Por Fortune Modeste Valerio
No hay dudas en el papel estelar de la pequeña burguesía en la región de América Latina, en especial en países como el nuestro. Su accionar ha sido clave para producir estallidos revolucionarios y democráticos. Desconocer su rol, es vivir de espalda a la realidad.
Como clase social, explosiva, intermedia tiene al mismo tiempo muchas deficiencias y debilidades que de no prevenirlas y combatirlas, puede irse a pique los proyectos que ella dirige y organiza. De la única forma de controlarla es mantenerla apegada a la teoría revolucionaria; con un método de trabajo, mística y disciplina. No hay de otra.
Su volubilidad no la hace una clase confiable. Su misma
condición de tránsito entre burguesía y el proletariado le permite no estar
estable, por sus oscilaciones. En ella se conjugan el peligro y la heroicidad.
Muchos son los ideólogos de la teoría revolucionaria que han hablado y explicado su pensamiento; su forma de pensar y su práctica social. Desde Carlos Marx, Federico Engels, Vladimir I Lenin, José Carlos Mariátegui, Marta Harnecker, Juan Bosch, y otros, han escrito sobre las veleidades que le adorna.
De todos, el profesor Juan Bosch nos ha dejado un material novedoso y en abundancia para conocer a una pequeña burguesía que oculta sus verdaderas intenciones de clase para alcanzar su objetivo.
Reitero, el material del profesor Juan Bosch es excelente instrumento de consulta para los países, con las características, de la región y otras partes del mundo.
Veamos a Don Juan Bosch:
"Una parte de la alta pequeña burguesía latinoamericana desdeña a la mediana y desprecia a la baja; se siente dueña de derechos y privilegios especiales; es ostentosa, vive con más lujo del que pueda mantener y no somete su conducta a los principios conocidos.
Tanto en la baja como en la mediana como en la alta pequeña burguesía hay sectores revolucionarios, pero son revolucionarios dentro de sus inclinaciones--adquiridas desde luego-- de clase, y aspiran, casi sin darse cuenta, a usar la revolución para ganar prestigio y posiciones de mando, lo que en cierto sentido es un desplazamiento hacia el terreno político de las aspiraciones de ascender en el campo económico y social.
Debido a que le es muy difícil cambiar sus hábitos de pensar y actuar, la pequeña burguesía de inclinaciones revolucionarias lleva a la lucha política esos hábitos, sus tendencias a competir con los demás por una posición, a usar el chisme y la calumnia para desplazar a sus competidores y a dividir a las organizaciones en grupos para pasar a dirigir esos grupos." (*)
(*) Dictadura con respaldo popular.
Juan Bosch. Pagina 50.Coleccion Bosch para todos. Ediciones Fundación Juan Bosch, Impresora Soto Castillo S.A.2012.
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