Por: Guillermo Moreno
Uno de los mayores daños hechos por los partidos tradicionales, especialmente el peledé, a la democracia dominicana, ha sido “clientelizar” el ejercicio de la política, manipular los derechos y necesidades de la gente para ganar lealtades electorales.
Por eso no es de extrañar que la mayoría de estos partidos han reaccionado frente a la pandemia lanzándose a una competencia clientelar a ver quién “da” más, para ganarse al electorado.
Conforme nuestra visión y práctica políticas, son otras las orientaciones que tienen que asumir los partidos democráticos y progresistas frente a esta crisis sin precedentes que vive el país y la humanidad.
En primer lugar, la misión de la oposición no es la de sustituir al Estado, sino exigirle al Gobierno, que cumpla con sus obligaciones y responsabilidades. Es el gobierno el que maneja el Presupuesto General del Estado, el que define y ejecuta las políticas públicas, nombra y dirige los ministerios y las direcciones autónomas.
En segundo lugar, lo que nos corresponde en una situación como la presente es impulsar que los diversos sectores de las comunidades y barrios desarrollen Redes Solidarias, como un gesto de fraternidad y auxilio hacia los que necesitan alimento, medicina, atención medica, entre otras. Estas redes en ninguna forma deben ser “partidarizadas”. En ella deben participar los aliancistas porque nuestro deber es estar junto al pueblo defendiendo sus intereses, y si algún mérito se nos reconociera es por su entrega y el esfuerzo desplegado.
En tercer lugar, en una situación como la presente, y aún en medio de la campaña electoral, lo que nos corresponde a los verdaderos partidos de la oposición democrática y progresista es poner la política en el centro y asumir las causas y las demandas de los sectores más vulnerables y golpeados por la presente pandemia y sus derivaciones. A continuación enumero los principales a modo indicativo.
I) La ciudadanía que no tiene acceso a un régimen de salud que le permita acceder a la prueba, a medicina y atención médica adecuada. Nunca como ahora adquiere vigencia la demanda de un 5% del PIB para el sistema de salud pública.
II) Nuestro lugar es asumir la causa de las Mipymes, que son el principal sector empleador en el país, muchas amenazadas de ir a la quiebra y desaparecer. Es nuestra obligación defender su demanda de programas de acceso al crédito, con periodos de gracia de por lo menos 6 meses y a un interés de no más de un 6% anual.
III) Nuestro compromiso es ponernos junto a los trabajadores suspendidos, informales, profesionales y técnicos independientes y levantar como bandera su derecho al trabajo, a una real seguridad social, a la salud, a la alimentación, a una vida digna
IV) Nuestro deber es asumir la causa de los productores agrícolas, sus demandas de acceso al crédito formal, a un interés no mayor de un 6% anual, restructuración de sus deudas, exigir al gobierno tomar medidas urgentes frente a la sequía, la creación de un mecanismo de comercialización que evite la especulación, el desabastecimiento, el acaparamiento y precios justos.
V) Hacer nuestra la causa de los médicos, enfermeras y personal de salud, tanto en la protección adecuada para no infectarse del coronavirus, así como una mejoría salarial inmediata. Igual para los policías y guardias desplegados en las calles.
VI) Tenemos la obligación de exigir que este año escolar no lo pierdan los alumnos de escuelas y colegios que carecen de una plataforma digital. Es el momento de exigir que parte del 4% que se despilfarra se destine a capacitar a profesores y alumnos y a dotarlos de los medios para impartir y recibir docencia virtual y convertir ésta en parte de la cobertura del sistema educativo dominicano.
VII) Es una demanda nuestra enfrentar la violencia que en medio de la pandemia se ejerce contra muchas mujeres, incluyendo el aumento del embarazo en adolescentes y maltrato de niños y niñas. Es nuestro deber exigir programas de orientación preventiva y de apoyo y protección a las víctimas.
En cuarto lugar, poner la política en el centro significa también exigir a este gobierno, al que apenas le restan 3 meses y medio, su deber de convocar al conjunto de sectores a discutir una agenda para definir, entre otros, la reestructuración del presupuesto, la deuda pública, la mejoría sustancial de la calidad del gasto público. Esa agenda de responsabilidades compartidas es la verdadera continuidad del Estado y no la prolongación del mandato de Danilo Medina más allá del 16 de agosto.
En quinto lugar, es indudable que en este momento el eje central de la política es la celebración de las elecciones. La primera condición es la unificación de la oposición en la demanda como bloque de su celebración el próximo 5 de julio y desde ahí exigir el compromiso del Gobierno.
El corolario de este punto es requerir a la JCE y a la procuraduría electoral actuar sin contemplaciones ante el uso que se sigue haciendo de recursos públicos para la promoción de los candidatos oficiales. Además, hacer que la JCE, con suficiente tiempo defina el protocolo de votaciones que dé la garantía y confianza a la población de que no habrá exposición a contagio en las votaciones.
FUENTE: https://www.diariolibre.com/opinion/en-directo/poner-la-politica-en-el-centro-LE18589471?fbclid=IwAR0wdHxXWHrAfU3AQ8eqEonLCbGOkY-LfGtDinYPpsHnkyXX4W3BMHqOLe8
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