miércoles, 22 de noviembre de 2023

Dolarizar la economía de un país: Es un mal rumbo

Por Manuel Salazar

Dolarizar es poner el dólar como moneda de circulación nacional en el país que lo decida. Hacer que la moneda de los Estados Unidos de Norteamérica sea la de "curso legal", con las propiedades de reserva de valor, unidad de cuenta y medio de pago, que son las esenciales del dinero.

En República Dominicana sería quitar el peso y poner el dólar.

El presidente recién electo de Argentina hizo la promesa en campaña electoral de dolarizar ese país.

Otros países lo han hecho. Ecuador, El Salvador, en América Latina.

Y no han resuelto los problemas de sus pueblos. A las oligarquías y dueños de la economía si les ha convenido; pero a los pueblos, no. Es obvio. Por eso la han asumido las clases dominantes y sus gobiernos.

La idea parece sencilla, y hasta simpática para mucha gente que no conoce el trasfondo de esa medida.

El dólar es más fuerte que el peso, dicen algunos, que no ven siquiera el tema de la soberanía nacional que comporta esta cuestión. Porque el peso hace parte de la identidad nacional y si se le sustituye por el dólar hay una afección a la soberanía del país. Es un tema político relevante.

La política monetaria del país quedaría a cargo de la Reserva Federal Norteamericana. Las decisiones en el sentido que sean que pudiera adoptar esa institución repercutiría en nosotros los dominicanos independientemente de que las queramos, necesitemos, o no.

Los ajustes que necesite la economía dominicana en materia monetaria en busca de estabilización, o controlar la inflación, no podría hacerlo como lo hace el Banco Central ahora, porque es la Reserva Federal Norteamericana la que manejaría todo lo referido a la moneda.

Pero además, para asumir el dólar como moneda de curso legal, el país que lo decida tiene que disponer en la Reserva Federal Norteamericana de una cantidad de dólares que sirvan de respaldo a la cantidad de dólares que circulará en la economía nacional.

No se trata de poner la máquina a imprimir dólares. Sino que esa cantidad que se quiere circular, tiene que tener un respaldo depositado en la Reserva Federal Norteamericana.

Para dolarizar, hay que tener dólares en esa Reserva.

La cantidad de pesos que las personas tengan a manos o en cuentas bancarias se convertirían en un monto nominal menor. Porque se cambiarían a la tasa vigente al momento de la decisión. Si se produjera ahora mismo, la persona que disponga de 54 millones de pesos, tendría un millón de dólares. A la tasa de 54 pesos por cada dólar.

Pero, si se ha de tener dólares en la Reserva Federal que sirvan de respaldo a los que circularán en la economía nacional, ¿surge la pregunta de cómo conseguirá el país esos dólares?

¿Cómo consigue dólares el país?

-Exportando.
-trayendo turistas.
-Hipotecando o vendiendo sus recursos naturales.

Las exportaciones y el turismo dominicanos tienen en los salarios bajos a los trabajadores uno de los elementos esenciales de la competitividad. Es decir, que para seguir exportando u ofertando el país como destino turístico, tendría que mantener la restricción salarial como componente fundamental, e incluso restringirlos más.

La sobreexplotación a los trabajadores devendría como condición para sustentar la dolarización.

La inversión extranjera para explotar recursos naturales, como la minería, por ejemplo, sería también una fuente de captación de dólares, y se entiende fácil que esto equivaldría a dañar el medio ambiente, y entregar el patrimonio nacional al capital extranjero.

Argentina tiene mayores recursos que la República Dominicana. Pero en general, la lógica para dolarizar su economía sería la misma: exportar a los precios más bajo posibles para poder competir a escala internacional, y esto quiere decir, restricción salarial y daño intensivo a sus recursos naturales.

Además, es desatinado asumir el dólar como moneda de curso legal en un momento histórico en que esa moneda está en colapso y pierde hegemonía en las transacciones económicas internacionales.

Los países como el nuestro, deben proponerse producir; diversificar su producción nacional; desarrollar sus fuerzas productivas nacionales; desarrollar su mercado nacional; ampliar y diversificar el intercambio económico y comercial con otros países. Deben terminar las relaciones de dependencia, y salir de la práctica económica regida por la ley de las ventajas comparativas que han impuesto los países imperialistas desde hace décadas, según la cual países dependientes deben especializarse en uno que otro renglón económico y exportarlo para importar todo lo demás que no producen. Una lógica en la que los países impedidos de desarrollo producen dólares para comprar de todo a los países desarrollados.

Manuel Salazar



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