Por Julio Disla
En
los últimos años, el debate sobre el acceso a las armas de fuego y sus
componentes ha cobrado una nueva dimensión con la introducción de máquinas
expendedoras de municiones. Estas máquinas, que permiten la compra de balas las
24 horas del día, han sido objeto de intensas discusiones sobre seguridad pública
y derechos individuales.
Historia y Origen.
Las máquinas expendedoras no son una novedad. Desde principios del siglo XX, han ofrecido desde chicles hasta cigarrillos. Sin embargo, la idea de utilizar esta tecnología para vender municiones es relativamente reciente. En algunos Estados como Oklahoma, Alabama y Texas ya son consideradas pioneras en la instalación de esta novedad que, a diferencia de las tiendas especializadas, están a disposición de los clientes las 24 horas del día…en un país que en seis meses ya ha vivido 261 tiroteos masivos.
“Con
American Rounds, su munición está lista cuando usted lo está, asegurando
una experiencia de compra sin complicaciones en todo momento”, así indica la
publicidad de la compañía, cuyos ingresos dependen de consumo no solo de los
que piensan en defenderse, sino también de los que protagonizan hechos de
sangre en la nación norteña.
Hace menos de mes, el cirujano general Estados Unidos, Vivek Murthy, considerado la voz más alta de la medicina debido a su cargo, declaró que la violencia armada es una crisis urgente de salud pública, impulsada por el rápido crecimiento de número de heridos y muertes relacionadas con armas de fuegos en el país.
Hace poco, un jovencito de apenas 20 años, Thomas Matthew Crooks fue autor del intento de asesinato del expresidente Donald Trump, una acción de la que no salió con vida, tras ser abatido por el Servicio Secreto. Su fusil, del tipo Ar-15, había sido comprado de forma totalmente legal.
Un ejemplo reciente fue lo ocurrido, este año, durante la celebración por el día de la Independencia en los Estados Unidos. Más de cien personas fueron heridas, y de ellas,19 fallecieron, lo que indica un incremento en relación con la misma fecha el año pasado, cuando murieron 11 y resultaron heridas 60.
En 2023 los incidentes con armas de fuegos generaron más de 42 mil muertes en Estados Unidos, cifra que siguió el ritmo de 2022, cuando fallecieron más de 48 mil estadounidenses por esta misma causa, según datos de la organización Gun Violence.
Por eso, los coste sanitarios y económicos de la violencia armada en este país aumentan cada año, de acuerdo con un informe del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria.
La invocación a la Segunda Enmienda de la Constitución norteamericana, que no restringe el derecho a poseer y portar armas, continúa cobrando un alto precio a la nación, aunque también sirve para encubrir los intereses de los productores de armas, principales beneficiarios de este comercio de muerte, que no distingue en edades, colores o sexos.
Son los mismos que dan dinero para campañas presidenciales, las guerras en el planeta o para establecer restricciones y bloqueos a países que no se someten a sus intereses; ocultando la verdad de una sociedad enferma en la cual la salida al desempleo, a la migración o al racismo se soluciona con la agresión entre seres humanos.
Así es el “país de las maravillas y de los sueños americanos”, con el que muchos anhelan y donde ahora mismo, como revelan las noticias, comprar municiones es tan fácil como adquirir un refresco.
Las
maquinas expendedoras de municiones representan una intersección entre
conveniencia y controversia. Mientras que ofrecen beneficios claros para
ciertos usuarios, también plantean interrogantes importantes sobre seguridad
pública y regulación. Como con cualquier avance tecnológico, el equilibrio
entre acceso y control será clave para su aceptación y éxito a largo plazo.