Por: Fortune Modeste Valerio
Algunas reflexiones sobre la “Carta Abierta¹ a Modeste
Fortune, de Manuel Salazar”, 22 de mayo 2020¹.
Manuel Salazar, estimado amigo y camarada, vuelve a escribir páginas relevante, instructiva y aleccionadora en torno a la unidad de las fuerzas progresistas y revolucionarias, comunistas. Su carta es antológica. Describe el transcurrir, décadas, de tanto esfuerzos por construir una alternativa política que se inserte en el devenir histórico de la sociedad.
Después de leer, con atención y cuidado, su carta, observo el carácter humano, político, ideológico de su misiva; y el gran esfuerzo invertido por la unidad, sin conseguir nada provechoso para la misma. No es posible continuar en esa dirección, sin realizar los ajustes correspondientes, que impidan cometer los mismos errores de siempre.
No hay duda. El camarada Manuel hace un reconocimiento público a mi esfuerzo sincero por unir a los progresistas y revolucionarios; y a los comunistas. Estoy convencido que sin la unidad no es posible avanzar con pasos firmes hacia el poder; aunque determinadas organizaciones tengan destacadas participación en los procesos eventuales.
Es necesario destacar que Manuel Salazar es Secretario General del Partido Comunista del Trabajo, PCT. Un dirigente joven de un trato muy especial, como son los comunistas, que conserva la decencia, la firme convicción y la atención en sus conversaciones. Su organización es una de las más destacadas en el país.
Para hablar sobre la unidad de las organizaciones de izquierda e izquierda revolucionaria, es obligatorio trazar algunas pinceladas históricas acerca de la evolución de la sociedad post eliminación del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina: movilidad de sus clases sociales, conformación de sus fuerzas productivas y relaciones de producción; creación de partidos políticos, actuación de los revolucionarios, demócratas y comunistas; y presencia gringa en las decisiones nacionales.
Temas a discutir en conjunto para buscar, incluso más allá, el comportamiento de los revolucionarios y comunistas en los acontecimientos históricos que gravitaron en los momentos claves en el siglo pasado. La oligarquía criolla y el imperialismo norteamericano, han sido rectoras en la conducción del aparato estatal. Sus implicaciones en los obstáculos que impidieron el desarrollo de la burguesía nacional; en la formación y actuación de los partidos políticos; y enfrentamientos con la izquierda revolucionarias, fueron determinantes.
He considerado siempre que unir a los sectores de izquierdas, y de la izquierda revolucionaria, no es fácil; es una tarea muy difícil por el carácter de clase, pequeño burgués, de los principales dirigentes y militantes. Pero no es imposible, si queremos pretender unificar en pensamientos y acciones a las 72 organizaciones, mal contada, existente. El esfuerzo hay que hacerlo, para empezar, con las entidades fundamentales y de mayor coincidencias políticas e ideológicas. Por eso, saludamos los gestos unitarios del PCT y el MPT. Sin pretender mucho, esperamos que otras agrupaciones se unan en marchar y caminar juntos.
El MPT es una organización patriótica, revolucionaria y anti imperialista; y el PCT es comunista. Ambas, muy bien, pueden iniciar un proceso de diálogo y entendimiento, sobre la base de un programa mínimo y protocolo rigurosamente elaborado que cubran una etapa importante de la revolución. Solo así podemos avanzar, sin hacer siempre lo mismo, para obtener resultados distintos. Se incorporaran, a pasito lento, otras organizaciones y personalidades en la medida que entiendan la fase iniciada con, y sus aportes, los acuerdos aprobados.
Las dos organizaciones seguirán consolidando, en forma individual, los espacios conquistando y corrigiendo los errores cometido en el duro batallar. La unidad, hablando en serio «camarada Manuel» y sin pretender ser excluyente, no tiene futuro con "entidades" débiles, con ninguna incidencia y aislada de la población; generalmente, son las que más exigen y las que colocan la piedra en el zapato.
"...se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre...²", recordando al presidente chileno, Salvador Allende; si logramos articular un instrumento unitario de fuerzas progresistas, revolucionarias y comunistas. Que se convierta en una verdadera alternativa política para disputarse, cualquier escenario, el poder con los sectores que se alternan el Palacio Nacional. Esto sería el acontecimiento más relevante en lo que va del presente siglo.
En materia de unidad existen importantes desafíos: la unidad de las fuerzas progresistas, revolucionarias y comunistas; y la de los comunistas dominicanos. Dos retos de gran valor para la revolución. Ambas garantizan la unidad y la oportunidad de ofrecerle a la sociedad una alternativa política diferente; que enfrentará de raíz los graves problemas nacionales.
Ahora viene el dolor de cabeza de los seres humanos. De las afecciones humanas, como le llama. Aquellas que te alejan desde que se asoman a la mesa de conversación. Por tus experiencias, me imagino que la reconoce a legua, por encima de la ropa. Esto tiene que ver mucho con la condición de clase de los grupos de la izquierda revolucionaria. No es fácil despojar de los vicios pequeños burgueses a personas que tienen años “encabezando” el movimiento revolucionario; se creen todo poderoso, con amplio dominio del ML, y con capacidad en descalificar, despotricar, a todo el mundo, provocando un daño terrible.
Sí, hay que acudir a los jóvenes; y crear una nueva cultura de la izquierda revolucionaria atractiva a ellos. Sin olvidar las enseñanzas y experiencias de aquellos ejemplos a seguir, que nos han servido de estímulo, y se mantienen al pie del cañón. El estudio permanente, dinámico y enriquecedor, de la teoría revolucionaria es la clave para evitar la contaminación de la reciente cosecha. Enseñarlos a pensar antes de actuar; que repetir consignas sin entenderla no es correcto. Y que la revolución se realiza cuando existan las condiciones objetivas y subjetivas. No en la mente obnubilada de los predestinados.
He participado en varias actividades de lo que llaman izquierda revolucionaria y solo observó rostros cansados, golpeados por los años del duro trabajo; siempre los mismos y con escasa participación, jóvenes, de la población. No es posible seguir transitando por ese camino de auto aislamiento, suicidio involuntario. La situación ha llegado al extremo, que la fuerza pública, siempre, llega primero al lugar de las actividades, hasta que un coronel logró decirme: oye, ustedes cada día son menos. ¿Qué pasa?
Seguimos…
Manuel Salazar, estimado amigo y camarada, vuelve a escribir páginas relevante, instructiva y aleccionadora en torno a la unidad de las fuerzas progresistas y revolucionarias, comunistas. Su carta es antológica. Describe el transcurrir, décadas, de tanto esfuerzos por construir una alternativa política que se inserte en el devenir histórico de la sociedad.
Después de leer, con atención y cuidado, su carta, observo el carácter humano, político, ideológico de su misiva; y el gran esfuerzo invertido por la unidad, sin conseguir nada provechoso para la misma. No es posible continuar en esa dirección, sin realizar los ajustes correspondientes, que impidan cometer los mismos errores de siempre.
No hay duda. El camarada Manuel hace un reconocimiento público a mi esfuerzo sincero por unir a los progresistas y revolucionarios; y a los comunistas. Estoy convencido que sin la unidad no es posible avanzar con pasos firmes hacia el poder; aunque determinadas organizaciones tengan destacadas participación en los procesos eventuales.
Es necesario destacar que Manuel Salazar es Secretario General del Partido Comunista del Trabajo, PCT. Un dirigente joven de un trato muy especial, como son los comunistas, que conserva la decencia, la firme convicción y la atención en sus conversaciones. Su organización es una de las más destacadas en el país.
Para hablar sobre la unidad de las organizaciones de izquierda e izquierda revolucionaria, es obligatorio trazar algunas pinceladas históricas acerca de la evolución de la sociedad post eliminación del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina: movilidad de sus clases sociales, conformación de sus fuerzas productivas y relaciones de producción; creación de partidos políticos, actuación de los revolucionarios, demócratas y comunistas; y presencia gringa en las decisiones nacionales.
Temas a discutir en conjunto para buscar, incluso más allá, el comportamiento de los revolucionarios y comunistas en los acontecimientos históricos que gravitaron en los momentos claves en el siglo pasado. La oligarquía criolla y el imperialismo norteamericano, han sido rectoras en la conducción del aparato estatal. Sus implicaciones en los obstáculos que impidieron el desarrollo de la burguesía nacional; en la formación y actuación de los partidos políticos; y enfrentamientos con la izquierda revolucionarias, fueron determinantes.
He considerado siempre que unir a los sectores de izquierdas, y de la izquierda revolucionaria, no es fácil; es una tarea muy difícil por el carácter de clase, pequeño burgués, de los principales dirigentes y militantes. Pero no es imposible, si queremos pretender unificar en pensamientos y acciones a las 72 organizaciones, mal contada, existente. El esfuerzo hay que hacerlo, para empezar, con las entidades fundamentales y de mayor coincidencias políticas e ideológicas. Por eso, saludamos los gestos unitarios del PCT y el MPT. Sin pretender mucho, esperamos que otras agrupaciones se unan en marchar y caminar juntos.
El MPT es una organización patriótica, revolucionaria y anti imperialista; y el PCT es comunista. Ambas, muy bien, pueden iniciar un proceso de diálogo y entendimiento, sobre la base de un programa mínimo y protocolo rigurosamente elaborado que cubran una etapa importante de la revolución. Solo así podemos avanzar, sin hacer siempre lo mismo, para obtener resultados distintos. Se incorporaran, a pasito lento, otras organizaciones y personalidades en la medida que entiendan la fase iniciada con, y sus aportes, los acuerdos aprobados.
Las dos organizaciones seguirán consolidando, en forma individual, los espacios conquistando y corrigiendo los errores cometido en el duro batallar. La unidad, hablando en serio «camarada Manuel» y sin pretender ser excluyente, no tiene futuro con "entidades" débiles, con ninguna incidencia y aislada de la población; generalmente, son las que más exigen y las que colocan la piedra en el zapato.
"...se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre...²", recordando al presidente chileno, Salvador Allende; si logramos articular un instrumento unitario de fuerzas progresistas, revolucionarias y comunistas. Que se convierta en una verdadera alternativa política para disputarse, cualquier escenario, el poder con los sectores que se alternan el Palacio Nacional. Esto sería el acontecimiento más relevante en lo que va del presente siglo.
En materia de unidad existen importantes desafíos: la unidad de las fuerzas progresistas, revolucionarias y comunistas; y la de los comunistas dominicanos. Dos retos de gran valor para la revolución. Ambas garantizan la unidad y la oportunidad de ofrecerle a la sociedad una alternativa política diferente; que enfrentará de raíz los graves problemas nacionales.
Ahora viene el dolor de cabeza de los seres humanos. De las afecciones humanas, como le llama. Aquellas que te alejan desde que se asoman a la mesa de conversación. Por tus experiencias, me imagino que la reconoce a legua, por encima de la ropa. Esto tiene que ver mucho con la condición de clase de los grupos de la izquierda revolucionaria. No es fácil despojar de los vicios pequeños burgueses a personas que tienen años “encabezando” el movimiento revolucionario; se creen todo poderoso, con amplio dominio del ML, y con capacidad en descalificar, despotricar, a todo el mundo, provocando un daño terrible.
Sí, hay que acudir a los jóvenes; y crear una nueva cultura de la izquierda revolucionaria atractiva a ellos. Sin olvidar las enseñanzas y experiencias de aquellos ejemplos a seguir, que nos han servido de estímulo, y se mantienen al pie del cañón. El estudio permanente, dinámico y enriquecedor, de la teoría revolucionaria es la clave para evitar la contaminación de la reciente cosecha. Enseñarlos a pensar antes de actuar; que repetir consignas sin entenderla no es correcto. Y que la revolución se realiza cuando existan las condiciones objetivas y subjetivas. No en la mente obnubilada de los predestinados.
He participado en varias actividades de lo que llaman izquierda revolucionaria y solo observó rostros cansados, golpeados por los años del duro trabajo; siempre los mismos y con escasa participación, jóvenes, de la población. No es posible seguir transitando por ese camino de auto aislamiento, suicidio involuntario. La situación ha llegado al extremo, que la fuerza pública, siempre, llega primero al lugar de las actividades, hasta que un coronel logró decirme: oye, ustedes cada día son menos. ¿Qué pasa?
Seguimos…
¹ - CARTA DEL CAMARADA MANUEL SALAZAR: https://fortymodeste.blogspot.com/2020/05/carta-abierta-modeste-fortune.html
² - "Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor". Fragmento del último discurso del presidente chileno, Salvador Allende Gossens. 11 de septiembre de 1973.-
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