jueves, 6 de agosto de 2020

REFLEXIONES DE ALFREDO GARCÍA: RETOS ANTE EL NUEVO GOBIERNO

Por: Alfredo Garcia


Nos encontramos en el umbral del nuevo gobierno: más que su discurso, es su composición lo que nos deja vislumbrar cual será su agenda y sus características. Hasta ahora las posiciones claves para la toma de decisiones en aspectos fundamentales como la economía, política exterior y la ideología del nuevo gobierno, han sido entregadas a la alta burguesía (el gran empresariado), alfiles del gobierno de EE.UU y la Iglesia católica. 

Sería de una ingenuidad rayana en la ''pendejez'' esperar que un gobierno compuesto en sus posiciones de máximo nivel por el gran empresariado, alfiles de EE.UU y la Iglesia católica vaya a desarrollar políticas tendentes a beneficiar a la mayoría de la gente que vive en RD.

 De hecho, los mismos discursos de funcionarios predesignados (''De la abundancia del corazón habla la boca'') y sus escasas actuaciones, perfilan un próximo gobierno entregado al gran capital local y extranjero, y con giro gringuero y conservador como matiz de sus decisiones.

Quienes no formamos parte de las clases altas, de las élites económicas y sociales, debemos irnos preparando para las grandes batallas de RESISTENCIA que se avecinan. Ya no lucharemos por ampliar nuestros derechos, sino por preservar derechos adquiridos. Bajo el eufemismo de la ''reforma'' (el presidente electo Luís Abinader se ha auto declarado como El presidente reformador), lo que se encubre es una agenda para desguazar los pocos derechos adquiridos por quienes no formamos parte de las élites económicas y sociales.

Las inminentes reformas al Código de Trabajo, Código Penal, Reforma Fiscal, etc, no serían reformas, sino más bien contrarreformas para limitar derechos a la mayoría y aumentar privilegios a las élites económicas y sociales. Esto nos obliga desde ya ha enfocar nuestras energías hacia la articulación y organización de los sectores mayoritarios de nuestra sociedad que serían las víctimas de esa agenda de contrarreformas, privatizadora, conservadora que augura el próximo gobierno. 

No podemos esperar a tener el agua al cuello para tratar de conseguir los salvavidas: debemos impulsar una gran articulación unitaria de las potenciales víctimas de las contrarreformas en ciernes para discutir, unificar criterios y acordar una agenda de lucha contra éstas.





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