Por Bienvenido Scharboy
SANTO DOMINGO. Para muchas personas que reniegan y se avergüenzan de su pasado, recordar a nuestros mártires y heroínas, que ofrendaron sus vidas en la lucha por transformar este injusto sistema, es cosa de románticos y de luchadores y luchadoras apegados a viejas tradiciones y al martirologio revolucionario.
Y quizás no se equivocan quienes así piensan, pues, la Patria y sus organizaciones no pueden olvidar nunca que antes de ser República hombres y mujeres se entregaron a grandes o pequeñas epopeyas libertarias bajo la convicción de que el camino que emprendieron sólo conducía a la ¡libertad o la muerte!
Y aunque no era el objetivo de los y las patriotas que hasta llegaron a la inmolación, el pueblo dominicano debe demostrarle post mortem que murieron en “brazos de una patria agradecida” y esto solamente es posible abrevando en la fuente de su ejemplo, para recordarles a las presentes y futuras generaciones que su sacrificio no ha sido ni será en vano.
Por estas razones y bajo este convencimiento retomaremos en este espacio virtual el recordar a héroes y heroínas que entregaron sus vidas por el advenimiento de una sociedad más justa y equitativa, sin importar su bandera política y si nos hacen llegar informaciones sobre personajes que no tenemos en nuestros archivos.
Iniciamos con la biografía de mártires cuyas fechas de su asesinato o muerte natural se cumplieron en el mes junio, en este caso, con la reseña sobre la doctora Hilda Gautreaux.
Hilda Gautreaux
El 15 de junio de 1968 murió físicamente la combatiente Hilda Gautreaux. Su muerte, aunque no fue un asesinato, sí tuvo que ver con todos los sufrimientos, las persecuciones y la voracidad del funesto gobierno balaguerista de “los 12 años” (1966-1978).
El ejemplo de Hilda es imperecedero, ya que lo entregó todo a la causa de nuestro pueblo, descuidando, incluso, su propia salud. Siempre puso por encima de todo la revolución, tal como aprendió en su organización el Movimiento Popular Dominicano (MPD).
Fue de las fundadoras de la Federación Dominicana de Mujeres Dominicanas (FMD). Al estallar la Guerra de Abril de 1965 no vaciló en ponerse en la primera fila de los combatientes sino que fue instructora militar de mujeres en la Academia 24 de Abril.
Como abogada siempre estuvo al frente en la defensa de centenares de revolucionari@s, sin importar de que partido fueran. Diversas cárceles de casi todo el país recorrió en esa labor. Asimismo, asumió la defensa de los y las inmigrantes haitianos/as.
Hilda Gautreaux constituye un ejemplo a imitar por mujeres y hombres de la República Dominicana.
Datos extraídos del periódico “Libertad” órgano del MPD. Edición julio-agosto de 1996.
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