Por Julio César Disla
Se me quedaron en la memoria, aquellos días en que el Frente Estudiantil Flavio Suero (FEFLAS) fue sometido a un proceso de receso interno, de cuestionamiento crítico del movimiento estudiantil; así llegó Roberto Sánchez a mi pueblo, al final de 1979, como miembro del Comité Central. A primera impresión, lo asumí como un joven con muchas condiciones humanas y políticas.
Al recordar la fecha en que nos conocimos, no lo hago como un cumplido al estilo burgués, sino como una reafirmación de la causa de transformación revolucionaria que nos unió por más de cuatro décadas, y a relievar los valores morales, políticos e ideológicos de un camarada de mirada alegre, de convicciones claras, de ideas con alas y conciencia de acero, que se dejaba llevar por los efectos de la dulcera, humanidad y ternura, de un ser humano que soñaba y trabajaba por la felicidad, que luchaba por los ideales de un mundo nuevo, del socialismo definido por Carlos Marx y Federico Engels.
Ángel Roberto Sánchez Percinal, era su nombre real; pero quienes compartíamos trinchera con él, nos resultaba más musical llamarlo Roberto Sánchez. Desde muy joven abrazo sin reservas la causa de la emancipación social; entendía que el medio ambiente es una herramienta de la consciencia social y una pieza importante para la concientización de los sectores sociales que necesitaban una nueva sociedad.
Decía que el medio ambiente es un instrumento de expresión de la lucha de clases y que todas las manifestaciones en procura de un aire puro para beneficio de los pobres, negros, mestizos, de los sectores progresistas, democráticos, era una bandera de lucha en la República Dominicana.
Su palabra era vigorosa, su voz se extendía por los aires llamando por la unidad de los explotados para buscar nuevos horizontes; su pensamiento estaba alumbrado por el marxismo leninismo. Nos dejó esta frase:” Como digo una cosa, digo la otra”. Sus artículos reflejaban la realidad concreta del momento en que fueron escrito, pero en todos se trata de establecer categorías de análisis y conceptos sobre los temas tratados que sobrepasan lo coyuntural.
Pero hay algo que expresaba a” boca llena”, es su militancia política. Se indignaba cuando se callaba la militancia de los ingenieros agrónomos de derecha. Su obra escrita compensa su amor hacia el pueblo, su poesía era libre, llena de vida y de pueblo, canto a la clase obrera, al partido, al amor, a la ternura, a la mujer, a Elizabeth Lizardo, al combate, a los hijos, a la libertad, a los pájaros, al amanecer, a lo nuevo, a las cosas pequeñas y grandes, escribió textos, proclamas, manifiestos, artículos para el periódico Clave Digital y para el periódico revolucionario Lucha.
Era trabajador de las letras, un agitador con su pluma, un combatiente de mensajes. Su amor a la vida, su convicción y entrega al proceso revolucionaria fueron reconocidos por el Partido, llegó a ser parte de la Dirección Central del PCT, y miembro del Buró Político, desde donde contribuyo para la construcción del Partido, a la cultura y a la propaganda revolucionaria.
Tu obra, Roberto Sánchez, cayó en tierra fértil. Tras tu muerte el 24 de enero 2022, poemas se expresaron, himnos corearon, flores se exparcieron,canciones se entonaron, guitarras se templaron, tambores sonaron,banderas se desplegaron, pintores levantaron tu imagen, y el pueblo, que tanto amaste, con los puños en altos, té decía “ADIOS CAMARADA ROBERTO SANCHEZ’.
Y el Partido de la clase obrera, tú Partido Comunista del Trabajo (PCT) de pie te despedía con el compromiso de hacer realidad los sueños que te inspiro tu vida. Y yo te recuerdo cuando iniciamos nuestra amistad en 1979 en casa, tenía un disco de Vinicio Castillo y el Coro Gregorio Luperón en homenaje a Flavio Suero, tu quisiste que te lo donara, a lo que accedí.
Contigo aprendí que los revolucionarios no morirán jamás, el eco de tu vida es nuestra fuente, la negación profunda de la muerte”.” Pienso en ti y en tantas maravillas que hacen de la tierra una cuna que inaugura mundos, uno más bello, y otro menos bello.”
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