lunes, 25 de enero de 2021

UNA SITUACIÓN COMPLEJA Y DIFÍCIL

Por: Roberto Marcallé Abreu
rmarcalle@gmail.com
Estos son tiempos complicados y difíciles. Por efecto de la pandemia nuestro mundo ha sufrido un cambio tan profundo que, al observarnos al espejo, tropezamos con un rostro que no sabemos si es el nuestro. Es devastadora esa sensación que nos intoxica frente a ese extraño (nosotros mismos) que también nos mira, los gestos abatidos cuando no definitivamente hostiles o agresivos.

Vivimos una realidad tan compleja e incomprensible que ha arrodillado a la humanidad. La alternativa es resistir a la desesperanza o la angustia y hacer conciencia de que, quienes están situados al frente de nuestros destinos , y muchas otras personas de conciencia, se esfuerzan honestamente y sin descanso por hacer más llevadera la carga que doblega nuestros hombros.

A veces nos resulta imposible comprender la conducta o el comportamiento extremo de los demás. Las noticias están ahí: podemos hablar de los conflictos y las desavenencias en hombres y mujeres acostumbrados a llevarse bien o en representantes de la autoridad que asumen actitudes incongruentes o extremas.

Es notable el aumento de la ansiedad y la depresión en adultos y niños. Nataly de Oleo, sicóloga, afirma que “el encierro cambia completamente la rutina de las personas”. Esta situación de crisis y desasosiego que nos alcanzó de repente y sin aviso, ha sumido a una buena parte de la población, en el desconcierto y la ansiedad y a adoptar con frecuencia conductas inexplicables y hasta abusivas.

Un ejemplo de esta situación de crisis nos la ofreció la fiscal Rosalba Ramos al manifestar que en los primeros diez meses del 2020 se presentaron cerca de cuatro mil denuncias por violencia de género y delitos sexuales solo en la fiscalía del Distrito Nacional.

El mismo jefe del Estado, Luis Abinader, ha reconocido las dificultades que se producen a cualquier nivel incluyendo al mismo poder ejecutivo. La comunicadora Hogia Enecia Pérez, dijo haber notado al mandatario “conmovido” por la situación general del país. Y fue muy humilde, franco y sincero cuando solicitó a Dios y a la Virgen de la Altagracia “su respaldo para adquirir la vacuna que previene el coronavirus lo antes posible”.

“Yo hubiera querido hacer mucho más” añadió Abinader, “pero la pandemia nos limita mucho”. R. Figueroa, del Diario Libre, se refirió a que “absolutamente todos, sin importar el espacio que nos toca actuar en esta vida, estamos llamados a servir, no a aplicar el poder en desmedro de los demás”.

“El poder”, añadió “no solo recae sobre los que visiblemente ejercen una función pública y salen en los medios de comunicación. El poder lo tiene quien menos podemos imaginar. Solo debemos actuar de cara al sol para lograr los mejores beneficios de la sociedad y de nuestros semejantes”.

En este contexto resulta edificante el anuncio del ministro de Obras Públicas, Ascensión, quien describió un “plan estratégico” que comprende la construcción y rehabilitación de obras en el Gran Santo Domingo y en Santiago donde se invertirán cientos de millones de pesos.
No obstante, el economista Isidoro Santana ha advertido con actitud prudente que “endeudarse indefinidamente no es una opción”. De ahí que favorezca la firma de un pacto fiscal cuando las condiciones existan, y mientras ejecutar “reformas mínimas para conferir sostenibilidad a la deuda externa”.

A su juicio, un verdadero pacto fiscal debe contemplar cómo garantizar que el Estado pueda ofrecer servicios de salud y educación de calidad universal, un servicio de policía y seguridad ciudadana eficiente y confiable, y un ministerio público, tribunales y jueces adecuadamente remunerados.

“Se debe garantizar que los ciudadanos tengan agua potable de forma permanente, saneamiento regular de calles, ríos y cañadas, procurar una salida airosa al tema de los municipios, la seguridad social y la deuda cuasifiscal” afirma.

La intención y los programas existen y se ejecutarán gradualmente, de eso estamos seguros. Mientras, se trabaja en muchos renglones y aspectos todos encaminados a superar el estado de devastación y crisis incubado y ejecutado por quienes están siendo juzgados como consecuencia de sus incalificables crímenes y delitos contra el patrimonio de todos.




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