ante el colapso de Guaidó, y cuando países como España, siempre agresiva contra la Venezuela bolivariana, han dado el paso, el jefe del Estado dominicano tiene la oportunidad de rectificar responsablemente, aquel acto inamistoso y hostil que nunca debió cometerse.

Fuente: https://eldia.com.do/una-rectificacion-necesaria/

Rafael Chaljub Mejía


Todas las condiciones están dadas para la unidad alternativa de la nación

Por Francis Santana

Si las coincidencias frente a una determinada realidad constituyen el punto de partida para arribar a un determinado acuerdo político, podemos afirmar de manera categórica, que hoy están dadas todas las condiciones para que la fuerzas y personas democráticas y de la izquierda de la República Dominicana se unan y conformen una coalición alternativa para incursionar en la presente coyuntura con reales posibilidades de alcanzar significativos éxitos.

Se tiene una lectura común del actual momento nacional e internacional.

Ha sido definido el partidarismo neoliberal como el blanco principal.

Los métodos de la acción política y social se valoran, que son la participación electoral y la movilización cívica de las masas.

Hay un consenso entre las organizaciones revolucionarias y patrióticas del país, en el sentido de que solo unificando a todas o a la inmensa mayoría de estas a través de un amplio y diverso polo político social, puede ser posible un desempeño victorioso en la participación electoral del próximo año 2024.

Son plenas las coincidencias sobre el contenido y alcance de una propuesta programática democrática respecto a las reformas y transformaciones que se corresponden con la presente realidad nacional.

De igual manera se está de acuerdo en seleccionar las candidaturas a los distintos niveles mediante el uso de un método democrático y transparente.

Existe comunidad de criterios en lo fundamental sobre los objetivos que a alcanzar en la presente coyuntura.

Asimismo, se tiene una valoración común respeto a quienes no pueden ser parte del acuerdo político social. Y, además, se entiende que dicho acuerdo debe ir mucho más allá de las elecciones del 2024, y que el mismo tiene que quedar abierto para seguir incorporando a otras organizaciones y personas para continuar fortaleciéndolo y situarlo en condiciones de disputarle el poder a la oligarquía y al partidarismo neoliberal.

Visto ese conjunto de grandes coincidencias, en la lectura que hacen las fuerzas alternativas de la presente coyuntura, tenemos que concluir en que ya están maduras las condiciones para darle surgimiento a un acuerdo político nacional de estas, y que gradualmente pueda ir integrando a miles de hombres y mujeres de avanzada comprometidos/as con los mejores intereses del pueblo y de la patria. No hacerlo ahora sería una pobre expresión de miopía política y de irresponsabilidad histórica de parte de las distintas direcciones políticas de las organizaciones revolucionarias y democráticas de la nación.

Para materializar en los primeros meses del presente año 2023 el acuerdo político referido, consideramos oportuno e incluso urgente, implementar algunos pasos concretos, que pudieran ser los siguientes:

- Realizar un encuentro nacional de las organizaciones que tienen en lo fundamental similar lectura de la presente coyuntura: Frente Amplio, Fuerza de la Revolución, Alianza País, Movimiento Popular Dominicano, Opción Democrática, Partido Comunista del Trabajo, Partido de la Unificación Comunista, REDES, Partido Comunista Marxista-Leninista, Partido Socialista Dominicano, Patria para Todos y Todas y una decena o más de otras organizaciones y movimientos que tienen una posición común.

- Ese evento debe conocer un documento de acuerdo de intención, que establezca con claridad que participaremos unitariamente en las próximas elecciones del 2024, los objetivos que nos proponemos alcanzar y que acompañaremos al pueblo en sus distintas luchas sociales, entre otras cuestiones.

- Dar a conocer en todo el país y el exterior, el surgimiento del acuerdo político alcanzado.

Posterior a esto y de manera ágil y ascendente, establecer las instancias organizativas de la unidad, conformar los distintos comandos de campaña, ir seleccionando la mayor cantidad de precandidaturas unitarias en todo el país, culminar la elaboración común del programa político y arrancar con una amplia promoción de la unidad lograda que abarque todos los rincones del territorio nacional y que llegue a nuestra diáspora.

La unidad tiene que ser ahora, mañana puede ser demasiado tarde.

Francis Santana